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Coronavirus

Irlanda decreta el nivel máximo de alerta y cierra bares, restaurantes y comercios no esenciales

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Una mujer camina por el centro de Galway (Irlanda)
Una mujer camina por el centro de Galway (Irlanda)

El Gobierno irlandés ha decretado este lunes la máxima alerta del plan contra la COVID-19, que insta a la ciudadanía a quedarse en casa y cierra los bares, restaurantes y comercios no esenciales, aunque mantiene abiertas las escuelas y guarderías.

Este confinamiento, menos estricto que el impuesto durante la primera ola, entrará en vigor el jueves y durará seis semanas, con vistas a levantar progresivamente las restricciones hacia principios de diciembre para dar un respiro a la economía de cara a las Navidades. A partir del 1 de diciembre, el Gobierno prevé rebajar el nivel de alerta al 3.

Según las nuevas restricciones, los bares y restaurantes solo ofrecerán servicios para llevar, se prohibirán todas las reuniones familiares y no se permitirán visitas a otros domicilios, mientras que los desplazamientos no esenciales, como paseos o salidas de ejercicio físico, se limitarán a un radio de cinco kilómetros. Además, los ciudadanos solo podrán salir de los condados donde residen para trabajar, estudiar u otras causas consideradas esenciales, si bien las autoridades recomiendan el teletrabajo.

Irlanda consigue controlar la pandemia

Los casos repuntan en la última semana

De acuerdo con el último balance oficial, el país ha registrado 1.031 nuevos casos en el último día tras una semana de ascenso, para un acumulado de 50.993 casos y 1.852 fallecidos. Este marcado repunte de casos ha llevado al Gobierno a decretar la alerta en todo el país, siguiendo finalmente las recomendaciones de sus asesores sanitarios, -el 7 de octubre decretaba el nivel tres de alerta, en contra de los científicos-, aunque con desacuerdo político.

El principal partido de la oposición, el nacionalista Sinn Féin, ha apoyado la decisión del primer ministro Micheál Martin, pero ha pedido restricciones "justas, equilibradas" y acompañadas por medidas de apoyo para los sectores más vulnerables. Además, la dirigente del partid, Mary Lou McDonald, ha tildado de "inútil" y peligroso" el hecho de que Dublín y Belfast sigan estrategias sanitarias diferentes, puesto que hace una semana ya se decretó el cierre de la hostelería, comercios y de escuelas en tres condados colindantes con la provincia británica de Irlanda del Norte.

Irlanda, que consiguió contener la primera oleada con éxiot gracias al cumplimiento voluntario de las restricciones, prepara ya un paquete legislativo de emergencia para sancionar a los infractores durante esta segunda oleada, ya que las autoridades no han dispuesto de herramientas legales para multar.

Gales decreta un confinamiento de dos semanas

Tal y como ocurre en Irlanda, los países británicos vecinos también están incrementando las restricciones. En el caso de Gales, el ministro principal, Mark Drakeford, ha decretado un confinamiento de dos semanas para "ralentizar" la propagación del virus. La medida entrará en vigor el viernes y el Gobieron confía en que actúe a modo de "cortafuegos" ante la "muy grave situación" que atraviesa la región, con una media de 2.500 contagios diarios.

"Desde el viernes a las 17:00 GMT, todas las personas que se encuentren en Gales deberán quedarse en casa", corroboró el ministro principal al tiempo que precisó que "la única excepción la constituirán los trabajadores considerados críticos y aquellos en empleos en los que trabajar desde casa no es posible".

Durante esos quince días, los ciudadanos no podrán reunirse socialmente con personas de otros hogares, ni en el exterior ni bajo techo, con excepciones para adultos que viven solos y padres solteros. También cerrarán los lugares reservados a la oración, excepto para celebrar bodas y funerales, al igual que los colegios.

Sin embargo, las escuelas de primaria y colegios de alumnos con necesidades especiales reabrirán con normalidad, mientras que los centros de secundaria volverán a funcionar el 2 de noviembre.