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Por qué la economía no da la felicidad pero ayuda a conseguirla

  • El economista José Carlos Díez lo explica en su nuevo libro
  • Conceptos y soluciones para tener criterio propio sobre la crisis

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Las mañanas de RNE - 'La economía no da la felicidad, pero ayuda a conseguirla'

La crisis económica, el desempleo, la falta de inversión en investigación y desarrollo, los recortes en la enseñanza o el deterioro de las relaciones sociales son cuestiones con las que convivimos desde hace unos años y son algunos de los puntos que analiza José Carlos Díez en su nuevo libro La economía no da la felicidad pero ayuda a conseguirla.

Un compendio de ideas, de conceptos y de soluciones para tener criterio propio sobre lo que está pasando "con el objetivo de subir el nivel de conocimiento y el nivel cívico de la sociedad, para que cuando superemos esta crisis, la gente esté más preparada para la siguiente", explica el economista, quien asegura que el título lleva truco porque en realidad "los economistas debemos dedicarnos a proteger a la sociedad y a los ciudadanos de la infelicidad más que darles la felicidad".

El libro es muy crítico con el comunismo y con el ultracapitalismo, es un texto "mesurado" que no pretende entrar en política "otra cosa es que los políticos lo lean", dice Díez, quien da su opinion sobre las medidas que se han llevado a cabo, por ejemplo: "No deberíamos haber recortado en educación".

También afirma que en los últimos años la desigualdad y la probreza han subido en España muchísimo más que en Europa, "algo hemos hecho mal", se lamenta.

La necesidad de un modelo propio

En relación al estado de bienestar, Jose Carlos Diez asegura que hay que tener un modelo combiando en el que el Estado crea y distribuye la riqueza y en cuanto a la recuperación del país afirma que "con un 24% de paro y un nivel de deuda muy alto, estamos mejor pero aún en cuidados intensivos".

La economía no da la felicidad pero ayuda a conseguirla analiza la situación interna de nuestro país pero también la relación económica de España con el resto del mundo.

"Nos encontramos en un momento en el que hay un gran cambio en la globalización, países como China, Sudáfrica, Chile o Polonia quieren entrar a competir en la globalización y tienen derecho", dice el economista, quien asegura que España tiene que apostar por un modelo propio y con él ir a Europa y posicionarnos en la globalización. "Los alemanes tienen su modelo, los italianos también... Nosotros tenemos que tener el nuestro y hay que acabar con eso de que los empresarios españoles sientan vergüenza al decir que el producto está fabricado en España".