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El Banco de España aprecia indicios de estabilización en la economía tras la desaceleración

  • Estima que el PIB volverá a crecer un 0,4 % en el último trimestre, como en los dos anteriores, y un 2% en 2019
  • España se apoya en la menor incertidumbre global para seguir creciendo y creando empleo, aunque a tasas menores

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El PIB volverá a crecer un 0,4% en el último trimestre, según el Banco de España

Después de más de un año de desaceleración, el Banco de España aprecia ya signos de estabilización económica en el tramo final de 2019, sobre todo por la reducción de las incertidumbres ligadas a la disputa comercial entre Estados Unidos y China y por las perspectivas de resolución del Brexit, de forma que en el último trimestre el PIB español volvería a aumentar un 0,4 % y cerraría el curso con un avance del 2%, cuatro décimas menos que en 2018 y cerraría el curso con un avance del 2%una menos de lo que pronostica el Gobierno.

Así lo recoge en su informe trimestral sobre coyuntura económica, que arranca con la constatación de que "el tramo final de 2019 se ha caracterizado por la aparición de algunos indicios, aún muy incipientes, de estabilización del ritmo de crecimiento mundial", unas señales que también se detectan tanto en la zona euro como la propia economía española.

"El ritmo de avance de la economía española, que también ha acusado el empeoramiento del contexto exterior, se habría estabilizado en el tramo final del año", indica el documento publicado este viernes. Así, según las estimaciones del Banco de España, el PIB crecerá entre octubre y diciembre un 0,4 %, la misma tasa que registró en los dos trimestres anteriores, en un reflejo de que el país mantiene la senda de crecimiento y creación de empleo, aunque a ritmos menores que en los últimos años.

La tasa de crecimiento intertrimestral del PIB se mantendría en el 0,4 %, aunque con una composición del crecimiento más equilibrada

"La tasa de crecimiento intertrimestral del PIB se mantendría en el 0,4 %, aunque con una composición del crecimiento más equilibrada", afirma el informe, que explica como, tras la desaceleración, se han reducido los desequilibrios: "La demanda nacional volvería a tasas más moderadas de avance, mientras que la contribución del sector exterior volvería a ser más positiva, gracias a la recuperación de las exportaciones y a una cierta desaceleración de las compras al exterior".

Aún persisten los riesgos sobre la economía

De igual forma que el crecimiento, el supervisor constata que la creación de empleo se ha reducido a lo largo del año, aunque también señala que se está estabilizando: "En términos de la serie de afiliados a la Seguridad Social, la evolución del empleo hasta noviembre sugiere que la tasa intertrimestral podría ser, como en el tercero, del 0,4 %, lo que supone una estabilización del ritmo de creación neta de puestos de trabajo en cotas más reducidas que las observadas en 2018". Su previsión es que 2019 acabe con un aumento del empleo del 2 %, medio punto menos que el año pasado.

Pese a "este escenario algo más favorable", el Banco de España advierte de que persisten lo que denomina "riesgos a la baja", que sitúa sobre todo en el contexto exterior, a saber: "Que las tensiones comerciales tengan un grado de persistencia mayor que el contemplado en el escenario central, surjan nuevas dificultades en el proceso del Brexit o las políticas expansivas aplicadas en China no sean suficientemente exitosas para mitigar la desaceleración de esa economía".

Sin embargo, también en el interior hay incertidumbres, recalca el informe, que reclama "un impulso decidido a las medidas de consolidación presupuestaria y a la agenda de reformas estructurales”. Y subraya que "la prolongación de la fase expansiva se vería reforzada con la constitución de un gobierno estable" tras las últimas elecciones generales.

En este sentido, el Banco de España insiste en la necesidad de embridar el déficit público, que según sus cálculos será del 2,5 % este año, es decir, el mismo del año pasado y medio punto más de lo que espera el Gobierno. Pero, sobre todo, denuncia que "apenas se han producido avances para la corrección del déficit estrcutural" y que el control del gasto se basa en aspectos coyunturales, como "los efectos favorables del ciclo económico y la disminución de los gastos por intereses, como consecuencia de la disminución de los costes de financiación".

El Banco de España vaticina que el déficit superará en cinco décimas lo previsto por el Gobierno

El gasto aplazado durante la crisis ya se ha agotado

A la hora de explicar la evolución de la economía española, el Banco de España señala que la ralentización económica con la que se va a cerrar 2019 se debe en buena parte a la incertidumbre global y la desaceleración de la demanda mundial, aunque también a "la pérdida de dinamismo de la demanda interna".

Así, explica que la recuperación se caracterizó por repuntes muy pronunciados del gasto interno, porque los consumidores y los empresarios postergaron muchas decisiones a causa de la crisis que luego, con la mejoría, sí se tradujeron en compras de bienes duraderos y en inversiones empresariales o residenciales. "Este proceso de puesta al día estaría ya, en su mayor parte, culminado", indica el informe.

Pese a todo, el supervisor señala que la economía española ha mantenido el tono en el cuarto trimestre del año gracias al repunte de la demanda interna y, aunque el consumo privado se ha moderado en la recta final del curso, sigue apuntalado en la creación de empleo, las favorables condiciones de financiación y la mejor situación patrimonial de las familias.

"En el caso de los hogares, el aumento de sus rentas, sobre la base de la fortaleza de la creación de empleo y del crecimiento de los salarios reales, está permitiendo también que repunte el ahorro", señala el informe, que avisa, en cualquier caso, que ese ahorro también revela que los hogares españoles empiezan a ser más cautos en sus decisiones de gasto.