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La OTAN responde a Rusia en el Ártico con sus mayores maniobras desde el final de la Guerra Fría

  • Denominadas "Trident Juncture 2018", se desarrollan en Noruega e intervienen 50.000 soldados
  • Moscú, que el mes pasado realizó el mayor ejercicio militar de su historia, ha mostrado su "preocupación"

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Un tanque Leopard II del Ejército de Alemania, durante las maniobras de la OTAN "Trident Juncture 2018".
Un tanque Leopard II del Ejército de Alemania, durante las maniobras de la OTAN "Trident Juncture 2018".

La OTAN ha comenzado su mayor ejercicio militar desde el final de la Guerra Fría, el denominado "Trident Juncture 2018", que se celebrará en Noruega hasta el próximo 7 de noviembre con la participación de 50.000 soldados. Las maniobras se desarrollan en un contexto de tensión creciente con Rusia por la instalación de una base estadounidense en el país nórdico y varios casos de espionaje.

"'Trident Juncture' envía un mensaje claro a nuestras naciones y a cualquier potencial adversario. La OTAN no busca la confrontación, pero estamos preparados para defender a todos los aliados frente a cualquier amenaza", ha declarado el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg.

Rusia -que el mes pasado realizó las mayores maniobras de su historia cerca de la frontera china- ha mostrado, a través de un comunicado de su embajada en Oslo, su "preocupación" por el aumento de los ejercicios militares en áreas próximas a su territorio, lo que considera una provocación.

En "Trident Juncture 2018" participarán los veintinueve Estados miembros de la OTAN, así como Finlandia y Suecia. Además de los 50.000 militares, intervendrán 65 barcos, 250 aviones y 10.000 vehículos bajo la dirección del almirante de las Fuerzas Armadas estadounidenses y comandante del cuartel de Nápoles de la OTAN, James G. Foggo.

Además de en Noruega, el ejercicio se desarrollará en el Mar Báltico y el Atlántico Norte, lo que incluye Islandia. El espacio aéreo de Finlandia y Suecia también se empleará.

2.000 militares españoles

España contribuye con aproximadamente 2.000 militares, según ha informado el Ministerio de Defensa. Participará con medios terrestres, aéreos y navales y desde el Ejército de Tierra colaborará un Grupo Táctico Mecanizado (GTMZ) y un Grupo ISTAR (inteligencia, reconocimiento, adquisición de objetivos y vigilancia) pertenecientes a las capacidades ofertadas a la VJTF (Fuerza de Muy Alta Disponibilidad de la OTAN).

Además, lo hará una unidad de abastecimiento de combustible (Modular Combined Petroleum Unit - Joint Logistic Support Group) y un Elemento de apoyo Nacional (NSE).

El Ejército del Aire enviará seis aviones de combate F-18 y un avión de transporte C-295 y la Armada, unidades ya desplegadas en las Agrupaciones Navales Permanentes de la OTAN (SNMG), en concreto, la fragata "Cristóbal Colón" y el buque "Cantabria", integrados en la SNMG 2, y la fragata "Navarra" en la SNMG 1.

Artilleros de la Fuerza Naval de Noruega participan en un ejercicio a bordo de la fragata HNoMS Thor Heyerdahl.

Artilleros de la Fuerza Naval de Noruega participan en un ejercicio a bordo de la fragata HNoMS Thor Heyerdahl. EFE

Todos los miembros de la OSCE, invitados

Jens Stoltenberg ha puesto el acento sobre la transparencia de la organización cuando realiza ejercicios militares y ha subrayado que todos los miembros de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) han sido invitados a enviar observadores a Noruega.

"Me alegro de que Rusia, así como Bielorrusia, hayan aceptado la invitación", ha comentado Stoltenberg, quien ha añadido que también informaron a Moscú sobre las maniobras a principios de año, pero ha recriminado a Rusia que no haya notificado "uno solo de sus ejercicios desde el final de la Guerra Fría".

El político noruego ha resaltado, igualmente, la importancia de las operaciones que tendrán lugar en el mar y ha precisado que el Atlántico es "vital" para la seguridad de Europa y para el comercio global y las comunicaciones.

"La OTAN está comprometida en asegurar el Atlántico y 'Trident Juncture' demuestra la fortaleza duradera del vínculo transatlántico", ha indicado Stoltenberg, en un contexto de tensiones entre el Viejo Continente y Washington por las decisiones unilaterales del presidente estadounidense, Donald Trump, en ámbitos como el comercio y la política exterior.

Base militar estadounidense en Noruega

La primera ministra noruega, Erna Solberg, ha apelado en varias ocasiones a la necesidad de mostrar a Noruega como un miembro fiable de la Alianza y a desarrollar su capacidad defensiva.

Así lo reiteró por ejemplo durante su visita hace unas semanas a la base militar de Værnes (centro del país), desde donde hace año y medio está instalado un contingente permanente de marines estadounidenses en virtud de un polémico acuerdo que ha provocado tiranteces con Rusia.

El acuerdo, firmado a petición estadounidense, establece que las tropas deben rotar cada seis meses, lo que según el Gobierno noruego justifica que no se pueda hablar de base extranjera permanente y de violación de un pacto de 1949 que las prohíbe, un argumento que no convence a la izquierda socialista ni a organizaciones pacifistas.

Los partidos más a la izquierda del Parlamento, sindicatos y colectivos antibélicos han impulsado en los últimos días varias movilizaciones de protesta en las principales ciudades noruegas, criticando lo que consideran una "ocupación militar" que además no contribuye a aumentar la seguridad en el país.

La presencia del Harry Truman, primer portaaviones de EE.UU. en Escandinavia desde la Guerra Fría y que puede transportar armas atómicas, también ha sido censurada, entre otros motivos, porque estará en unos ejercicios paralelos al norte del país de los que no se ha informado a Rusia, según Oslo, por su reducida dimensión.

Casos de espionaje

Las relaciones entre Noruega y Rusia se han visto afectadas también en los últimos tiempos por un caso de espionaje. Un ciudadano noruego lleva casi un año encarcelado de forma preventiva en Moscú, acusado de enviar dinero a rusos reclutados por un servicio de espionaje extranjero, ante el mutismo de Oslo, que ni confirma ni desmiente que trabajase para la inteligencia noruega.

Un trabajador del Senado ruso que participaba en un seminario internacional en el Parlamento noruego fue detenido el mes pasado en Oslo a instancias de los servicios de inteligencia noruegos, que lo consideraban sospechoso de espionaje.

Pero un tribunal de Oslo lo dejó en libertad la semana pasada al considerar que no había pruebas, después de que Moscú calificase de "provocación" su detención y que convocase al embajador noruego en Moscú como señal de protesta.