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La reforma laboral de 2012 consiguió crear más empleo pero de menor calidad, según el FMI

  • Mejoró la creación de empleo y redujo el paro juvenil aunque aumentó el trabajo involuntario a tiempo parcial

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Una empleada de una camisería en Barcelona
Una empleada de una camisería en Barcelona.

La reforma laboral de 2012 consiguió su objetivo principal que era aumentar la creación de puestos de trabajo, sin embargo se resintió la calidad del empleo con más empleados a tiempo parcial que preferirían trabajar a jornada completa. Estas son algunas de las conclusiones de un documento del Fondo Monetario Internacional (FMI) que analiza esta reforma.

Los autores Ara Stepanyan y Jorge Salas destacan que "el crecimiento del empleo posterior a la reforma fue sistemáticamente mayor y el desempleo juvenil menor" en comparación con una posible evolución sin haber realizado cambios en el mercado laboral español.

El informe subraya el impacto negativo de la reforma laboral al "aumentar el empleo involuntario a tiempo parcial y reducir el promedio de las horas trabajadas". Detalla que la flexibilidad mejorada de los contratos a tiempo parcial "podría ser un factor que impulse estos resultados".

También ponen el punto de mira en el cambio estructural en la economía, al desplazarse el empleo de la construcción, que emplea a trabajadores a tiempo completo, hacia los servicios, donde un 18 % de los empleados tienen contratos a tiempo parcial.

A la hora de analizar la desigualdad, señalan que "la fuerte creación de empleo, ayudada por las reformas, ha mejorado la distribución de los ingresos después de 2012". Los economistas del FMI indican que los cambios del mercado laboral en 2012 "contribuyeron a una reducción significativa en el coeficiente de Gini cinco años después de las reformas".

Más trabajadores pobres

La reforma laboral de 2012 no tuvo incidencia en la tasa general de población en riesgo de pobreza, pero el FMI si que advierte "un deterioro en la tasa de pobreza en el trabajo luego de las reformas". Es decir, creció el número de trabajadores pobres que pese a tener un empleo no pueden hacer frente a sus necesidades básicas.

Los autores achacan el incremento de la pobreza laboral a la mayor proporción del empleo involuntario a tiempo parcial y a las menores horas de trabajo porque la distribución de los salarios por hora entre los deciles de ingresos no cambió mucho.

Stepanyan y Salas matizan que su análisis "no arroja luz sobre el papel de medidas específicas" y piden "precaución al interpretar los resultados" porque "el impacto identificado de las reformas del mercado laboral aún podría estar influenciado por otros hechos que ocurrieron simultáneamente con las reformas, incluidas otras políticas estructurales".