Enlaces accesibilidad

Uno de los supervivientes de la tragedia de los Andes: "La película parece de Disney"

  • Roberto Canessa, coautor del libro Tenía que sobrevivir, en Las mañanas de RNE
  • "A mi hijo Hilario le dijeron en la jardinera: pero tu padre se comió a los amigos"

Por
Las mañanas de RNE - 'Tenía que sobrevivir', el libro de uno de los supervivientes de la tragedia de los Andes

El 13 de octubre de 1972, un avión de la Fuerza Aérea Uruguaya en el que viajaba un equipo de rugby y sus familiares se estrelló en la cordillera de los Andes con 45 pasajeros a bordo. 16 personas volvieron a casa después de vivir una experiencia extrema que duró 72 días y que el mundo recuerda sobre todo por una película, ¡Viven!, estrenada en 1993.

45 años después, se ha publicado un libro que recoge aquella historia. Su título es Tenía que sobrevivir y está escrito a cuatro manos por uno de los supervivientes, Roberto Canessa, y Pablo Vierci.

Roberto Canessa, en los estudios de RNE.
Roberto Canessa, en los estudios de RNE.

Roberto Canessa, en los estudios de RNE. rne

"La película es de Disney, es lo que hacen los del Pato Donald. Si tú ponés en la película lo que pasaba realmente en la montaña, tenés que pararte e irte, porque nosotros dormíamos en un cementerio rodeado de muertos", ha afirmado Roberto Canessa en Las mañanas de RNE, donde ha recordado la tragedia.

"Tuvimos que desarrollar -ha explicado- una sociedad no solamente desde el punto de vista físico, sino también desde el punto de vista de la espiritualidad, donde cada uno encajaba en esa empresa increíble, donde no podías echar a nadie porque se moría el que se iba de ese lugar, donde si te peleabas con una persona de noche tenías que dormir abrazada a ella, donde pelearse era un lujo del que alguien dijo: Dios no nos va a sacar de acá si no estamos unidos".

Fueron dos largos meses en los, paradójicamente, surgía en ocasiones el humor: "Gustavo Zerbino [que también logró sobrevivir] nos dijo 'si yo me muero y no me comen, les prometo que vuelvo y les pego a todos'. 'Gustavo, quién te va a comer a vos, yo me muero de hambre, mirá lo que sos, me transformo en ti'. El humor descomprime, es el chiste en el velorio, entre lo sublime y lo ridículo hay muy poco, pero también hay un respeto a los amigos que no volvieron y a sus cuerpos".

Lo positivo frente a la adversidad

En el libro Tenía que sobrevivir no solo se rememoran aquellos días terribles; Roberto también explica en él cómo marcaron su vida e inspiraron su vocación de médico. "Lo importante de la experiencia en la vida es cómo te condiciona, cómo te cambia. Podés tirarte abajo de la cama y llorar toda la vida o podés ir a visitar la casa de al lado, que tu amigo se murió y la madre está llorando y tú tuviste una oportunidad que él no tuvo. Yo siempre dije que las madres de los que no volvieron digan: Roberto ha hecho una vida digna y ha trabajado y aprovechado la oportunidad que no tuvo mi hijo".

Pero no solo los supervivientes de aquella tragedia tuvieron que 'sobrevivir' a sus consecuencias; también lo tuvieron que hacer sus familiares, tal como cuenta Roberto: "Cuando tenía cuatro años, a mi hijo Hilario le dijeron en la jardinera: pero tu padre se comió a los amigos. 'Pero claro, tú no sabías, ¿quieres que te cuente la historia? A mí papi me contó'. Y un día le preguntan: ¿Y tú admiras mucho a tu padre por lo de los Andes? 'No sé, yo no lo conocía por esa época. Yo lo admiro porque él va a trabajar todos los días para que no nos falte nada'".