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Elecciones europeas

Le Pen y Salvini vaticinan el triunfo de los populismos en las elecciones comunitarias y el asalto al "búnker de Bruselas"

  • Salvini y Le Pen auguran una "revolución" soberanista para "salvar" Europa en las elecciones comunitarias de mayo
  • Ambos han celebrado el éxito en las presidenciales brasileñas del candidato ultraderechista, Jair Bolsonaro

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Los dos líderes ultraderechistas, el italiano Mateo Salvini y la francesa Marine Le Pen, se han reunido en Roma

El vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, y la líder ultraderechista francesa, Marine Le Pen, han vaticinado este lunes una "revolución" en las elecciones comunitarias de mayo, en las que aspiran a "salvar" Europa dando a sus naciones una mayor soberanía.

Los dos paladines de la extrema derecha se reunieron en la sede romana de un sindicato próximo a la Liga de Salvini y repasaron los puntos de su ideario ante las elecciones europeas del 23 de mayo, de las que, según dijo el político italiano, emergerá un "frente de la libertad".

Ante esa cita, Salvini y Le Pen han rechazado concurrir con una lista electoral única pero el italiano abogó por proponer, "si es posible, candidatos comunes para desempeñar los roles más delicados" al frente de las principales instituciones de la Unión Europea. Ambos han dibujado el corazón de la UE como "el búnker de Bruselas".

Abiertos a debatir con PP europeo

Tras el presunto triunfo que profetizan, "cada uno expondrá su propia victoria y después nos uniremos en Bruselas", ha insistido Salvini, mientras Le Pen asentía a su lado.

En este sentido ha explicado que bajo ningún concepto se pactará con la izquierda europea pero se ha mostrado abierto a la posibilidad de debatir con el Partido Popular Europeo, al que ha invitado a prefijar su postura a este respecto en su congreso del próximo noviembre.

El ministro italiano ha considerado que las elecciones implicarán "el final de un recorrido, de una revolución del sentido común que está recorriendo toda Europa" y otros puntos del planeta, y celebró el éxito obtenido en la primera vuelta de las elecciones presidenciales brasileñas por el candidato ultraderechista, Jair Bolsonaro.

En Hungría, Viktor Orbán, refrendó su gobierno de extrema derecha en las elecciones de abril. En Italia, Matteo Salvini, líder de la Liga acaba de cumplir 100 días como vicepresidente del gobierno italiano. Por su parte, en Austria, el Partido de la Libertad de Austria forma gobierno desde el año pasado con los conservadores. En Francia, Marine Le Pen consiguió casi el 34% de los votos en la segunda vueltas de las elecciones presidenciales de 2017. En Alemania, la ultraderecha tiene 92 diputados; y en Dinamarca, los ultraconservadores son la segunda fuerza política.

Un "momento 'histórico'": ¿la historia se repite?

"Estamos aquí para dar sentido y alma a un sueño de Europa que los burócratas europeos han vaciado. Los salvadores de Europa están aquí, no en Bruselas", reivindicó el político italiano, a lo que Le Pen respondió entre risas: "¿Dónde debo firmar?".

Le Pen, líder de la Agrupación Nacional (el antiguo Frente Nacional francés) consideró que está próximo "un momento histórico, con 'H' mayúscula, que verá emerger una Europa diferente, la Europa de las naciones, del respeto y de la protección".

La idea de esa revolución, dijo Salvini, es "una comunidad" europea, que no unión, que en las próximas décadas "haga pocas cosas pero bien" y "reconozca la libertad de los distintos países, pueblos y Gobiernos" de legislar sobre agricultura, educación, comercio, economía, pensiones o modelos de familia, entre otros ámbitos.

Las diferencias cuentan: más fronteras y más poder

Entre las pocas competencias de esa hipotética comunidad citó la protección de su frontera externa, y aunque no rechazó la moneda única, sí excluyó estipular acuerdos comerciales comunes con otros países o bloques que "arruinen a los agricultores" locales.

"Somos veintisiete y diferentes (los miembros de la UE tras el Bréxit). Tenemos historias, economías, culturas y exigencias distintas. Pretender decidir todo desde Bruselas, por los veintisiete, es una locura. Nuestra Europa será más respetuosa con las peculiaridades" de cada país, apostó.

Le Pen aseguró que su "primer objetivo" será otorgar más poder a los pueblos europeos: "Estamos en contra de la Unión Europea pero no contra Europa. De hecho queremos salvar a Europa", resumió.

Italia amenaza con retirar fondos a la UE si no hay solución para los migrantes

El rédito político de la crisis migratoria

En la persecución de ese ideal, los "enemigos" a batir son "los burócratas atrincherados en los búnker de Bruselas", en palabras de Salvini, que citó al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, o el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, y arremetió con especial ahínco contra los socialistas.

Sobre inmigración, el tema que más réditos políticos ha aportado a Salvini, este ha acusado a quienes apoyan la llegada irregular de personas al continente de querer "esclavos" y mano de obra barata, un análisis que la dirigente francesa compartió "plenamente".

Ambos han defendido la necesidad de impulsar la cooperación en África para evitar el éxodo hacia Europa y, ante las llegadas masivas, Le Pen planteó que "cada país pueda elegir la política de disuasión" que quiera en su frontera.

Durante el debate también ha salido a relucir el nombre de Steve Bannon, el polémico exasesor del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ahora prepara en Italia una academia para apoyar al frente populista y ultraderechista en Europa.

Le Pen, aunque aprobó esta iniciativa, ha recordado que Bannon "no es europeo" y, por lo tanto, aseveró que "la fuerza política que nazca de las elecciones europeas seremos nosotros y nadie más".