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La justicia concede la incapacidad laboral permanente a una mujer por las secuelas psíquicas de una violación

  • La mujer se sometió durante dos décadas a tratamiento psicológico y psiquiátrico, pero reclamó la incapacidad hace dos años
  • El fallo del TSJ de Castilla y León califica de "calvario psíquico" lo que la víctima "lleva padeciendo desde 1997"

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La justicia concede la incapacidad laboral permanente a una mujer por las secuelas psíquicas de una violación
La justicia concede la incapacidad laboral permanente a una mujer por las secuelas psíquicas de una violación.

El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha concedido la incapacidad laboral permanente a una mujer víctima de una violación por las secuelas psíquicas y psicológicas -entre otras, ansiedad generalizada e hipervigilancia- que le ha dejado la violación sufrida hace más de dos décadas.

El fallo judicial del TSJ de Castilla y León, al que ha tenido acceso Efe, confirma una sentencia anterior del Juzgado de lo Social de Zamora y admite que la víctima padece estrés postraumático crónico y un trastorno de ansiedad que le limita para trabajar en lugares aislados o en contacto con desconocidos en soledad.

Esa "afectación psicológica" determina "una limitación funcional que le impide llevar a cabo cualquier actividad laboral de forma eficiente y conforme a los mínimos requerimientos que son imprescindibles", han informado a la agencia Europa Press fuentes del alto tribunal.

El texto indica, además, que la "ansiedad postraumática" que sufre la mujer se presenta "tanto en trabajos de exigencia física como en los sedentarios, por cuanto no se trata de una afección física sino psíquica". En este sentido, el fallo califica de "calvario psíquico" lo que la víctima "lleva padeciendo desde 1997" y "que se acentúa como consecuencia de la puesta en libertad de su agresor".

Más de 20 años en tratamiento psicológico y psiquiátrico

Manuel Martínez El Quintas violó a la mujer en 1997, meses después de salir de prisión por el doble crimen de una pareja de jóvenes en 1983, hecho que conocía la víctima. Lo hizo durante tres horas y tras amenazarla con un arma en una zona ribereña del Duero lejos de la ciudad. Por ello fue condenado a 27 años de cárcel, aunque en 2017, tras 20 años de cárcel, salió de prisión con la prohibición de regresar a Zamora.

La mujer se sometió durante dos décadas a tratamiento psicológico y psiquiátrico hasta que hace dos años reclamó la incapacidad permanente, ya que la salida de prisión de El Quintas acentuó su sintomatología postraumática y le provocó "ansiedad generalizada, hipervigilancia, evitación, escape y sintomatología vegetativa".

La petición fue desestimada inicialmente por la Seguridad Social, por lo que elevó el caso a la vía judicial y obtuvo una primera respuesta favorable del Juzgado de lo Social de Zamora que ahora ha ratificado el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León en una sentencia que ya es firme al no haberse recurrido en casación.