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Los últimos años han supuesto un cambio en los hábitos de consumo tanto dentro del hogar como fuera. La pandemia, los conflictos bélicos y la incertidumbre económica han dejado un consumidor de hostelería con más ganas de disfrutar, pero que mide y busca retorno de cada uno de sus momentos de ocio.

Entre "el picante" y "lo picante" hay una cierta diferencia, sutil, pero que todavía un robot no acertaría a detectar con precisión. Al robot habría que explicarle cosas como la diferencia que hay entre el efecto producido por una guindilla y el producido por un chiste verde, picante.

Este Lunes de Pascua se van a vender 800.000 monas en Barcelona, que este año se enfrentan a una subida del precio del cacao. La sequía y las plagas han reducido la producción de cacao hasta un 35% en las plantaciones de Ghana y Costa de Marfil, los principales productores mundiales. El miedo a la escasez ha hecho que su precio se triplique en el último año. 

La facturación de los hosteleros andaluces se ha reducido un 50% esta Semana Santa, con respecto al año pasado. En una entrevista en TVE, Gregorio García, vicepresidente de la Federación de Empresarios de Hostelería de Andalucía, matiza que "no es mala del todo", aunque reconoce que se han suspendido procesiones, las terrazas no han trabajado y no han llegado reservas de última hora. De cara al verano, las previsiones son buenas y pide inversiones en infraestructuras turísticas, recuerda que el turismo "es la primera industria en Andalucía".