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¿Termina la década en 2019 o no?: la duda que enfrenta al calendario con el diccionario

  • Según el calendario gregoriano, el fin de este año no marcaría el final de la segunda década del XXI porque nunca hubo año 0
  • Sin embargo, el Diccionario de la lengua española admite el uso de la palabra década como sinónimo de decenio

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El calendario responde de forma tajante a la pregunta, pero el diccionario abre más posibilidades.
El calendario responde de forma tajante a la pregunta, pero el diccionario abre más posibilidades.

Como ocurre cada vez que un año acaba en nueve, el debate sobre si estamos o no ante el fin de una década ha vuelto ‘a casa por Navidad’. Hay quienes defienden férreamente que será al final de 2020 cuando se pueda dar por cerrada la década, puesto que no existió nunca un año 0, y quienes, por el contrario, se agarran al diccionario para demostrar que la palabra década se puede emplear de manera genérica con el significado de decenio.

El calendario gregoriano, por el que se rige la mayor parte del mundo, zanja de manera clara la disputa: si el inicio lo marca en el año 1, habrá que esperar hasta 2021 para hablar del comienzo de una nueva década.

Sin embargo, como el lenguaje es una herramienta más flexible y más viva que un calendario que empezó a utilizarse en 1582, a menudo cae en el olvido la inexistencia de un año cero, en favor de la tendencia socio-cultural que nos lleva a agrupar los periodos de diez años a partir de cifras redondas.

En cualquier caso, las respuestas a la eterna pregunta son bastante claras y se resuelven calendario y diccionario en mano. La clave, según ha explicado la Fundéu en su blog, está en el sentido que se le dé a la palabra década, es decir, si se utiliza en relación con un siglo o para referirse a un periodo que separa a dos años cualesquiera.

Décadas ligadas a un siglo

Si uno acude al Diccionario de la lengua española verá que ese término tiene varias acepciones y entre las dos primeras cabalga este debate.

El primer significado que ofrece el diccionario de la RAE es “período de diez años referido a las decenas del siglo”, una acepción ligada a la forma de contabilizar el tiempo que hace el calendario gregoriano, cuyo punto de partida es el año 1 después de Cristo.

Por tanto, la primera década abarca desde el primer día del año 1 hasta el último del año 10 y la segunda, desde el 1 de enero del año 11 hasta el final del año 20. Y de manera clara la tercera década del siglo XXI empezaría en 2021.

El Diccionario panhispánico de dudas (DPD) lo resume de la siguiente forma: “en cuanto a las diez décadas de cada siglo, cada una de ellas comienza en un año acabado en 1 y termina en un año acabado en 0”.

Décadas como periodo de diez años

Sin embargo, la palabra década también puede emplearse con el significado más abierto que tiene el término decenio. El DPD define así esa segunda acepción del vocablo: “período de diez años consecutivos comprendidos entre dos años cualesquiera”.

Esta definición ampara a quienes insisten en celebrar este año el cambio de década, pero lo cierto es que, siguiendo esa lógica, llegaremos a la conclusión de que cada nuevo año empieza una nueva década o decenio.

En general y por inercia, se aplica con los años de los siglos la misma lógica que con los años de las personas y es habitual utilizar fórmulas como ‘década de los ochenta’ o ‘años ochenta’ para referirse al periodo comprendido, en ese caso, entre 1980 y 1989, ambos inclusive.

La solución para los que quieran celebrar en Nochevieja algo más que el cambio de año, sin que le afeen de falta de rigor, será hablar del inicio de la década de los veinte. Es la mejor forma de zanjar el debate (y que no haya rebate).

Quienes están muy lejos de esa disputa son los astrónomos, ya que su numeración es pura matemática y no contempla ese salto 'divino' del -1 al 1 sin pasar por el 0.

El año 0

Para conocer el origen de la contabilidad del tiempo que se sigue hoy día es necesario remontarse a la primera mitad del siglo VI y poner el foco en un monje y astrónomo: Dionisio el Exiguo, a quien el papa Juan I encomendó la elaboración de un calendario que partiese del nacimiento de Cristo.

El primer día de la era cristiana se fijó en el año 1, algo que resulta razonable teniendo en cuenta que en aquel momento no existía, como tal, el número 0, pero que se convirtió en una traba cuando hubo que convertir el sistema del ‘anno Dómini’ (año del Señor) al sistema de numeración actual.

De eso no tuvo culpa alguna Dionisio el Exiguo, pero sí de haber cometido un error que también hemos arrastrado ‘in saecula saeculorum’, es decir, por los siglos de los siglos.

El monje, que entonces tenía como base el calendario juliano y los años consulares, decidió que el punto de partida del calendario sería el momento de la ‘Encarnación del Señor’. El problema es que el Dionisio tomó como referencia que Jesús nació durante el reinado de Herodes y cometió un error de cálculo de entre cuatro y siete años al datar ese periodo.

Concluyó que Jesús nació el año 753 desde la fundación de Roma (‘ad urbe condita’), a pesar de que debió ocurrir años antes, lo que indica -aunque parezca contradictorio- que Jesús habría nacido ‘antes de Cristo’.