El Rey ordena derribar el barrio de San Felipe y el pueblo se resiste con Gonzalo al frente
- Te contamos el capítulo 82 a través de los mejores momentos
- Aviso: si no has visto el capítulo el texto te puede desvelar algunas tramas
El Comisario sigue protegiendo a Gonzalo. En el capítulo 82 de Águila Roja Hernán llega incluso más lejos. Le consigue un trabajo como escribano en el Tribunal de la Cámara de Castilla. Es una orden. Y aunque Gonzalo se niega, no le queda otra que acudir y leer allí las sentencias más injustas. Es allí también, donde por casualidad, Sátur descubre en un libro de sentencias un papel en el que se menciona al barrio de San Felipe. Es una Resolución por la que se ordena el derribo de fincas y bienes. Águila Roja se pone en marcha. Necesita conocer al arquitecto del Rey que ha firmado el desahucio. Es Sebastián Espinosa, está en el bosque, conduciendo unos carros de grandes dimensiones. ¿Qué está ocurriendo? Nuestro héroe lo averigua:
La sentencia es firme. Es el Rey quien ha decidido construir en ese lugar un entorno idílico, de setos y estanques que recuerden al Edén, con una casa de fieras, que devuelva a las Españas el respeto que se merece. Los habitantes del barrio de San Felipe están desesperados, pero toman una decisión, montar una barricada y resistir. Los niños deben quedar fuera. Gonzalo le pide a Lucrecia que cuide de Alonso unos días. El momento del encuentro era muy ansiado por la Marquesa. Es la primera vez que se ven tras la noche de pasión.
No tardan en saltar las chispas entre Nuño y Alonso. La presencia del hijo de Gonzalo en Palacio pone de los nervios al Marqués de Santillana. Una falsa acusación de robo le sirve de excusa a Nuño para enzarzarse en una pelea de espadas con Alonso. El Comisario acaba parándolos. A solas con Alonso, Hernán le alaba sus buenas dotes para la lucha. Y es que Alonso... es su sobrino.
El peligro acecha en la Villa. Margarita se ha unido al grupo. Gonzalo le pide que, cuando lleguen los guardias, se mantenga detrás de él. Hará todo lo que pueda para protegerla. Margarita le contesta: "Estaré a tu lado pase lo que pase"
Mientras, la Marquesa, se ha vuelto a meter en un buen lío. Pensaba que le estaba cayendo el pelo y como solución le compró al barquero del puerto de Santa Ana a sus tres niñas. Les cortó el pelo para poder hacerse pelucas y las encerró en una torre. Ellas no soportaron la situación y se tiraron por la ventana. El barquero, lleno de sed de venganza, ha secuestrado ahora a la Marquesa. La tiene en su barca. Un saco de piedras hace presagiar lo peor. La va a tirar al lago atada al saco. Nadie puede ayudarla. No hay nadie que la pueda ver. ¿O sí? El Comisario ha sido avisado del secuestro. Cabalga hacia al lago y ¡dispara!
La guardia real llega al barrio de San Felipe. Derriban la barricada. El pueblo se mantiene en pie. No hay piedad, la guardia dispara, y hombres y mujeres se protegen como pueden, entre ellos, Gonzalo, Margarita, Sátur, Catalina, Cipri y Alonso…
¿Recompensará Lucrecia al Comisario? ¿Después de tan duro acontecimiento se volverán a acercar Gonzalo y Margarita?
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