Felipe II en Versión musical

El cuarto centenariode la muerte de Felipe II ha dado pie a la recuperación de importantes obras de nuestro patrimonio musical. Cabezón o Victoria eran figuras conocidas, pero puede decirse que Escobedo, Gombert o Rogier han vuelto a sonar gracias a estar históricamente asociados a aquel monarca. De este modo un tanto extraño Felipe II ha vuelto a ejercer como mecenas de la música.

Quizá como justa contrapartida la música - cumpliendo funciones de trompeta de la Fama - ha servido de vehículo para elogios a aquel discutido rey. No es casual. Las obras musicales que conocemos ligadas a la figura de Felipe II se deben a criados o vasallos suyos o, en todo caso, a músicos que esperaban y demandaban el patrocinio real. Algunas de ellas lo elevan a alturas casi divinas.

Intentar retratar a Felipe II sólo con ese repertorio sería verdadero pero insuficiente, porque el claroscuro es un elemento tan característico de su época como de su persona. Por eso su figura sigue dando pie a discusiones y debates. La posterior historia de la música ha preferido fijarse en los aspectos negros de su personalidad y también éstos se verán aquí debidamente reflejados por intermedio de la música.

Repasemos a vuela pluma los mimbres con que tejeremos el programa especial dedicado a Felipe II: Un puñado de obras y un montón de libros dedicados a su persona. Las músicas que lo rodearon en los viajes y en los momentos importantes. El canto de los pájaros y el canto llano, que fueron sus preferencias sonoras. Las músicas de los judíos, los moriscos y los luteranos, contra los que él dirigió sus esfuerzos. Y, finalmente, las músicas que en los siglos posteriores lo han recogido como personaje.

Pepe Rey