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Yuri Gagarin: 60 años del primer viaje humano al espacio

  • La nave, Vostok-1, fue lanzada desde el Cosmódromo de Baikonur (Kazjstán)
  • Gagarin pudo comer, beber y escribir con un lápiz mientras orbitaba

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Yuri Gagarin: 60 años del primer viaje humano al espacio

Hoy se cumplen 60 años de una hazaña humana histórica: el viaje del cosmonauta ruso Yuri Gagarin que le convirtió en el primer ser humano que vio con sus propios ojos la Tierra desde el espacio. Fue un 12 de abril de 1961 y fueron 108 minutos de vuelo orbital que marcaron un hito y colocaron a la entonces URSS, en plena Guerra Fría, a la cabeza de la carrera espacial.

Aquel viaje y la vida del cosmonauta, hijo de campesinos soviétivos, están plagados de anécdotas, y el mito y la leyenda siguen envolviendo su figura. Gagarin fue elegido para esta proeza por el responsable del programa espacial soviético, Serguéi Koroliov, por su experiencia como piloto de caza a reacción.

Teniendo en cuenta las características y capacidades de la tecnología espacial de la época, era necesario candidatos específicos, profesionales absolutamente sanos y disciplinados, que tuvieran unos 30 años, midieran no más de 1'70 metros y pesaran entre 68-70 kilos.

Según apunta la agencia rusa RIA Novosti, nueve meses antes del legendario vuelo, los seis mejores pilotos soviéticos se reunieron con Koroliov que les mostró la primera nave espacial y preguntó quién quería conocer la cabina, un ofrecimiento al que respondió Gagarin, quitándose los zapatos y subiendo la escotilla.

Gagarin, el candidato perfecto

Gagarin era el candidato ideal, por eso fue aprobado para realizar el primer vuelo del hombre al espacio y cambiar la historia universal. Poco antes del viaje, Gagarin escribió una carta a su mujer, Valentina, sobre su esperado vuelo. "¿Puedo soñar con algo más? ¡Es historia, es una nueva era!. Dentro de un día despega mi vuelo. Creo en la técnica completamente. No debe fallar", decía la misiva.

El primer vuelo se realizó en modo automático, suponía que el cosmonauta era pasajero de una nave espacial. Sin embargo, en cualquier momento, podía tomar el control manual de la misma.

Los secretos del primer viaje humano en el espacio

Los psicólogos soviéticos no sabían muy bien cómo se comportaría una persona sometida a una prolongada ingravidez, y admitían que el cosmonauta podía perder el control de sí mismo y podía querer conducir la nave de forma manual, por lo que el código numérico para desactivar el modo automático estaba guardado en un sobre cerrado. Se suponía que solo una persona consciente podía leer e introducir este código. Sin embargo, antes del vuelo alguien se lo desveló a Gagarin.

Camino hasta el cohete y despegue

En el camino del cosmonauta hasta el cohete, la gente le pedía autógrafos. Ya sobre la plataforma metálica junto a la entrada de la nave, Gagarin levantó las dos manos despidiéndose de los que se quedaban en la Tierra.

Ahí comenzó la aventura soviética en el espacio. La primera nave espacial tripulada Vostok-1 fue lanzada a las 09.07 horas (hora de Moscú) desde el Cosmódromo de Baikonur (Kazjstán). Los registros de la agencia espacial rusa Roscosmos, aseguran que al oir el ruido de los motores, Gagarín gritó: "!Allá vámos!". Frase que todavía resuena como un himno.

La nave dio una vuelta a la Tierra y aterrizó a las una hora y 48 minutos más tarde en un pueblo en la región de Sarátov, en el sureste de Rusia. Las señales de radio de la nave espacial soviética fueron capturadas por los observadores de la estación radar estadounidense Shemya, situada en las islas Aleutianas.

Cinco minutos más tarde, al Pentágono se le envió un mensaje cifrado. Al recibirlo, el empleado de turno de noche llamó a casa del doctor Jerome Wiesner, asesor de ciencia superior del presidente John F. Kennedy, para informarle de que los rusos habían adelantado a los estadounidenses.

En órbita, Gagarin realizó unos experimentos sencillos: beber, comer, escribir con un lápiz. Todas sus sensaciones y observaciones se registraron con una grabadora a bordo. "Pobladores del mundo, salvaguardemos esta belleza, no la destruyamos", decía el cosmonauta mientras orbitaba.

El descenso

Durante el descenso, Gagarin se sometió a una sobrecarga entre 8 y 10 veces mayor de la normal, pero estaba preparado para superarla. Lo más complicado fue combatir el estrés psicológico ya que la temperatura exterior durante el descenso puede alcanzar los 5.000¿C y la cabina empezó a crepitar.

A una altitud de 7 kilómetros, según el plan de vuelo establecido, Gagarin se catapultó. Yuri corrió el peligro de caer con su paracaídas en el agua helada del río Volga. Pero gracias a un buen entrenamiento previo al vuelo, pudo realizar unas maniobras y aterrizó a dos kilómetros del río.

El papel de Gagarin en la Guerra Fría

Las primeras personas que recibieron al cosmonauta en la Tierra fueron la esposa de un guardabosque local, Anna Tajtárova, y su nieta de seis años, Rita.

Yuri Gagarin murió a los 34 años pilotando un avión el 27 de marzo de 1968. Un accidente que sigue rodeado de misterio y de incógnitas.