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Roberto pega un salto en el tiempo y aterriza en los años 80

  • "La calidad que tiene 'Cuéntame' la desmarca de otras ficciones españolas"
  • “He crecido con Carlos y, conocerle, me conmueve profundamente”
  • Roberto se estrena en la gran pantalla con una secuencia en el Fly

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Cuéntame cómo pasó - Roberto y su día de rodaje en 'Cuéntame cómo pasó'

Roberto Díaz aterriza en los años 80 tras un viaje en el tiempo desde el Madrid del 2014 hasta el mítico barrio de San Genaro. Con paso decidido, cruza la puerta de entrada que le trasladará a otra época. Varios coches antiguos custodian la calle que desemboca en la plaza donde se encuentra el portal de los Alcántara.

Nuestro ochentero no pierde detalle de todo lo que se va encontrando, mira a través de las ventanas de los negocios, dentro de los vehículos aparcados, las terrazas de los pisos…Se siente como en casa pero treinta años atrás. "He dado un salto al pasado y estoy viviendo en primera persona el universo Cuéntame, pisando la misma calle que veo todos los jueves desde mi sofá”. Y así, guiado por Cristina Libreros, Auxiliar de Dirección y Alberto Pellicer, becario de Dirección, comienza su viaje por aquellos maravillosos años...

De vuelta a los ochenta con un traje a medida

Tras un breve parón para echar un vistazo a los lemas de los graffitis y carteles políticos de aquel entonces, sube unas escaleras situadas justo en frente de la plaza que le llevan a los pasillos donde están los camerinos de los actores.

Desconcertado, ve un cartel en la puerta con su nombre, coronado por el número 8, puestos a estar en los 80, que le chiva su camerino.  “Ha sido una sorpresa tener uno solo para mí. Cuando he visto mi nombre en la puerta no podía creérmelo. Sin duda, es un detalle que me ha sacado una enorme sonrisa”.

En una década movida por los cambios político-sociales, la ropa se alzaba como una forma de expresión, un altavoz que anunciaba los deseos de la sociedad. Los colores chillones de las camisas, los chalecos a juego, la tela y hasta el corte de los pantalones le adivinaban que pronto se convertiría en uno más de ese “universo ochentero”. “Si quería retroceder años atrás, necesitaba verme dentro de aquel estilo underground, fashion y provocador”, asegura Roberto.

Después de colocarse una blaisser crema, una extravagante camisa con estampados geométricos, unos pitillos azul marino y unos zapatos a lo “gánster”, se dirige al cuarto de maquillaje.

“Contar con una persona que te asesore y se preocupe por tu imagen, te hace sentir todo un profesional de la televisión”, confiesa entre risas. Una vez listo, se lanza a los bastidores, deseoso por conocer cada uno de los secretos que esconde San Genaro.

Un paseo entre bastidores

Los decorados se levantan a los pies de Roberto que no da crédito de lo que va viendo a su paso. Cada una de las habitaciones de los Alcántara, el piso de Antonio, el bar Bistró, el videoclub de Desi, el quiosco, la floristería, la iglesia del barrio…cuanto más ve, más quiere conocer.

De repente, no puede evitar pararse en la cocina de la familia al encontrar una foto de Herminia y Carlos cuando este aún era un crío. Se emociona al darse cuenta que el tiempo no solo ha pasado en la ficción sino en su propia vida. “He crecido con Carlos, he visto cómo iba haciéndose mayor a la par que yo y eso me conmueve profundamente”.

Continuando con su visita, llega al salón de los Alcántara, esa estancia que ha visto evolucionar no solo a los personajes sino a los propios actores. Roberto, admirando cada rincón de la habitación, no deja de bromear cogiendo el teléfono, sentándose en el sillón y entrando por la puerta de una casa que parece no descansar nunca. En pocas palabras, sintiéndose un Alcántara más. “Realmente, podría ser el hogar de cualquiera de nuestros padres”.

Reconoce sentirse sorprendido por lo bien aprovechado que está el espacio y la conservación de los escenarios, cuidados al mínimo detalle. “Parece que en cualquier momento vas a empezar a rodar una secuencia de la serie”, comenta ilusionado.

Luces, cámaras y, ¡acción!

Llegó el momento de pegar el salto a la gran pantalla, su cameo. ¿Por qué no cambiar el sofá de casa por unos bailes en el Fly?

Las luces de discoteca y el humo del bar advierten que la función está a punto de comenzar. Las directrices de David de Barrio guían a cada uno de los personajes por el camino de la interpretación.

Antonio Cano, director del capítulo que se está rodando, Manuel Velasco Tote Trenas, ambos directores de fotografía, coordinan la grabación y logran que Roberto viaje hasta la movida madrileña.

Confiesa que era la primera vez que actuaba delante de una cámara. “Tengo que agradecer la enorme atención por parte del equipo técnico. ¡Ha sido divertidísimo, no me importaría repetir! Es algo que me guardo en el álbum de recuerdos para la posteridad y todo, gracias a Cuéntame”.

Una comida con la gran familia de Cuéntame

A la voz de “¡Corten!”, todo el mundo se encamina a la cafetería. La calle de San Genaro se llena de risas, bromas y conversaciones.

“En todo momento, notaba un ambiente muy familiar y cercano por parte de todo el mundo. ¡Esas jornadas maratonianas tienen que unirles! Uno no puede imaginarse el buen rollo que tiene el equipo”, asegura.

Y así, siendo un miembro más de esta gran familia, se sienta a la mesa junto con quienes sacan adelante este querido proyecto.

Karina, Nazaret, Ricardo, Marcelo y Josete, mano a mano con Roberto

En mitad de la Plaza de San Genaro, Roberto cumple un sueño, conocer a los actores jóvenes de Cuéntame.

Los primeros que le sorprenden mientras se asoma a la terraza del piso de los Alcántara son Nao Albet (Marcelo) y Santiago Crespo (Josete). “¡Te vemos un poco cambiado Carlos!”, bromean. Rápidamente, se ponen a charlar y hasta terminan marcándose unos pasos de baile…¡Menudo trío ochentero!

Más tarde, es Elena Rivera (Karina) quien le sorprende con una cariñosa sonrisa y recordándole las dos copas que le ha servido en su cameo en el Fly. Entre risas, Roberto reconoce que ha sido la primera vez que ha formado parte de un rodaje  y que, al haber sido con ella, no podrá olvidarla. El comentario le arranca a Elena otra de sus bonitas sonrisas.

Ya preparado para volver al Fly y continuar con la segunda parte de la secuencia, Nazaret Aracil (Arancha) y Ricardo Gómez (Carlos), se acercan a conocerle. Ella no puede evitar echarle un vistazo a la ropa y Roberto bromea por lo mucho que le han estado mirando a lo largo del día. “Es un trajecito discreto, aunque he de decirte que, ¡me encantan los zapatos!”.

Su cara no tarda en delatar la emoción que siente al conocer a Ricardo. Ese chico con el que ha visto pasar los años, le abraza amigablemente. “Esa es la magia de la televisión. Cuando una serie es tan buena te envuelve dentro de ella y te hace partícipe de cada historia. Al final, sientes como sienten los personajes y vives lo que ellos viven”, explica Roberto.

Confiesa sentirse afortunado por “conocer el lado más humano de los actores,  es el mejor regalo de la visita a Cuéntame”.

Conociendo al equipo técnico de Cuéntame

El día va llegando a su fin pero Roberto no podía marcharse sin conocer a quienes hacen posible que, cada jueves, disfrutemos desde nuestra casa de esta extraordinaria ficción.

Aparca los platós para adentrarse en el mundo de la edición y el montaje. La primera parada la hace donde se dibujan los bocetos de los escenarios donde tendrá lugar la acción. Carlos Llanos, diseñador gráfico de la serie y Roberto Carvajal, Co-director Artístico junto a Gonzalo Gonzalo, dejan que Roberto descubra todo un mundo entre pinceles.

Una vez conocido el arte de la imaginación, está listo para comprobar el abanico de posibilidades que nos ofrece la imagen. Alberto Cayuela, etalonador, y Elena Humanos, ayudante de etalonaje, le explican cómo tratan la imagen que se ve proyectada en nuestros televisores. “El etalonaje digital es una de las partes fundamentales de la serie porque le aporta un brillo que le hace ser mucho más profesional, es puro realismo de la época”, cuenta Roberto.

Javier Menéndez, técnico de Efectos Digitales, le enseña su trabajo a través de un vídeo en el que demuestra cómo son capaces de situar a los personajes en cualquier escenario y jugar con la imagen para transportar al espectador donde requiera el guión. “Aquí llega el momento de valorar tantas horas de trabajo de las que muchas veces el espectador no es consciente. Conoces las complicaciones que tienen que combatir con la creatividad y la originalidad”, añade.

Uno de los editores de CuéntameJoaquín Roca, muestra a Roberto cómo es el proceso de montaje de un capítulo. Un trabajo laborioso que requiere muchísimas horas. “El montaje siempre se trabaja “para ayer”, es la clave del capítulo, si no está bien montado, pierde todo su encanto. La calidad y el trabajo que hay detrás, la desmarca de otras ficciones españolas”, comenta el invitado.

“Me llevo recuerdos que no olvidaré jamás”

Roberto reconoce que el día ha superado con creces sus expectativas. “Me gustaría reconocer la gran labor del Grupo Ganga y de Televisión Española por ofrecer a los espectadores una serie con tanta calidad”.

En su visita al rodaje de Cuéntame confiesa haberse sentido el foco de atención y el protagonista de la historia. “En el día a día, uno no tiene este rol, somos uno más y vemos los toros desde la barrera pero hoy he podido vivir en primera persona lo que veo desde la televisión y, además, sentirme parte de esta gran familia que es Cuéntame cómo pasó. ¡Solo puedo dar las gracias a todo el equipo y desearle muchísima suerte!”.