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Sebastián Piñera decreta el fin del estado de emergencia en Chile

  • El presidente saca a los militares de las calles, después de más de una semana de graves revueltas sociales
  • La presencia del Ejército ha originado repetidas denuncias por presuntos abusos de derechos humanos

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El presidente chileno, Sebastián Piñera.
El presidente chileno, Sebastián Piñera.

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, ha cumplido con lo anunciado el sábado y ha firmado este domingo los decretos necesarios para levantar el estado de emergencia en varias regiones de país, incluido Santiago, y así sacar a los militares de las calles después de más de una semana, y al mismo tiempo "recuperar el camino de la normalización institucional".

"Con el objetivo de contribuir a que Chile recupere la normalidad institucional, el presidente de la república ha firmado los decretos requeridos para que, a partir de las 00:00 de este lunes 28 de octubre, se levante el estado de emergencia en todas las regiones y comunas que se había establecido", indica Presidencia en un documento oficial.

Piñera estableció el estado de emergencia hace una semana para que las Fuerzas Armadas se encargaran junto a los agentes policiales de Carabineros y la Policía de Investigaciones de garantizar el orden público, lo que fue seguido por denuncias por presuntos abusos de derechos humanos a cargo de fuerzas del Estado.

Por primera vez desde que volvió la democracia tras la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), Piñera decretó el estado de emergencia en Santiago durante la noche del día 18, cuando comenzaron las protestas en Chile en forma de manifestaciones, disturbios, incendios y saqueos.

Al menos 19 fallecidos

Las protestas, que han dejado ya al menos 19 fallecidos, entre ellos seis extranjeros, se reprodujeron desde Santiago al resto de Chile tras el alza en el precio del billete del metro de la capital, la gota que colmó el vaso de la paciencia ciudadana frente la desigualdad y la injusticia social.

En el momento álgido del despliegue militar, todas las regiones, a excepción de la austral Aysen, tenían alguna ciudad, provincia o la región completa con destacamentos de las Fuerzas Armadas en las calles.

La presencia de los militares, que posteriormente se acompañó con toques de queda que ya fueron levantados, provocó un rechazo social y recordó por primera vez en casi 30 años los años más oscuros de la dictadura.

3.000 detenidos

El balance desde que estallaran las protestas en la noche del 18 de octubre deja más de un millar de heridos, casi la mitad por impactos de bombas lacrimógenas, balines de goma o disparos de bala, y más de 3.000 detenidos, según el Instituto Nacional de Derechos Humanos, un organismo público e independiente que monitorea las protestas.