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Desarrollan anticuerpos que bloquean una de las vías de contagio del ébola

  • Este virus utiliza el mismo receptor celular que el VIH para invadir las células mieloides del sistema inmunitario

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Anticuerpos para evitar el contagio del Ébola

Científicos del Instituto de Investigación del Sida (IrsiCaixa) han desarrollado anticuerpos que bloquean una de las vías de entrada del virus del Ébola en las células humanas, tras descubrir que este virus utiliza el mismo receptor celular que el VIH para invadir las células mieloides del sistema inmunitario, desde donde se expande hacia otros tejidos.

El resultado del trabajo, que publica este lunes la revista Nature Microbiology, significa que estos anticuerpos, actualmente en fases preclínicas, podrían formar parte en un futuro de nuevas estrategias antivirales preventivas o terapéuticas para el Ébola, una enfermedad hemorrágica grave que no dispone de tratamiento y que resulta mortal en un 50% de los casos.

La investigadora del IrsiCaixa, Núria Izquierdo-Useros, ha explicado que han descubierto que los filovirus, familia que engloba a virus como el del ébola, comparten con el VIH una de las rutas de entrada a las células mieloides del sistema inmunitario, y han diseñado anticuerpos que bloquean totalmente esta vía en células humanas.

Según la investigadora, el principal obstáculo para diseñar terapias contra virus con gran variabilidad genética, como el VIH, es la necesidad de actuar simultáneamente contra múltiples dianas del virus para que el tratamiento no pierda eficacia.

Diseñar una terapia contra los receptores virales

"En el Ébola, la complejidad surge porque no se puede prever qué especie va a emerger en cada brote. Una forma de evitar este escollo es diseñar una terapia contra los receptores virales de la célula, que no cambian. Pero para ello hay que conocer cuáles son esos receptores, y ahora hemos encontrado uno nuevo y diseñado distintos anticuerpos que pueden bloquearlo", ha precisado Izquierdo.

Los científicos han trabajado con Virus-Like Particles (VLP) del Ébola, que son partículas virales sintéticas que imitan la estructura del virus pero no tienen su capacidad infecciosa, por lo que pueden manipularse en laboratorios de forma segura.

Así, han demostrado que los anticuerpos bloquean la entrada del ébola en las células mieloides, experimentando con células dendríticas, monocitos y células inmunitarias del tejido linfoide, que son las primeras dianas celulares a las que afecta el virus, antes de expandirse hacia otros órganos y tejidos.

Según el investigador Daniel Pérez-Zsolt, primer autor del trabajo, la clave de los nuevos anticuerpos es que "serían útiles independientemente de la especie del virus que surgiera". "Hemos experimentando con VLPs de la especie Zaire del virus Ébola y con VLPs del virus de Marburgo, y en todas las ocasiones vemos un efecto bloqueante", ha añadido.

Al mismo tiempo, el estudio ha detectado que "otros receptores que se suponía que tenían un papel importante no tienen una contribución tan clara en la infección de las células mieloides del sistema inmunitario", según el investigador.

Probar los anticuerpos en animales

El próximo paso, señalan los científicos, será probar los anticuerpos con virus reales en modelos animales y en laboratorios de nivel 4 de bioseguridad, el máximo existente y necesario para trabajar con un virus de la capacidad infecciosa del ébola.

De confirmarse los resultados, los anticuerpos podrían utilizarse para prevenir o tratar la infección, en terapias combinadas con otros fármacos, porque esta no es la única entrada de esta enfermedad en las células.

"Un antiviral contra el ébola tiene que ser eficaz contra todas las puertas de entrada del virus, y estas aún no han sido totalmente identificadas. Hay que cerrar todas las vías de entrada, y nosotros de momento ya lo hemos conseguido con una", ha destacado el investigador Javier Martínez-Picado, jefe del grupo que ha liderado el trabajo.

La actual epidemia de ébola que afecta a África, causada por la especie Zaire, comenzó en la República Democrática del Congo en agosto de 2018 y sigue sin contenerse. Según las últimas cifras de la Organización Mundial de la Salud, hasta ahora se han detectado 1.920 casos, de los que 1.281 han causado la muerte de la persona afectada.