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Elecciones parlamentarias

Los conservadores se imponen en las elecciones parlamentarias iraníes con una caída histórica de la participación

  • La abstención ha sido del 58%, siendo esta la cifra más alta desde 1979
  • De los 30 diputados tan solo cinco son mujeres

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El líder iraní, el ayatolá Jamenei, habla durante una reunión en Teherán, Irán
El líder iraní, el ayatolá Jamenei, habla durante una reunión en Teherán, Irán

La coalición formada por el bloque conservador o principalista iraní ha logrado los 30 escaños del Parlamento correspondientes a la circunscripción de Teherán, en unas elecciones marcadas por una caída histórica de la participación hasta el 42,57%, según los resultados definitivos difundidos este domingo por la Comisión Electoral.

El cabeza de la lista Coalición de la Unidad, el exalcalde de Teherán, Mohamad Baqer Qalibaf, obtuvo en los comicios del pasado viernes 1.265.287 votos, seguido del segundo del grupo, el exministro de Cultura, Mostafa Mirsalim, con 892.318.

Esta victoria implica un vuelco total a la representación existente en el actual Parlamento salido de las legislativas de 2016, cuando fueron los reformistas y moderados los que se hicieron con los 30 escaños de la capital. Qalibaf, que también fue comandante de la Guardia Revolucionaria y representa a la línea dura del sistema, se perfila como el próximo presidente del Parlamento.

De los 30 diputados tan solo cinco son mujeres

La circunscripción de Teherán es la que más diputados aporta a la Cámara, que está compuesta por 290 parlamentarios, entre ellos cinco que representan a las minorías religiosas. De los 30 diputados electos en Teherán figuran cinco mujeres, entre ellas dos que en el pasado ya fueron diputadas, Zohre Elahian y Fatemeh Rahbar, mientras que en 2016 fueron ocho las que asumieron un escaño en la capital.

Todavía no se han dado a conocer los datos globales del país, pero los resultados preliminares difundidos desde la víspera dan una aplastante victoria a los conservadores en todas las circunscripciones.

Los reformistas y moderados se han visto perjudicados por la descalificación de sus principales candidatos y por la abstención de parte de su potencial electorado, que no ha ocultado su descontento con la gestión de diversas crisis como la economía.

Caída histórica de la participación

El líder supremo de Irán, Alí Jameneí, por su parte, ha afirmado que las recientes elecciones parlamentarias han demostrado que "la religión es la materialización de una democracia inclusiva", al tiempo que denunció una campaña extranjera para desalentar a los votantes.

"Se oponen a las elecciones porque no quieren que el fenómeno de la participación popular en las urnas, en nombre de la religión y al servicio a la revolución, se institucionalice como una realidad", ha subrayado.

La participación ha alcanzado únicamente el 42,57 %, cifra que arrojan una participación muy inferior a la de las legislativas de 2016, cuando se situó en el 62%.

Según el ministro iraní del Interior, Abdolreza Rahmaní Fazlí, acudieron a las urnas 24.512.404 millones de personas, de los casi 58 millones con derecho a voto, de los cuales el 52% de los votantes fueron hombres y el 48%, mujeres.

Rahmaní Fazlí justificó la tardanza a la hora de informar de las cifras de participación en que, para hacerlo en conformidad con la ley, debía celebrarse primero una reunión del Consejo de Guardianes y el Ministerio del Interior.