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Más Isabel - La poesía que recita Isabel, de Gómez Manrique

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El 14 de noviembre de 1467, Alfonso cumplía 14 años y accedía a la mayoría de edad. Durante ese otoño, estuvo junto a Isabel en Arévalo, también con su madre, y el cumpleaños fue celebrado con grandes fastos.

Isabel encargó al poeta Gómez Manrique (tío del afamado Jorge Manrique) que compusiera unos momos para ser recitados durante los festejos, tal y como se refleja en la serie: Breve tratado para unos momos que Su Excelencia fizo con los fados siguientes, y que estaba compuesto por ocho coplas que debían recitar otras tantas damas de la corte disfrazadas para la ocasión. A Isabel se unieron Mencía de la Torre, Elvira de Castro, Beatriz de Sosa, Isabel Castañeda, Juana de Valencia, Leonor de Luján y Beatriz de Bobadilla.

La última de las coplas fue recitada por la misma Isabel:

Excelente rey doceno de los Alfonsos llamados, en estíaño catorceno te faga Dios tanto bueno que pases a los pasados en triunfos e vitorias en grandezas tenporales, e sean tus fechos tales que merezcas amas glorias terrenas e celestiales. // Esto tome por estrenas vuestra real señoría, con muchas Pascuas y buenas que vos de quito de penas el Fí de Santa María. Este vos faga reynar con paz en vuestras regiones el vos dexe conquistar cítara et ultramar a las bárbaras naciones

El texto completo tomado del cancionero de Gómez Manrique dice así:

Ilustrisimo y bien auenturado Principe, e muy

poderoso Rey e soberano Señor.

Como la diuulgada fama de aquel festi-

ual día de vuestro nascimiento e del

venturoso nonbre de Alfonso que vos

fue ynpuesto, por toda la terrena población

corriese , por vn diuino misterio ouo de llegar

en aquel ynabitable e santo monte de Elicon,

adonde nosotras las nueue hermanas, Musas lla-

madas, eramos abitantes, cerca de aquella clara

fuente de Pegasso. E como por la diuina proui-

dencia délos muy altos dioses nos otras ouiese-

mos alcanzado tan profundo saber que sabemos

todas las cosas pasadas e presentes, e avn aque-

llas que alos vmanos son ygnotas, e profeta-

mos e adeuinamos las venideras, fuenos mag-

nifiesto el comienzo e medio e cabo de vuestra

muy virtuosa niñez, e todos los ynfortunios,

peligros, trabajos e buenas andanzas que los Dio-

ses celestiales en aquella vos auian dado. E

assi bien sopimos como a catorze dias andados

del honzeno mes del año de sesenta e siete , des-

pidiéndose vuestra excelencia de la pasada niñez,

entraua en la uiril hedad, que es de los catorze

años arriba; e sabiendo , muy esclarescido se-

ñor, por nuestro profundo saber que, segund la

vuestra muy real geñealosia e gentil disposicion

de persona e grandeza de estado e señorío, sola

mente vos fallescia ser venturoso en este siglo

mundano, e tan vyrtuoso que del celeste me-

rescedor vos fiziese, con vn fraternal e grande

amor en nuestros ánimos enplantado, fuemos

mouidas a dexar nuestra santa e separada abi-

tacion, e venir a visitar vuestra muy real per-

sona. E porque atrauesar tan grande distancia

de tierras era muy peligroso a nuestro femenil

estado e jouenil hedad, con grandes sacrificios e

oraciones pedimos á los altos dioses que, como

ellos auian trasformado a la muger Alcione e a

SU marido en aues blancas , en latín llamadas

alciones y en romance gauiotas, e alas compa-

ñeras de Proserpina en serenas, e a las nueue

mancebas tesalianas a nuestra suplicación en

picaos, trasformasen las personas nuestras en

otras formas, porque syn peligro de nuestras

famas pudiésemos venir ante vuestra realeza.

Los quales dioses, oyda nuestra justa petición,

súbita mente cubrieron a las ocho de nos des-

tas fermosas plumas, e a la nouena , deste bre

ue reportadora, destas vedijas de blanchete

que vuestra excelencia vee. E assy somos apor-

tadas ante vuestra merced, no con ricos dones

de oro nin de piedras presciosas, ca nin nos

otras las poseemos, nin poseer deseamos, nin

vos, muy poderoso Rey y señor, las aueys me-

nester pues uos basta señorear a los señores de

aquellos; mas con vn acrescentado amor que

vuestra vista gentil nos ha causado, presenta-

mos a vuestra alteza estos fados, los quales,

posponiendo los otros dioses, rogamos aquel

solo que vos crio que llana mente vos lo otor-

gue.

[Leído por Mencía de la Torre:]

A tu real excelencia

venimos aquestas fadas ,

ynduzidas e guiadas

por la díuinal esencia.

Cada qual de su figura

te fadaremos arreo ;

yo mando por mi pintura

que las dichas e ventura

obedezcan tu deseo.

[Elvira de Castro:]

Yo te fado, rey muy santo,

justicia syn mas y menos,

qu' es reposo de los buenos

y de los malos espanto;

porque sy no te guardare

fortuna con amicicia,

se conserue con justicia

lo que tu poder ganare.

[Beatriz de Sosa:]

Yo te fado el franquear ,

que a mi cargo de dar es ,

e jamas canses de dar ,

nin te fallesca que des,

nin sepas saber que tienes ,

pues al dezirlo no basto ,

nin falle ñn a tus bienes

la grandeza de tu gasto.

[Isabel Castañeda:]

Yo te quiero bien fadar ,

Principe muy soberano ,

qu' en vencer e perdonar

sobres al Cesar romano :

que la saña secutoria

la venganza da de sy ;

pues déte Dios por memoria

vna loable Vitoria

de todos y mas de ti.

[Juana de Valencia:]

Yo te fado , Rey señor ,

el mayor de los señores ,

que por leal amador

dispongas al dios de amor

de la cadira de amores ;

pues con todos tus enojos

miras tan enamorado ,

que donde pones los ojos

leuantas nueuo cuydado.

[Leonor de Luján:]

iO magnífico varón!

Dios te faga en gentileza

otro segundo Absalon,

Ercules en fortaleza.

Porque seas bien querido,

sean hombres o mugeres,

de quantos tu bien quisieres,

de los contrarios temido.

[Beatriz de Bobadilla:]

Yo soy la fada setena ,

muy poderoso señor ,

que vengo con grand amor

a te dar la fada buena.

Aquesta sera que sea

syn ningun contraste llano ,

todo quanto el sol rodea

so tu poderosa mano.

[Isabel:]

Excelente rey dozeno

de los Alfonsos llamados,

en est' año catorzeno

te faga Dios tanto bueno

que pases á los pasados

en trihunfos e Vitorias,

en grandezas tenporales,

e sean tus fechos tales

que merezcas amas glorías

terrenas e celestiales.