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Luis Piedrahita recurre a la improvisación y al "ludolenguaje" en su segunda temporada en el teatro

  • Vuelve con El español es un idioma loable, lo hable quien lo hable
  • Todos los viernes y sábados en la sala 2 de los madrileños Cines Callao

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Las Mañanas de RNE - Luis Piedrahita recurre al "ludolenguaje" en su segunda temporada en el teatro

Empezó como mago "porque es una afición que puede tener cualquier niño con una sencilla baraja de cartas, además los magos son muy hospitalarios", dice Luis Piedrahita.

Luis Piedrahita por los suelos en 'Las mañans de RNE'

Luis Piedrahita regresa con la segunda temporada de su espectáculo El castellano es un idioma loble, lo hable quien lo hable que en el libro del mismo título recogía "monstruosidades y aberracioncitas reales que se esconden en la letra pequeña" pero en el show del teatro, es diferente. "Es un monólogo de lo cotidiano, de humor de lo que nos pasa todos los días, donde recurro al ludolenguaje, a jugar con las palabras", ha asegurado en Las Mañanas de RNE

Luis Piedrahita en 'Las Mañanas de RNE'
Luis Piedrahita en 'Las Mañanas de RNE'

Luis Piedrahita en 'Las Mañanas de RNE' rne

Y para que nadie piense que él lleva al teatro esas palabras preparadas, trucadas, el espectador se encuentra una caja cuando llega, donde puede dejar escrito lo que quiera: "Una palabra, una reflexión, una declaración de amor... y en el momento que a mí me parece cojo la caja e improviso, el monólogo sigue con lo que yo me vaya encontrando...", explica.

En este reto creativo diario, en el que se le puede ver en la Sala 2 de los cines Callao de Madrid, Piedrahita se ha encontrado más que palabras: "Me han dejado naranjas, cuando yo hacía un monólogo sobre esta fruta; también regalos, barajas de cartas e incluso un libro de poemas de Machado".

Confiesa que se le ocurrió incluir esta novedad en su monólogo porque "lo peor que le puede pasar a un humorista es creer que se sabe el camino, acomodarse, recorrer siempre los mismos senderos y no quiero que eso me ocurra".

Sí es fiel al guión para hablar de señales de tráfico, de los tatuajes, del tiempo, de los villancicos, de las cabinas de los peajes de las autopistas... "que siempre me han llamado mucho la atención, cuando pasas por allí nunca hay coches aparcados, ¿cómo llega esa gente allí?", bromea el humorista.

En 2008 estrenó La habitación de Fermat, como director, y asegura que cuando llegue otra película como esa, la hará, "el cine es algo que no es tan fácil porque han de cuadrarse muchos astros". También confiesa que le gustaría hacer una ópera y que se siente muy afortunado por poder hacer todo lo que hace "y que el público me deje seguir haciéndolo, es el público el que te renueva el contrato". Pero si solo pudiera trabajar en una cosa, elegiría el teatro "quizá por la conexión que se crea con el público en directo".

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