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PROYECTO STAR

Construyendo un cohete para batir el récord: cuando ir a la Universidad es mucho más que aprobar exámenes

  • Hablamos con el grupo de universitarios que está construyendo el cohete más potente de España
  • Su propósito es lanzar un cohete a una altitud superior a los 4km de altura, casi triplicando el récord de altura nacional

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A Miguel González (22 años) le queda solo el proyecto para acabar ingeniería aeroespacial, lleva en STAR desde su fundación y actualmente es el vicepresidente y miembro del equipo de fuselaje. Isabel Ibáñez (22 años) está en cuarto de ingeniería aeroespacial y es la Jefa del equipo de Integración y Logística. Por su parte, Victoria Tejera tiene 22, estudia un mix entre tercero y cuarto de ingeniería mecánica y es la Jefa del equipo de Marketing. Los tres forman parte de STAR, el proyecto universitario que pretende batir el récord con la construcción y lanzamiento del cohete Astrea-C.

Tienen veintipocos años, pero a pesar de su corta experiencia ya saben lo que es emplear tiempo, esfuerzo y dedicación a una idea. "Invertimos casi todo nuestro tiempo libre en esto", reconoce Miguel casi sin pestañear. Él está dentro de STAR desde su nacimiento y ha visto cómo han pasado de ser cinco colegas a 57 personas organizadas en diferentes áreas, y esto con pandemia de por medio. Un crecimiento exponencial que se ha dado en apenas 3 años y que les hace afrontar los siguientes retos con más ganas.

Inicialmente el proyecto STAR no nació con un objetivo definido, ni mucho menos, simplemente eran universitarios curiosos y deseosos de tener un espacio donde poner en práctica algunas ideas. Pero las oportunidades se les han ido presentando solas por el camino. "En España hay mucho más de lo que pueda parecer. Yo desde que estoy en esto he visto muchísimas oportunidades", afirma Isabel.

Ahora mismo su dossier de presentación dice que STAR tiene como propósito lanzar un cohete a una altitud superior a los 4km de altura, casi triplicando el récord de altura nacional. Pero su principal objetivo va más allá de alcanzar este récord. Hablan de algo que perdure cuando ellos ya no estén, de ser referentes, de allanar el camino a los que vengan detrás. Vamos, de sentar cátedra.

P: ¿Cuándo empezó todo?

Miguel: Básicamente fue en 2018 cuando un grupo de amigos dijimos: 'Oye, ¿por qué no montamos un motor de cohete?' Fuimos a hablar con un profesor y acabamos montando un pequeño cohete, bueno no tan pequeño, de un metro y medio... Normalmente la gente empieza con un cohete más pequeño que compras con todas las piezas hechas, las montas y lo lanzas, pero nosotros lo queríamos hacer más nuestro. Muchas de las piezas estaban diseñadas por nosotros.

P: ¿Y cuántos eráis?

Miguel: Al principio solo cinco. Empezamos aquí en Maker Space, que es un espacio muy bueno que nos ha dejado la Universidad, sin esto no hubiésemos podido hacer nada. Es un sitio en el que poder trabajar con las herramientas necesarias, como impresoras 3D. Es más, fuimos el primer proyecto inscrito en Maker Space. Pensamos que venir a la universidad solo para aprobar exámenes no es divertido.

P: ¿Qué es exactamente el Maker Space?

Miguel: Hay un concepto que se inventó el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), que en teoría es la mejor universidad de ingeniería del mundo, que son los Fab Lab. Sitios básicamente como este, aunque ellos en lugar de un aula le dedican un edificio entero. En definitiva, un lugar lleno de herramientas al que la gente acude con ideas para poder desarrollarlas. El fenómeno Fab Lab empezó a rular por el mundo. En Madrid hay uno en Atocha, pero lo quieren cerrar. Lo que pasa es que para llamarse Fab lab hay que pagar, entonces la Universidad dijo Maker Space, que viene a ser lo mismo. Es una cosa que viene del movimiento maker, el open source, el compartir conocimientos... Va todo en esa línea.

P: Desde 2018 hasta ahora, ¿cuánto ha crecido el proyecto?

Victoria: Ahora mismo somos 57. Hemos crecido bastante, casi 10 veces más. Y lo curioso es que el crecimiento más grande, el más reciente, en el casi nos duplicamos, fue en época de pandemia. Entonces, muchos ni siquiera nos conocemos en persona. Estamos divididos por equipos y dentro de los propios equipos conocemos nuestras voces y fotos porque no hemos podido realmente trabajar en persona. Aunque tengo que decir que hemos sabido conectar muy bien de forma virtual. Estoy sorprendida de lo bien que nos hemos adaptado a la situación.

Isabel: Ha estado bien porque eras capaz de trabajar en tus horarios. Hay gente a la que le gusta mucho trabajar por la noche y otros que trabajamos mejor por el día. Así cada uno podía ir avanzando a su ritmo y eso ha venido bastante bien.

P: ¿Cómo empezó todo?

Miguel: Recuerdo un día en el que fuimos a hablar con un profe a ver si nos daba un poco más de apoyo, si se podía pedir financiación y demás. Él nos puso en contacto con unos chicos de cuarto que tenían otro proyecto. Yo en ese momento estaba en segundo. Una gran parte de la gente entró a Maker Space porque hubo una chica que creó un taller de satélites en el aula al que acudió bastante gente. Ahí conocimos a bastante gente que estaba trabajando en otros proyectos. De hablar, hablar, hablar y el ayúdame en esto que yo te ayudo en esto otro, de ahí surgió todo un poco. Al final, poco a poco, fue creciendo. Después éramos 13, abrimos plazas para entrar y lo solicitaron 40.

Victoria: En ese momento ya teníamos como una división de lo que queríamos que fuera la asociación en siete equipos que somos actualmente y que son: propulsión, simulación, software, aviónica, integración y logística, marketing y fuselaje.

P: ¿Qué requisitos pedís a los que quieran entrar?

Miguel: Nosotros no pedimos tanto gente que sepa, sino gente que sea capaz de saber. Es decir, es más valorable una persona que no tire de ti. Una persona a la que tú le dices: ‘Encárgate de esto’ y dice: ‘Vale’. Yo recuerdo un chaval que cogí, ahora mismo es jefe de equipo de fuselaje, al que le decía que le ayudaba y él me decía: 'No te preocupes que me las apaño yo.' Gente que sea capaz de trabajar, con iniciativa y que sea capaz de aprender.

Isabel: De primeras nadie sabe casi nada porque no nos lo enseñan en la carrera. Entonces, es ser capaz de leer un montón de cosas, ver que están haciendo en otros lados y hacerlo tuyo. Al final, ser autodidacta y ponerle ganas. Recuerdo que en las entrevistas cogías a la gente que te decía que quería entrar porque tenía muchas ganas.

P: ¿O sea que de 5 o 6 personas a casting para entrar?

Isabel: Sí, sí. Luego te sientes súper mal porque se presentó muchísima gente, pero no somos capaces de asimilar a tanta gente. Yo estuve estudiando en Estados Unidos y no te hacían entrevistas. Cogían a todo el mundo porque había muchos proyectos, la gente se iba cayendo y entraban otros. Pero aquí no somos tan grandes, ni estamos tan preparados para coger más de un proyecto, ni para acoger a tanta gente.

Victoria: El año pasado cogimos a 30 personas de 120 que se presentaron.

Miguel: Además, es mejor tener a menos gente que trabaje bien a más gente que trabaje mal. Porque al final la gente que no hace lo que tiene que hacer, va retrasando al resto.

P: ¿La gente se presenta como muy motivada al principio y luego lo deja?

Miguel: Eso pasa. Pero bueno, en parte para eso tenemos una cuota de entrada. Es decir, cada persona que entra paga un dinero, que son 50 euros al año, y lo hicimos por primera vez el año pasado porque nos hacía falta dinero. Esto fue a raíz de la pandemia y la necesidad de comprar material.

Isabel: También es una forma de compromiso y de que no se meta alguien solo por probar. Solo son 50 euros al año, que no es nada, pero bueno, hacen de filtro.

Victoria: Realmente cuando lo propusimos y los jefes de equipo se lo comentamos al resto de miembros, la verdad es que todos estuvieron de acuerdo. Cuando sientes que algo es tuyo no te importa pagar 50 euros.

P: ¿Es complicado auto financiarse?

Victoria: Lo que conseguimos casi siempre es material y asesoramiento. La parte de conseguir dinero es la más difícil. Una de nuestras mayores fuentes ha sido una campaña crowfunding que lanzamos, que fue muy bien y que conseguimos el interés de la gente. Siempre estamos intentando conseguir cosas nuevas.

Miguel: El año pasado, por ejemplo, estábamos fatal de dinero. Nos daban material para mecanizar, pero no para las pequeñas cosas como los tornillos. Entonces, eso lo acababa pagando siempre una persona. Por lo que decidimos hacer este bote para comprar cuando se necesite, sin esperas. Además, antes la universidad no contemplaba dar dinero a este tipo de asociaciones. Solo daba dinero a asociaciones que organizaban eventos.

P: ¿Cuál es el objetivo final?

Victoria: El proyecto a corto plazo es batir el récord, pero realmente lo que buscamos es que se fundamente esta asociación y que cuando todos nos graduemos siga siendo parte de la Universidad. Algo que los estudiantes puedan disfrutar porque como dijo antes Isa: 'Nada de esto lo aprendemos en las horas de clase'. Una ingeniería es súper práctica, entonces además de los proyectos y alguna competición, lo que más queremos es que esto perdure en el tiempo.

Isabel: Establecernos como referentes para otras universidades. Hay gente que no ha tenido la misma suerte que nosotros. Hay otras universidades en las que solo hay dos personas que les interesa hacer este tipo de cosas y no consiguen crear un equipo sólido para un proyecto. Entonces, acuden a nosotros a preguntarnos cómo lo hemos hecho. Porque los que empezaron se dieron de cara con ello, pero ahora que ya hemos aprendido, podemos ayudar a otros.

P: ¿Qué os ha enseñado STAR?

Victoria: Muchas cosas, no solo la parte técnica, sino saber que es trabajar en equipo, tener una organización, comunicarte... Porque el proyecto no sale sino trabajamos todos. Esto nos ha enseñado que al final somos una compañía a pequeña escala y depende de nosotros que el trabajo salga. Cada uno tiene que poner de su parte, pero trabajando en equipo.

P: ¿Tenéis una jerarquía establecida?

Miguel: Sí, yo soy el Vicepresidente. Tenemos un Presidente, que es quien manda más. Luego hay un tesorero y un secretario. Después tenemos la directiva técnica ampliada, que somos nosotros más los jefes de equipo.

Victoria: Creo que el tesorero es el que más trabajo tiene: las cuentas, firmas cosas, en general, llevar todo eso es un jaleo.

P: ¿Cuáles son las mayores problemáticas que os encontráis?

Victoria: Pues el año pasado en el momento en que vimos que no teníamos dinero y dijimos: ¿cómo lo vamos a hacer?

Miguel: Y eso es un problema. Porque a lo mejor tienes dinero para una sola pieza y esa pieza tiene que salir bien. Entonces la revisas millones de veces y tardas más tiempo en revisarla que en pedir una nueva, probarla y si sale mal, pedir otra.

Isabel: Hemos comprobado que al final las cosas salen por prueba y error. Tú piensas que lo estás haciendo bien, pero hasta que no lo pruebas, no estás seguro de que lo estás haciendo realmente bien. El ser capaces de no sentirte mal porque salga mal. Eso se nota mucho en los equipos americanos que tienen mucha financiación y al final eso va rapidísimo porque lo prueban y si sale mal tienen el repuesto.

P: ¿Y ya hay fecha de lanzamiento por ahí rondando?

Victoria: Tenemos algunas personas que se gradúan ahora, se van del país y quieren ver los frutos de su proyecto. Entonces no tenemos como un deadline, pero todos estamos demasiado ansiosos por que el proyecto cobre por fin vida.

Miguel: Para final de julio deberíamos tener ya el cohete entero fabricado. Luego ya lanzarlo de cara a septiembre/octubre.

P: ¿Dónde lo lazaríais?

Miguel: Hay una asociación en España de cohetería que deja sus sitios para lanzarlos. Porque hay gente de 60/70 años que tiene sus cohetes y los lanza. Cuando ellos vayan a lanzar, encontrar un espacio ahí para poder lanzar nosotros.

Isabel: Hay que mirar el espacio. No puedes lanzarlo donde quieras porque pueden pasar aviones, avionetas, etc. Hay que pedir una serie de permisos. De hecho, si lo quieres lanzar mucho más alto, ya tiene que ser en el mar.

P: Para gente que esté pensando que la ingeniería es difícil, un rollo o algo para frikis, ¿qué les diríais?

Victoria: Yo le diría a todo el mundo que hay maneras de poner las cosas en práctica y hacer todas las cosas chulas en las que uno piensa cuando se imagina ingeniería. Si no hay una asociación que lo haga, sé cómo Miguel y Mario y crea la tuya propia. Es difícil, pero todos estamos pasando por ello. Algo que nos ha dado STAR es conocer a otras personas de otras carreras que jamás hubiese conocido de otra forma. Tenemos un canal que es para cosas que no tienen nada que ver, y de repente yo pregunto por un programa que me está dando error, y sale alguien de otra carrera y me ayuda. Se crea cooperación con otras disciplinas.

Miguel: La mitad de la gente en STAR no es de aeroespacial, porque es un proyecto multidisciplinar. Y esa gente se involucra, porque ir a la Universidad solo para estudiar exámenes es perder un poco la oportunidad. Ya que estás, haz algo más, que sea divertido.

Isabel: No hace falta ser un genio, simplemente tener ganas y ser capaz de aprender. No hace falta que vengas con conocimientos adquiridos de antes. Las notas no nos importan para nada.

P: Además estáis demostrando la capacidad de emprender, ¿no?

Isabel: Se valora mucho. Yo lo he notado a la hora de pedir máster que se valora que hayas hecho algo más que no sea la propia carrera. Si eres de dieces vas a poder entrar en todos lados, pero de dieces hay una o dos personas.

Miguel: Por ejemplo, en EEUU está bien visto que montes una empresa, aunque no salga bien. El fracaso no está mal visto porque al menos lo has intentado y eso es lo que importa. Porque si lo sigues intentando en algún momento saldrá. Aunque decimos a la gente que no entre en STAR para el currículum, es algo que viene bien.

P: ¿Algo más que añadir?

Miguel: Mencionar que en STAR al final haces amigos. Es decir, también es algo social. Yo en vez de irme de cervezas con la gente de clase, me voy con la gente de STAR. Somos como una familia. Aprendes también que hay vida mucho más allá de las notas.

Isabel: También hay que saber que una ingeniería no te la sacas solo; o estudias con amigos o no la sacas. Me parece increíble, por ejemplo, que yo dejo un ejercicio y alguien encuentra mis fallos. A lo mejor no hay fallos y yo simplemente te lo he dejado, pero siempre trabajamos entre todos. De STAR se aprende eso.

Victoria: Al principio parece competitivo, pero luego te das cuenta de que, si no lo hacemos juntos, no sale. Luego conoces a gente increíble y que dentro de un equipo son capaces de todo.