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El director de cine y escritor Gonzalo Suárez

  • Conocemos la figura de uno de los directores mas peculiares del cine español
  • Una reflexión sobre sus obras publicadas y las influencias que el cine ha dejado
  • Con Carmelo Gómez, actor, Juan José Millás, escritor y Gonzo Suárez, colaborador
  • Hablamos con Gonzalo Suárez el domingo, 7 de julio, a las 00.00 h., en La 2

Por
Pienso, luego existo - Gonzalo Suárez

Pienso, luego existo

Un retrato personal de los pensadores más destacados de la actualidad

Emisión:

¿Cuándo?

El domingo, a las 00.00 horas

¿Dónde?

En La 2 de TVE

“Yo no sé si es pienso luego existo. Yo creo que existo luego pienso porque no me queda más remedio que pensar como un ejercicio más para transitar por la vida”. En este nuevo capítulo de Pienso luego existo, conversamos con Gonzalo Suárez (Oviedo 1934) para conocer sus reflexiones y sumergirnos en todo lo que influyó en su prolífica carrera como cineasta y escritor. El premio Nacional de Cinematografía y el Goya a la mejor dirección por “Remando al viento”, con Hugh Grant como actor, son algunos de los galardones que recibió. Un contexto, que “cualquiera que sea me estorba”.

Su cine no tiene una única firma, sino que está lleno de estilos y personalidades. El actor Carmelo Gómez le define como “un hombre lleno de contradicciones que le confieren una gran peculiaridad”.

De su obra se ha dicho que su cine es literario pero para Gonzalo Suárez, “la literatura es el último reducto de libertad”. Por esta razón varias de sus películas fueron adaptaciones de obras literarias. “El cine puede y debe ser una mezcla de literatura, pintura y de todas las artes incluida la música y el ruido” porque el cine es ficción en el que no hay límite ni prejuicios, características de la nouvelle vague francesa de mediados del siglo XX.

Una conversación relajada sobre la realidad, la imaginación el cine y la literatura. Un todo unitario que se cruza en un sinfín de de repentes. “La memoria es un puzzle en la que no encajan las piezas, es un desordenado de repentes”, afirma. Ávido de palabra, considera que uno de los mayores pecados del mundo actual es “la falta de tiempo para la reflexión”, la “mentalidad gregaria” en el que “el opinar lleva la delantera sobre el acontecer”.

Cultivar la extrañeza

Su obra resume la búsqueda constante por inventar la realidad, “al igual que la inventabas de niño antes de que te metieran en la película lineal en la que se escribe la historia”, reconoce. Su hijo, Gonzo Suárez, le describe como una figura que “no se deja intimidar por la incertidumbre ni por los moldes”. “Él construyó un avatar con el videojuego de la vida”, concluye.

En “El síndrome de Albatros” por ejemplo, la convivencia de géneros crea una percepción de una realidad muy personal. “Cuando lees a Gonzalo no te mueves, pero cada poco tienes que levantar la vista para digerir lo leído. No hay una línea banal”, así define su obra el escritor Juan José Millás.

“Ditirambo vela por nosotros” (1967) fue su primera película y la primer película moderna del cine español. Una película fruto de una de las muchas peculiaridades de Gonzalo Suárez. Millás dice de él que “todo lo que ve, le extraña, y esta extrañeza es absolutamente indispensable”.

A partir de unos retales y una cámara Paillard a cuerda nació esta película improvisada pero que tenía cada plano dibujado en su mente. “Pensar que algo que está en la cabeza que de repente se proyecta fuera de ti es muy liberador más que el hecho de escribir que siempre queda dentro de ti”, concluye Gonzalo Suárez.

Periodista de ficción

Gonzalo Suárez ejerció de periodista a finales de la década de 1950 con la firma de Martín Girard, “una actuación de un personaje de serie negra”, “un periodista de la ficción”, recalca, porque “en el fondo siempre cuentas algo de verdad que parece de mentira, en lugar de contar algo de mentira que parece de verdad. Ésta es una de las fórmulas que mantengo”.

Para Gonzalo Suárez el pensamiento es el tránsito de la vida. “Si pienso dos veces el por qué y para qué hago lo que hago, no lo haría. Luego te resarce saber que hay personas para las que ha servido. ¿Qué haría si no lo hiciera? No sé si es para buscar o para huir. O si huir es buscar”. La realidad plausible es que su legado está, aunque sospeche de sí mismo y aún se pregunte sobre el legado de su cine. “Ha sido un paso hacia no sé dónde y me ha llevado a no sé dónde”.