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'Glass', Shyamalan psicoanaliza a los superhéroes

  • Bruce Willis, Samuel L. Jackson y James McAvoy retoman sus personajes de El protegido y Múltiple
  • El agridulce final de una exitosa trilogía que se estrena este viernes, 18 de enero

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Tráiler de 'Glass', de M. Night Shyamalan

Diecinueve años después de El protegido (2000) y dos después de Múltiple (2017), M.Nigth Shyamalan finaliza su trilogía sobre los superhéroes con Glass (2019) una propuesta muy interesante aunque no este a la altura de las dos precedentes. Y es que, en su empeño de psicoanalizar a sus protagonistas y justificar su visión de estos "superhéroes realistas", el director olvida que hay cosas que son cuestión de fé, que no puedes justificar de ninguna manera que a Peter Parker le pique una araña radioactiva y se convierta en Spider-Man (en vez de morir entre terribles dolores). Simplemente te lo crees o no te lo crees.

Tras Múltiple, todos esperábamos un apoteósico un enfrentamiento superheróico entre el bien y el mal, entre El Supervisor (Bruce Willis) y La Bestia (James McAvoy). Pero Shyamalan no podía contentarse con eso y va un paso más allá, rehuyendo la pelea y derivando la trama en un psicoanálisis de las motivaciones humanas, de nuestra identidad y de hasta qué punto puede nuestra mente controlar nuestro cuerpo (incrementando nuestras capacidades). En definitiva... ¿si basta creerse un superhéroe para serlo?

Una interesante cuestión que lleva a Shyamalan a plantearse un juego de espejos en el que se reflejan estos supuestos superhéroes como El Supervisor, cuyas inseguridades le hacen incapaz de asumir su verdadero poder o la Horda, un psicópata creado por una mente herida por un trauma. Sin olvidar a Mr.Glass/Elijah (Samuel L. Jackson), que usa su privilegiada mente (atrapada en un cuerpo de cristal) para sacar a la luz a los superhombres que contrasten su fragilidad. En definitiva, superhéroes que, como en los cómics, tienen sus respectivas kriptonitas o debilidades.

Bruce Willis y James McAvoy en una escena de 'Glass'

La historia también es un homenaje a Superman y Batman y a la edad dorada de los cómics. Y os aguardan numerosas sorpresas y giros de tuerca, incluyendo uno de esos finales sorprendentes e inesperados a los que es tan aficionado el director. Aunque en esta ocasión es más previsible de lo que nos gustaría.

Otro problema es que la parte central de la película no tiene un rumbo claro, como si el propio Shyamalan se debatiera entre aceptar a los superhéroes o negarlos. Algo que se zanjará al final, de forma memorable.

Pero hay algo que no se puede negar de Shyamalan. Y es que rehuye el camino fácil, que otros han transitado antes que él, en busca de cosas nuevas, aunque corra el riesgo de tropezar.

Es obvio que Glass no está a la altura de El protegido o Múltiple, dejándonos la sensación de que se ha perdido la oportunidad de poner un broche de oro a la historia. Pero recomendamos su visionado porque tiene muchísimas cosas de interés, va a dar pie a muchos debates y cierra una trilogía que sorprende en cada una de sus entregas (muy diferentes entre sí), y que ya ha alcanzado el estatus de mítica. Y estamos convencidos de que a los seguidores del director les va a encantar.

Samuel L. Jackson y James McAvoy en una escena de 'Glass'

El Supervisor vs. La Bestia

Enlazando con el final de Múltiple, la historia comienza cuando, 16 años despúes de El Protegido, El Supervisor (Bruce Willis) se ha convertido en un superhéroe urbano aclamado por la gente y decide detener a La Horda (James McAvoy) ese personaje con múltiples personalidades (incluyendo a la poderosa Bestia) que sigue secuestrando a jóvenes inocentes.

Un enfrentamiento que acaba con ambos en un psiquiátrico donde les esperan Elijah (Samuel L. Jackson) y la doctora Ellie Staple (Sarah Paulson), empeñada en demostrarles a los tres que los superhéroes no existen y que, simplemente, están un poco locos.

Y hasta aquí podemos leer, porque a partir de ahí la cosa se complica con numerosos giros y ese debate sobre los auténticos superhéroes y la posibilidad de que podamos llegar a ser uno de ellos si tenemos la suficiente confianza en nosotros mismos. Y las sorpresas empiezan a sucederse.

En el fondo a Shyamalan, que es un gran aficionado a los cómics, le encantaría que los superhéroes existiesen. Y esta es una carta de amor al género, aunque a su manera. Aunque principalmente sea un thriller psicológico con esa mezcla de géneros (terror, drama familiar, ciencia ficción) que tanto gusta al realizador.

James McAvoy en una escena de 'Glass'

Mucho más que actores

En este proyecto tan especial Shyamalan ha sabido rodearse de buenos actores, totalmente entregados a la causa y con un carisma que traspasa la pantalla. Destacar una vez más al británico James McAvoy (X-Men, El último rey de Escocia), que es capaz de interpretar las 23 personalidades distintas de La Horda sin ningún tipo de atrezzo y hacerlas reconocibles al momento. Aunque en esta película la personalidad predominante sea La Bestia. Pero las escenas en las que cambia varias veces de personalidad, en apenas unos segundos, son memorables. Hay muy pocos intérpretes capaces de logar eso.

También nos conquista enseguida Samuel L. Jackson, capaz de transmitir toda la potencia de un personaje tan complejo como Mr. Glass, tan frágil por fuera como fuerte por dentro. Además los años no parecen haber pasado por él desde El Protegido (2000).

Sarah Paulson y Samuel L. Jackson en una escena de 'Glass'

La carrera de Bruce Willis va cuesta abajo desde hace ya unos añitos, encasillado en papeles de acción, y aprovecha esta oportunidad para darlo todo en el papel de David Dunn. Una interpretación de esas casi crepusculares en las que logra transmitir la debilidad del, a priori, superhéroe más fuerte. Aunque su papel sea menos lucido que el de sus compañeros.

También repiten sus papeles, de forma correcta, Anya Taylor -Joy (Casey Cook), la joven que sobrevivía a La Bestia en Múltiple; Charlayne Woodard (la madre de Elijah Price en El protegido) y Spencer Treat Clark que interpretaba al hijo de David Dunn en El protegido (con 9 años) y que ahora ayuda a su padre en sus actividades superheróicas.

La nueva incorporación es la de la popular actriz Sarah Paulson (famosa por la serie American Horror Story), que interpreta a la Dr. Staple, un personaje que debía plantar cara a los tres complicados protagonistas. Algo que Paulson supera con nota.

M.Night Shyamalan dando instrucciones a Bruce Willis y James McAvoy

Un estupendo realizador

Pero, aparte de ese gran elenco actoral, uno de los grandes protagonistas de la historia es el propio Shyamalan. Y no nos referimos a que realice uno de sus habituales cameos en la película, sino a que toda la cinta lleva su sello personal y reconocible.

Y es que desde que renunció a los grandes presupuestos, con los que fracasó en películas tan flojitas como The last Airbender y After Earth, el director ha recuperado el pulso y la originalidad que le hizo famoso, en películas como La visita (2015) y Múltiple (2017).

Y es que renunciar a esos grandes presupuestos ha permitido a Shyamalan controlar férreamente todos los aspectos de la película. En Glass destaca su pulso a la hora de dirigir, algunas secuencias memorables, los medidos efectos especiales (muy realistas y alejados de las películas de superhéroes de Marvel y DC) y el uso dramático y narrativo del color.

Un color que es otro de los protagonistas, desde el rosa del hospital psiquiatrico hasta el vestuario que define a los personajes principales, como si fueran sus uniformes de superhéroes: Verde para Bruce Willis, amarillo para James McAvoy y morado para Samuel L. Jackson. Por cierto que el responsable del estupendo vestuario es el laureado diseñador español Paco Delgado (candidato al Oscar por Los Miserables y La chica danesa), que ya colaboró con Shyamalan en Múltiple.

Como decimos, una película imperfecta pero muy interesante. Y que quizá haya pecado de demasiada ambición; pero que es un buen cierre para una trilogía que acabará siendo mítica.

Glass se estrena este viernes, 18 de enero.

Cartel de 'Glass'