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Con los pobres de la Tierra Santa

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La Sociedad Antoniana, apoyada por los franciscanos de la Custodia, se está ocupando de dar una vida digna a los que nadie quiere en la ciudad de Belén.
La Sociedad Antoniana, apoyada por los franciscanos de la Custodia, se está ocupando de dar una vida digna a los que nadie quiere en la ciudad de Belén.

La presencia de los Franciscanos en Tierra Santa se remonta a los albores mismos de la Orden de Frailes Menores. Fundada por San Francisco de Asís en 1209, se abrió pronto a la evangelización misionera. Sólo ocho años después, en 1217, nacía la Provincia de Tierra Santa que abarcaba todas las regiones en torno a la cuenca sudoriental del Mediterráneo, desde Egipto hasta Grecia. Desde mediados del siglo XVI la Casa Madre de la Custodia es la de San Salvador, en la Ciudad Vieja de Jerusalén. Es también la más numerosa porque aquí viven los jóvenes religiosos que estudian Filosofía, Teología, Biblia y Arqueología. La presencia franciscana es un ejemplo viviente de que en Tierra Santa la paz es posible. En San Salvador viven 65 frailes de 39 naciones.

Sociedad Antoniana

La ciudad de Belén, a nueve kilómetros de Jerusalén, vive una constante emergencia social a causa del conflicto político. La Autoridad Palestina no dispone de ningún servicio para los ancianos dependientes. No existen programas de seguridad social, tampoco fondos de pensiones para aliviar a las familias en el cuidado de sus mayores. La Sociedad Antoniana, apoyada por los franciscanos de la Custodia, se está ocupando de dar una vida digna a los que nadie quiere. Este hogar de mayores acoge a 24 ancianos dependientes y atiende a otros 35 en su centro de día. Gracias a la Sociedad Antoniana y a la Custodia de Tierra Santa reciben alimento, asistencia médica y todo lo necesario para dignificar el final de sus vidas. Las responsables del funcionamiento diario de esta obra social son las Hijas de María Santísima del Huerto.

Casa del Niño

La Casa del Niño nació en 2007 como una iniciativa de la Custodia de Tierra Santa. El párroco, al visitar las casas de las familias cristianas, para la tradicional bendición anual, descubrió situaciones complicadas para los pequeños. Hoy acoge a 34 chicos con edades que van desde los 6 años de los más pequeños a los 19 de los mayores. La Casa del Niño ocupa la primera planta del convento de las Franciscanas Misioneras de María. Además de las religiosas y del franciscano padre Marwan, los chicos cuentan con la ayuda profesional de un psicólogo, un trabajador social, tres educadores y cuatro profesores.

Casa Nova

La llegada de peregrinos a Tierra Santa es imprescindible para el mantenimiento de los santos lugares y de las familias cristianas. Los franciscanos llevan ocho siglos atendiendo a los peregrinos. Este servicio lo continúan realizando hoy en las Casas Novas de Nazaret, Belén y Jerusalén. El último año la Casa Nova de Jerusalén atendió a 20.000 peregrinos. El edificio ha sido remodelado ya adaptado, sin lujos, a las necesidades de los peregrinos del siglo XXI. Cuenta con 88 habitaciones en las que alojar a los que peregrinan solos, en pareja, en familia o en grupo. La Casa Nova de Jerusalén es la principal fuente de ingresos para las 38 familias cristianas que trabajan aquí. También cuenta con la colaboración de cuatro religiosas y la dirección de un franciscano.

Colegio Español

El Colegio Nuestra Señora del Pilar es más conocido como “Colegio español”. Comenzó a funcionar el año 1923. Hasta entonces el edificio albergaba la sede del Consulado Español. Las dos lenguas vehiculares son el árabe y el inglés, pero también imparten hebreo y español. Casi todas las niñas del Colegio Español están becadas. Menos del diez por ciento de las familias pueden asumir el pago de la escolaridad. Y las Hijas del Calvario hacen milagros con las ayudas que les llegan. Si educar una niña cuesta 580 euros al año, ellas estiran 400 para cubrir todos los costes. Cada vez son más los peregrinos que se dan cuenta de la importancia que tienen sus donativos para apoyar proyectos como este. Algunos grupos aprovechan su último día en Jerusalén para venir a verlas. Gracias a ellos esta escuela aún se puede mantener. Un tercio de las alumnas son cristianas, el resto, musulmanas. Eso no impide que las 65 niñas que creen en Jesucristo celebren la misa en su capilla una vez al mes, tengas confesiones durante los tiempos fuertes y que funcionen dos grupos de la Legión de María con las más mayorcitas. La comunidad de Misioneras Hijas del Calvario está formada por nueve hermanas. Además de dirigir el Colegio Español ayudan en la atención de los santuarios, visitan a los enfermos de la parroquia y fabrican hostias.

Instituto Magníficat

Hace 20 años la Custodia inauguraba el Instituto Magníficat. El objetivo era preparar músicos y cantores para los Santuarios e Iglesias de Tierra Santa. A lo largo de dos décadas este servicio ha demostrado la capacidad para formar jóvenes músicos de alto nivel. El coste de las clases que recibe gratuitamente cada alumno asciende a 1.000 euros al año. El Magníficat constituye un pequeño milagro. Desde su nacimiento vive gracias a los donativos de sus benefactores. La mayoría son extranjeros. Están organizados a través de la “Asociación de Amigos del Magníficat”. La escuela en este momento tiene más de 200 jóvenes alumnos y cerca de 18 profesores. Sigue en constante crecimiento. Profesores y alumnos del Magníficat han grabado varios discos recogiendo la música tradicional cristiana árabe en Tierra Santa. Las actuaciones de su orquesta y coro son cada vez más valoradas por el público. Además de participar en las grandes celebraciones religiosas también actúan en auditorios y teatros fuera de Tierra Santa.