Enlaces accesibilidad

La genuina fantasía rocanrolera de The Kinks

  • Se cumplen 60 años de la creación del Ray Davies Quartet, gérmen de la banda
  • Este domingo, Sonideros dedica una hora al grupo inglés, institución del rock

Por

En 1962, los hermanos Ray y Dave Davies crearon el Ray Davies Quartet con su amigo del colegio Pete Quaife. Aquella efímera banda, germen de The Ravens y enseguida de The Kinks, llegó a contar entre sus vocalistas con un jovencísimo nativo de Glasgow llamado Rod Stewart. Se cumplen, pues, ahora cinco décadas de la formación de una de las bandas más importantes de la historia del pop-rock británico, probablemente el grupo más versátil, inteligente y divertido de los surgidos al amapro del Imperio de su Graciosa Majestad.

Liderados por el genio irresistible de Raymond Douglas Davies, The Kinks han creado escuela en subgéneros y estilos tan diversos como el R&B blanco, el hard rock, el glam, el punk, la new wave y el brit pop y su nombre es hoy para muchos la mejor respuesta a la vieja (estúpida) pregunta de los años 60. ¿The Beatles o The Rolling Stones?: The Kinks, por supuesto.

God Save The Kinks

En realidad, los hermanos Davies iban para artistas multimedia. A Ray le fascinaba la litearatura, Dickens sobre todo, el cine y las artes plásticas y la música sólo le interesó circunstancialmente: resulta que se hizo mayor en el epicentro de la explosión beat, justo al mismo tiempo que Lennon y McCartney o Jagger y Richards.

¡Ah!, pero Raymond Douglas Davies nunca se avino a las reglas no escritas del pop británico. Él y su grupo empezaron titubeantes en el sello Pye con dos singles fallidos y demasiado miméticos de los de The Beatles, pero enseguida deslumbraron con una composición rocosa ("You Really Got Me") que el tiempo convertiría en prototipo del rock duro, del garage y del punk, puro R&B salvaje, acelerado y suburbial en la estela de Bo Diddley.

Camorristas cockneys

Casado con una de sus fans, Rasa, Ray Davies abundó en la línea de aquel primer éxito con piezas asfixiantes como "All Day And All Of The Night", "I Need You" o "Till The End Of The Day", que influyeron decisivamente en la carrera de bandas coetáneas suyas como The Who, Led Zeppelin o The Doors ("Hello I Love You" es un calco de "All Day And All Of The Night").

A mitad de los años 60 The Kinks se mostraban arrogantes e intratables, cuatro camorristas 'cockneys' convencidos de su superioridad musical y literaria. En disco alternaban la dureza de sus riffs de guitarra, con lecturas sarcásticas y agridulces de la envarada sociedad británica de la época: trallazos proletarios del calibre de "Deadent Steet" convivían sin problemas con gloriosas estampas costumbristas como "A Well Respected Man", "Dedicated Follower Of Fashion", "Sunny Afternoon" o la sensacional "Waterloo Sunset".

Entre 1966 y 1970 firmaron al menos tres álbumes memorables, cumbres del rock de la época: Face To Face, Something Else By The Kinks y The Kinks Are The Village Green Preservation Society.

Reyes del music hall, destajistas del rock americano

Luego, escribieron las primeras óperas y operetas de la historia del rock (Arthur, Preservation Act. 1 & 2, Soap Opera); cultivaron la estética del music hall y el cabaret; anticipando la eclosión del glam; hicieron las Américas en el sello Arista, con una serie de discos menores de rock duro donde siempre cabía alguna portentosa balada diletante; y terminaron su carrera con los dos hermanos Davies enfrentados a cara de perro, firmando canciones tan amargas como "Hatred ( A Duet)": "Te empeñas en acusarme/ de conducir tu vida a la miseria/ pero si eso no es abusar de mí, ¿qué lo será?/ Quieres ser mi amigo, pero ya es demasiado tarde,/ mi cariño hacia ti se ha convertido en odio/…/ El odio es lo único que nos mantiene juntos/ El odio, el odio es lo único que dura eternamente".

Telón de fondo de una genuina fantasía de rock’n’roll, una vida, la de Ray Davies, rica en contradicciones y generosa en emociones. La vida de un gran contador de historias, un aspirante a bufón de corral de comedias cínico, compasivo, lúcido y sarcástico, uno de esos artistas singulares que han dejado huella indeleble en el Gran Circo del Rock’n’Roll. A su obra y la de The Kinks dedicamos este domingo un espacio especial en Sonideros. Raymond Douglas Davies, thank you for the days...

Radio

anterior siguiente