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Centenario de Fernando Chueca, el arquitecto que terminó la catedral de La Almudena

  • Dedicó 50 años de su vida a la catedral de La Almudena
  • Fue un gran restaurador, historiador y cronista

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Fernando Chueca: Último constructor de catedrales

"Parte de mi vida se llama Almudena", dijo en una ocasión el último arquitecto de la catedral de Madrid, Fernando Chueca Goitia, al que recordamos con motivo del cumplimiento de su centenario.

Gracias al tesón y empeño de este hombre, maestro de arquitectos, el pueblo de Madrid pudo ver terminado este edificio, ubicado en uno de los enclaves más bonitos de la ciudad.

Decano de arquitectos, Chueca fue también historiador, restaurador y cronista de la villa de Madrid, ciudad que tanto quiso.

El director de la Real Academia de la Historia, Gonzalo Anes, lo describía como "un gran arquitecto, un humanista profundamente liberal".

Constructor de La Almudena

Chueca Goitia murió a los 93 años, mientras preparaba una exposición sobre la catedral, la obra a la que más tiempo dedicó, casi 50 años.

Su proyecto fue criticado por sus compañeros, pero Chueca supo reconocer las críticas, aunque siempre alardeaba de que a los madrileños les había gustado.

Para Gonzalo Anes, la obra de Chueca "se puede considerar incluso más grande porque tuvo que trabajar con muchos condicionantes, y se avino a todos ellos.

En numerosas ocasiones mencionó que su idilio con La Almudena comenzó siendo joven, cuando paseando por los alrededores de las ruinas de la catedral ya pensaba en ideas para su edificación. Curiosamente, su proyecto sobre la terminación de la catedral le valió el Premio Nacional de Arquitectura en 1944.

Pero como arquitecto, también fue autor de obras como el Museo Lázaro Galdiano de Madrid y la ampliación del museo del Prado (la fachada de la calle Ruiz de Alarcón), entre otros.

Especial relevancia tiene su faceta como restaurador de edificios, entre otros, la Casa de las Siete Chimeneas, el Palacio Galiano de Toledo o el Monasterio de San Millán de la Cogolla en Logroño. Tuvo el mérito también de salvar numerosos edificios tras la contienda.

Fue profesor de Historia de arquitectura y escritor de importantes obras como Invariantes castizos de la arquitectura española (1947), Breve historia del urbanismo (1970) e Historia de la arquitectura española (2001).

Chueca, un liberal de profunda convicción

Su preocupación por el futuro de España le llevó en la transición a participar de la actividad política y lo hizo en la UCD. Fue también uno de los fundadores del Partido Liberal.

Entre los numerosos premios que reunió, le hizo especialmente feliz ser nombrado Hijo Predilecto de la Villa de Madrid. "He trabajado como arquitecto en toda España, pero amo especialmente esta ciudad" , dijo el día de su nombramiento en 2001".