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Francesca Dell'Orto ilustra la 'Blancanieves' de los hermanos Grimm

  • Una versión muy diferente a la de Disney
  • “Los cuentos clásicos son un espejo de la humanidad”, asegura la italiana

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Fragmento de la portada de 'Blancanieves'
Fragmento de la portada de 'Blancanieves'

Todos conocemos las adaptaciones animadas de Disney de los cuentos clásicos pero… ¿Cuántos habéis leído las versiones originales? ¿Sabíais que antes de la manzana, la madrastra de Blancanieves intentó acabar con ella otras dos veces? Por eso nos gusta tanto la versión que ha hecho la ilustradora italiana Francesca Dell’Orto del cuento original de Jacob y Wilhelm Grimm, que es mucho más respetuosa y destaca por su belleza: Blancanieves (Edelvives).

La joven ilustradora italiana (Milán, 1990) nos comenta por qué quería volver al relato original: “Creo que los cuentos clásicos son parte de nuestra historia, tanto individual como colectiva, enriquecen nuestra cultura, nuestra mente, y a través de los siglos siguen sorprendiéndonos e interrogándonos”.

“La estructura dramática de un cuento clásico, las metáforas que contiene, las cuestiones que presenta, los personajes: buenos, crueles, locos, ingenuos, enamorados, desesperados, vanidosos, humildes… son un espejo de la humanidad, con sus luces y con sus sombras. Creo que Blancanieves sigue sorprendiéndonos interrogándonos, además de suscitar la curiosidad de grandes y pequeños”.

Un cuento ilustrado especialmente indicado para niños de 6 a 8 años, pero que los adultos disfrutamos aún más; sobre todo por la belleza de las ilustraciones.

Ilustración de 'Blancanieves'

¿Más fiel que la versión de Disney?

Esta versión es muy respetuosa con la de los Hermanos Grimm. Por eso hemos preguntado a Francesca cuáles son las principales diferencias entre la versión de Disney y la original: “Las versiones de Disney, como ya sabemos, siempre son versiones de cuentos clásicos, pero no siempre se muestran fieles al original”.

“Sin embargo –añade la ilustradora-, Blancanieves, la primera película de animación de Walt Disney, es bastante fiel al original de los hermanos Grimm. Mientras que otros cuentos clásicos se han sometido a una edulcoración excesiva, Blancanieves sigue siendo sustancialmente una historia en la que podemos observar hasta qué punto la envidia y la vanidad ciega pueden desencadenar la peor de las crueldades”.

“Hay algunas diferencias, sobre todo el final, pero no las voy a desvelar –añade-. Además, todos nosotros conocemos a los siete enanitos y sabemos sus nombres. Pero, en realidad en el original simplemente se habla de siete enanos, lo que me ha dado una mayor libertad creativa a la hora de dibujarlos”.

Y como todos los cuentos clásicos, oculta una moraleja: “En la historia de los hermanos Grimm hay una enseñanza: en tres ocasiones los enanitos le dicen a Blancanieves que no abra la puerta a ninguno, en tres ocasiones decide no escucharlos, en tres ocasiones la bruja le hace daño” –nos cuenta Francesca-.

Ilustración de 'Blancanieves'

Una Blancanieves diferente

Otro de los problemas de estos cuentos es que tenemos tan enquistadas las versiones de Disney que es difícil encontrar una estética nueva: “La diferencia entre la película de Walt Disney y este libro, desde un punto de vista estético, y el verdadero desafío es encontrar una interpretación original, diferente a las ya conocidas. En este sentido me ha ayudado mucho separarme de la fábula”.

“Y lo que intento tener siempre en mente es el concepto del limen, que significa umbral, acceso –añade-. En el teatro es un concepto de espacio en el que puede suceder cualquier cosa. Donde se pueden romper las normas vigentes, es una ocasión para adentrarse en nuevas posibilidades, cambiar el mundo que nos rodea, o volver a la realidad que nosotros conocemos. Este concepto es mi hoja en blanco. Se trata de olvidarse del mundo tal y como lo conocemos, los clásicos como ya los hemos podido leer”.

Se trata, en definitiva, de construir nuestro propio mundo –asegura la ilustradora-. Es una idea que lleva presente desde la antigüedad. Ya en los ritos antiguos muchas veces se utilizaban máscaras y atuendos rituales para adentrarse en un espacio nuevo, en otro mundo y transformarse en otra persona por un momento. Como en el juego en el que los niños se hacen pasar por otras cosas o personas con muchísima naturalidad”.

“Y también un ilustrador y un lector pueden hacerlo –continúa-. Cuando nos adentramos en este juego conseguimos construir nuestro propio mundo, con todos los elementos que pertenecen a dicha fábula, pero que también pertenecen a nosotros mismos, a nuestra historia y, si somos fieles a nosotros mismos y honrados, con nuestro trabajo, serán diferentes a las distintas versiones que nos han precedido. Para mí estos elementos que me enriquecen provienen de la naturaleza, del teatro, del diseño textil, y de otras experiencias personales que han contribuido a conformar mi cultura visual y emotiva”.

Ilustración de 'Blancanieves'

“Blancanieves es un espejo de nuestra sociedad”

Actualmente, muchos de esos cuentos clásicos se consideran Machistas. Por eso preguntamos su opinión a Francesca: “Creo que Blancanieves es un espejo de nuestra sociedad, de nuestra cultura, que viene ya de lejos y que continúa su propio trascurso. Hemos de recordar de dónde venimos, conocer las raíces de nuestro pensamiento, algo que enriquece y no hay que anular”.

“Una historia es un lugar para los niños y adultos, que nos ayuda a plantearnos preguntas y buscar respuestas –añade-. Este es el concepto del limen del que hablaba hace un momento. Se trata de respetar nuestro mundo, con sus mejores y peores aspectos. Que nos permite interrogarnos, aprender a pensar”.

“Por ejemplo –continúa la ilustradora-, hay un aspecto de esta historia que a mí me gusta mucho: el concepto de acogida. Blancanieves entra, sin permiso, en la casa de los siete enanitos. Come de su plato, bebe de sus vasos, usa sus cubiertos, duerme en su cama. Los enanitos llegan después de una ardua jornada de trabajo y se dan cuenta de que alguien ha entrado en su casa. ¿Qué hacen? La acogen en su familia y le cuidan”.

Blancanieves y los siete enanitos

Blancanieves se inspira en la naturaleza y la Reina en María Antonieta

En cuanto a las protagonistas principales, Francesca Dell’Orto asegura que: “He intentado interrogarme sobre el concepto de la belleza natural y la belleza artificial, a fin de construir mediante contraposiciones, los distintos personajes, de Blancanieves y la reina. Por este motivo he decidido dibujar a Blancanieves con un vestido blanco, sencillo, con lo de los cabellos sueltos y alguna decoración natural. Sin embargo, en cuanto a los colores he elegido el blanco como la nieve, rojo como la sangre, y negro como el ébano, siendo fiel al texto. He añadido algunos toques de rosa y fucsia”.

Destacar su espectacular versión de la madrastra de Blancanieves: “Quería dibujar a una reina elegante, suntuosa, rica, exagerada, llena de detalles. Me he inspirado en las reinas más conocidas en Europa: María Antonieta e Isabel I. El vestido de la reina lo he cambiado ligeramente, no pretende ser una reconstrucción histórica de una época en concreto, sino un vestido fantástico que exprese el concepto de vanidad”.

El tejido de la falda está inspirado en un cuadro de Isabel I, donde hay una rica decoración con plantas y animales –añade-. He optado por diseñar y añadir algunas otras flores y reptiles, como serpientes y tortugas, a fin de darle a la reina. Para darle un toque cruel, he añadido un collar de plumas. El corte del vestido está muy inspirado en María Antonieta y sus panièr tan voluminosos”.

La Reina se inspira en María Antonnieta y la Reina Isabel I

Los siete enanitos se inspiran en el ballet ruso

En cuanto a los siete enanitos, Francesca ha tenido total libertad: “Quería dibujar personajes muy distintos a las versiones ya conocidas hasta la fecha. En el momento de dibujar el pasaje he intentado trasladar imágenes llenas de setas con su belleza inconmensurable y su colorido y geometría. Quería que hubiera un paralelismo entre los personajes de los enanos y los elementos de las setas, tan bellas, y humildes al mismo tiempo emanando directamente desde la tierra, todo lo opuesto a lo que sucede con la reina”.

“En ese aspecto he utilizado colores y geometrías de los ballets rusos de 1900 que me llaman tanto la enamoran cada vez que los veo –añade-. Por este motivo en los siete enanitos me he inspirado en parte de la naturaleza y de los vestidos de Oskar Schlemmer para el Ballet Triadico, los diseños de Depero para los bailes plásticos, Larionov, Matisse y otros artistas”.

Francesca Dell'Orto trabajando

Dos escenarios muy diferentes

Destacar también que el cuento transcurre en dos escenarios tan diferentes como espectaculares: “El ambiente del palacio y el escenario del bosque respetan los conceptos de belleza natural y artificial de los personajes de la Reina y Blancanieves” -asegura la ilustradora-.

“Por otro lado, me gusta mucho trabajar con los colores y los elementos decorativos, sobre todo la naturaleza y la geometría. Intento que hagan confluir todos estos elementos en un pasaje, que no sólo sea un espacio físico donde coloquemos a los personajes, sino un espejo del alma de los personajes que refleje lo que está sucediendo en todo momento de la historia”.

Trabajar con una historia clásica representa siempre un gran desafío –continúa-. Al fin y al cabo, después del proyecto uno espera haber reflejado en la historia correctamente. Cuando nos enfrentamos a una historia larga, a un clásico, nos podemos sentir empequeñecidos, afortunadamente, el trabajo de los ilustradores tiene también su propia historia, que espero no esté formada por un solo libro. Espero que en el próximo también haya algo que mejorar”.

Portada de 'Blancanieves'

Una apasionada de los cuentos clásicos

Antes de esta Blancanieves Francesca Dell’Orto ya nos había sorprendido con sus ilustraciones para otro cuento de los hermanos Grimm: Rapunzel, que también os recomendamos.

Y para su nuevo proyecto se sigue fijando en los clásicos: “Estoy trabajando en La Cenicienta, me queda todavía 12 meses para acabar todo el proyecto. La verdad es que me he divertido muchísimo dibujando a las hermanastras. Serán malvadas, coloridas y exageradas”.

“También –añade- he empezado a dibujar los primeros bocetos para un proyecto muy especial para mí, que me ha propuesto Edelvives. Se trata de un clásico precioso, con una figura femenina muy fuerte y compleja, que rompe con todas las estructuras de la época y los estereotipos el nuestro. Si queréis podéis intentar averiguar de cuál se trata”.