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Los marroquíes fueron los primeros consumidores de caracoles de la humanidad

  • Diversos investigadores encontraron un corte estratigráfico con restos de conchas de caracoles en una cueva de Ifri N'Aamar
  • Los arqueológos protestan por la falta de medios para realizar sus investigaciones en condiciones óptimas

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Dos ánforas halladas en un enclave arqueológico romano cerca de Tánger (siglo IV) empleadas para envasar alimentos
Dos ánforas halladas en un enclave arqueológico romano cerca de Tánger (siglo IV) empleadas para envasar alimentos

Los marroquíes son el primer pueblo que comenzó a consumir caracoles en su dieta, según demuestran restos arqueológicos que sitúan esta costumbre desde hace 16 000 años.

La información fue revelada este viernes durante la "jornada de puertas abiertas" que organiza el Instituto Nacional de Ciencias de Arqueología y de Patrimonio (Insap, por sus siglas en francés), situado en la capital Rabat.

El arqueólogo de la Prehistoria y profesor en el instituto, Youssef Bokbot, explicó a Efe que los hallazgos fósiles encontrados demostraron que los pueblos iberomauritanos son los primeros consumidores de caracoles o "ghulala", palabra de etimología bereber con la que se conoce a este animal en Marruecos.

Bokbot apoyó su tesis en un corte estratigráfico traído de la cueva de Ifri N'Aamar, cerca de la región norteña de Nador, en el que se veían restos de conchas de caracoles, al mismo tiempo que daba detalles sobre la forma de establecer la datación de estos fósiles.

Los arqueológos protestan por la falta de medios para investigar

El corte estratigráfico formaba parte de varios "mobiliarios" arqueológicos procedentes de distintas prospecciones y de diferentes épocas ordenados en los almacenes del Insap, que abrió este viernes por primera vez sus puertas a los medios de comunicación.

Los profesionales de este instituto - creado en 1985 y dirigido ahora por el profesor Jamal Bennacer conocido por supervisar el equipo que encontró el más antiguo Homo Sapiens de Jbel Irhoud- destacaron la importancia del instituto para entender el comportamiento de la humanidad, al mismo tiempo que se quejaron de la falta de medios para realizar sus investigaciones en condiciones óptimas.

En Marruecos, existen dos laboratorios de análisis de restos arqueológicos a los que recurre el instituto, uno de ellos de la Gendarmería Real y el otro en el Centro de Estudios Nucleares de la Maamora, aunque la mayoría de las muestras se mandan a laboratorios especializados en Estados Unidos o en Europa.

"Entre las misiones de este instituto está responder a la pregunta de la identidad en Marruecos, cuán antiguos somos, así como los grupos humanos que pasaron por aquí y sus modos de vida", dijo a Efe el profesor y arqueólogo Abdeljalil Bouzouggar.