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Coronavirus

España empieza a frenar al coronavirus gracias al confinamiento: cada infectado ya solo contagia a otra persona

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Un pareja confinada en Madrid aplaude desde su balcón a los trabajadores del hospital de La Princesa
Un pareja confinada en Madrid aplaude desde su balcón a los trabajadores del hospital de La Princesa.

Las drásticas medidas de confinamiento impuestas en España para frenar la expansión del coronavirus empiezan a dar frutos: después de tres semanas de distanciamiento social y de reducción de los contactos personales, el número reproductivo básico del COVID-19, que expresa el promedio de casos secundarios que causa una persona infectada, ha caído por debajo de uno, es decir, que cada portador del virus ya contagia a menos de una persona, lo que, a la larga, implica reducir la incidencia de la enfermedad.

En concreto, el ritmo reproductivo (R0) de España, según los últimos datos ofrecidos este lunes por el Centro Nacional de Epidemiología, cuando hace seis semanas llegó a superar el cinco. Además, doce comunidades autónomas (Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura, Murcia, Navarra, País Vasco y La Rioja) han traspasado también ese umbral, lo que permite vislumbrar un horizonte con menos contagios y, por lo tanto, con una menor presión sobre la capacidad del sistema sanitario para atender a los enfermos de coronavirus.

Ritmo reproductivo básico del COVID-19 en España y en las comunidades autónomas, a 6 de abril

Ritmo reproductivo básico del COVID-19 en España y en las comunidades autónomas, a 6 de abril CENTRO NACIONAL DE EPIDEMIOLOGÍA / INSTITUTO DE SALUD CARLOS III

Madrid y Cataluña, los principales focos de la epidemia, se encuentran aún por encima de ese límite, aunque muy cerca de alcanzarlo, con un 1,02 y un 1,07, respectivamente; asimismo, Galicia (1,04) y Andalucía (1,06) superan solo levemente esa cifra. Tan solo Castilla-La Mancha, con un 1,15, y las dos ciudades autónomas se encuentran aún distantes, aunque hay que tener en cuenta que a Ceuta y Melilla la enfermedad llegó más tarde y, por lo tanto, su curva tiene cierto desfase respecto a la del resto de regiones.

Es muy buen indicador epidemiológico, estos días claramente esta bajando

Unos datos que, para las autoridades españolas, confirman la tendencia descendente de la incidencia del coronvirus en el país: "Es muy buen indicador epidemiológico, estos días claramente esta bajando", se felicitaba este lunes la directora adjunta del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias, María José Sierra, durante la rueda de prensa diaria del Comité Técnico de Gestión del COVID-19.

Lejos de las cifras de febrero y marzo

"Es una buena noticia", coincide Salvador Macip, profesor de Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Cataluña (UOC), en declaraciones a RTVE.es, aunque recalca que "los importante es la tendencia, que baje de forma consistente y durante varios días". Sobre todo porque el cálculo del Instituto Carlos III, al que se adscribe el Centro Nacional de Epidemiología, derivan de los datos que recopila el Ministerio de sanidad, en los que no están reflejados todos los contagios porque no hay capacidad para realizar tests suficientes a todos los posibles infectados, sino solo a los más graves.

"Más allá de que esté en uno, por encima o por debajo, si los datos son consistentes y se recopilan de la misma forma, hay que observar que esté bajando, aunque la cifra no sea exacta", insiste Macip, que llama a conservar la "prudencia" a la hora de evaluar la evolución de la epidemia. "El confinamiento iba a bajar los contagios seguro, los datos son los esperados", asegura, aunque subraya que "el gran problema de este virus son los pacientes que están asintomáticos, días antes de desarrollar la enfermedad e incluso después de superarla", por lo que, a su juicio, "el confinamiento será seguramente más prolongado y más severo de lo que nos gustaría".

En cualquier caso, el número reproductivo estimado para este lunes indica que tanto el conjunto de España como cada una de las regiones se hallan ya muy por debajo de las tasas de contagio que se detectaban a finales de febrero y principios de marzo, cuando aún no se había decretado el estado de alarma ni se habían impuesto las medidas de confinamiento y distanciamiento social. En esas semanas, el ritmo reproductivo del virus llegó a alcanzar valores muy por encima del cinco, lo que se tradujo en un elevado ritmo de contagios.

El ritmo de contagios se frena

Así, dos semanas después, tal como cabría esperar por el período de incubación y desarrollo de la enfermedad, se reflejaron en las mayores tasas de crecimiento de infectados en España: entre el 9 y el 15 de marzo, justo antes de la declaración del estado de alarma, el número de casos aumentó todos los días más de un 30 %, lo que implicaba doblar el número de infectados cada tres días. El ritmo siguió siendo elevado los días siguientes, hasta alcanzar un último pico el 21 de marzo, con casi un 25 % más de infectados: desde entonces, con algún altibajo, el incremento de los casos nuevos de COVID-19 ha descendido paulatinamente y este lunes crecían ya a poco más del 3 %.

La reducción del ritmo reproductivo se refleja también, en este sentido, en el tiempo que tarda en duplicarse el número de casos de coronavirus: si en la fase más acentuada de la expansión era de menos de tres días, al ritmo actual se tardarían más de 15 días en doblar los infectados en España, según los cálculos del Centro Nacional de Epidemiología.

Un plazo que también se alcanza tanto en Madrid, el principal foco, como en Cataluña, Galicia, País Vasco y Aragón, mientras que Castilla-La Mancha sufre aún un nivel de contagios que conllevaría la duplicación de los casos en 10,9 días. En cualquier caso, todo el territorio nacional ha conseguido ampliar ese plazo notablemente, un factor imprescindible para reducir la presión sobre los hospitales y las unidades de cuidados intensivos. "Lo más importante es vigilar el grado de saturación de los servicios de asistencia", recalca Macip al respecto.

El confinamiento, clave para reducir las infecciones

La misma secuencia que con los contagios, solo que unos días más tarde, se aprecia en la curva de fallecidos, con crecimientos de en torno al 30 % alrededor del 21 de marzo, para después declinar paulatinamente, lo que no evitó que, en números absolutos, las jornadas más trágicas se vivieran a finales del mes pasado y principios de este: durante ocho días, España registró más de 800 muertes con coronavirus y el pasado jueves, 2 de abril, se alcanzó el máximo diario de decesos, con 950. Esas cifras parecen empezar a moderarse: este lunes se han registrado 637 muertes, a una tasa por debajo del 6 %.

Para ello, será esencial mantener el distanciamiento social y, sobre todo, elegir con cuidado el momento y la manera en que se relaja el confinamiento para permitir un retorno progresivo a la normalidad social y económica. El Gobierno ya ha anunciado una nueva prórroga de estado de alarma, hasta el 26 de abril, pero los sectores económicos no esenciales podrán probablemente retomar su funcionamiento el lunes 13, después de la Semana Santa y, para avanzar poco a poco hacia el restablecimiento de la normalidad sin que se relancen los contagios, se pretende aislar a los infectados asintomáticos. El objetivo, en última instancia, sería mantener el ritmo reproductivo por debajo de uno.

¿Por qué quedarnos en casa ayuda a salvar vidas?

En ausencia de medidas de distanciamiento social, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el ritmo reproductivo del virus se encuentra entre 1,4 a 2,5, aunque otras estimaciones hablan de un rango entre dos y tres. Es una cifra inferior a la de la viruela, que supera el 3,5, y similar a la del síndrome respiratorio agudo grave (SARS), otras dos enfermedades que se contagian por gotículas respiratorias; sin embargo, contra la viruela existe una vacuna y se considera erradicada del planeta desde hace cuatro décadas, mientras que el SARS sigue infectando, pero a mucho menor ritmo, dada la inmunización ya existente entre la población.

En cualquier caso, es una tasa de contagios que implica que cada persona infectada puede a su vez infectar a entre dos y tres más, provocando un crecimiento exponencial en la curva de contagiados. De ahí que la meta sea llevar el ritmo reproductivo básico hasta una cifra inferior a uno, para que a la larga pueda ser erradicado, como ha insistido en sus comparecencias el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón: "Cuando ese número está por encima de uno, ese caso transmite a una, a dos, a tres personas... la epidemia crece. Y ese número cambia en cuanto cambiamos el patrón de contacto social".