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Los incendios forestales obligan a cerrar miles de escuelas y cancelar cientos de vuelos en Indonesia y Malasia

  • La calidad del aire de la isla de Sumatra ha empeorado hasta alcanzar la categoría de "nocivo"
  • Los fuegos se atribuyen a acciones deliberadas en plantaciones de aceite de palma, caña de azúcar y madereras

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Bomberos luchan contra el fuego en el Parque Nacional Sebangau, en la provincia indonesia de Kalimantan Central.
Bomberos luchan contra el fuego en el Parque Nacional Sebangau, en la provincia indonesia de Kalimantan Central.

La nube de humo provocada por los devastadores incendios que arrasan Indonesia y Malasia desde hace semanas ha teñido de rojo el cielo de la isla de Sumatra y ha empeorado la calidad del aire del archipiélago hasta la categoría de "nocivo". Los fuegos se atribuyen mayoritariamente a acciones deliberadas en las plantaciones de aceite de palma, caña de azúcar y madereras, entre otras.

La situación del humo en la región se encuentra en el nivel 3, el más alto, con las nubes más densas en las áreas cercanas a los bosques y plantaciones que arden en Sumatra y Borneo, según la agencia meteorológica del Sudeste Asiático.

Más de 2.000 escuelas han cerrado en Indonesia y Malasia debido al humo de los incendios,  que ha causado problemas respiratorios en miles de personas. La ciudad malasia de Kuching, así como Kuala Lumpur y Singapur llevan varios días entre las grandes urbes conpeor calidad del aire en el mundo, de acuerdo con Air Visual, una plataforma que mide el índice de calidad del aire (ICA) en todo el globo.

Más de 300.000 hectáreas arrasadas en Indonesia

En su último informe, la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNPB) de Indonesia ha informado de que el fuego ha arrasado más de 328.700 hectáreas en el país,  con 5.086 puntos calientes, las áreas donde las llamas son más intensas. El 40% de los fuegos afectan a la turbera, un territorio pantanoso protegido que emite grandes cantidades de dióxido de carbono al arder, lo que contribuye a la crisis climática.

Más de 29.000 bomberos, voluntarios y funcionarios de otras agencias participan en las tareas de extinción de los incendios,  que se han intensificado este mes debido a la sequía en una de las peores temporadas secas en cuatro años. Este es el año más seco desde 2015, cuando los incendios quemaron una extensión de 2,6 millones de hectáreas, lo que suscitó una serie de medidas gubernamentales para proteger y restaurar los bosques protegidos y las turberas.