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El viaje incansable de Picasso hacia la obra maestra

  • Una gran exposición en el Museo Nacional de Picasso en París recorre el concepto de obra maestra para el genio
  • Reúne piezas excepcionales que muestran su evolución de la adolescencia a la vejez y la búsqueda de expresividad artística

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De izq a dcha: 'Arlequín sentado'. Foto de Martin  P. Bühler; 'Arlequín con espejo', Museo Thyssen; 'Retrato de Jacinto Salvado'', Centre Pompidou, ©  Succession  Picasso  2018.
De izq a dcha: 'Arlequín sentado'. Foto de Martin P. Bühler; 'Arlequín con espejo', Museo Thyssen; 'Retrato de Jacinto Salvado'', Centre Pompidou, © Succession Picasso 2018.

¿Qué significaba “obra maestra” para Picasso? Alrededor de esta cuestión nuclear pivota la gran retrospectiva del genio malagueño en el Museo Nacional de Picasso de París que explora cómo se convierte una pieza en icono de arte.

El artista consagró su vida a esta búsqueda incansable de la perfección para hallar la obra definitiva. Lo hizo a través de diferentes formas expresivas, desde su experimentación con objetos africanos a innovaciones escultóricas, una faceta poco conocida, o sus múltiples reflexiones sobre el proceso creativo que recorren sus numerosísimos autorretratos.

A lo largo del siglo XX, desde la tradición académica hasta las revoluciones modernas, las actividades de Pablo Picasso redefinieron por completo el concepto de obra maestra. Tal y como apuntaba Malraux en Antimemorias, “la obra maestra garantiza la genialidad del autor, pero no todo genio deja una obra maestra”. Un florecimiento que dependería de la fuerza del impulso vital más allá del talento del autor, según el novelista francés.

La exposición parisina (Picasso. Les chefs d’oeuvre!. Hasta el 13 de enero de 2019) suma sus fondos y se nutre de préstamos excepcionales para abordar esta evolución. Ofrece una nueva interpretación de las creaciones del autor: desde el origen de sus piezas a cómo fueron recibidas por la crítica, ya que en numerosas ocasiones escandalizaron a la sociedad.

Sobre este asunto, la suscripción del pintor a la agencia de artículos de prensa Lit-out apunta a qué el malagueño estaba interesado en cómo acogía el público su trabajo y cómo lo reflejaban las publicaciones.

Exposición 'Obras maestras' de Picasso en el Museo Nacional de París

Exposición 'Obras maestras' de Picasso en el Museo Nacional de París

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  • Picasso pintó 'Ciencia y caridad' con tan solo 16 años

    Ciencia y caridad aborda la temática de la visita a los enfermos. Museo Picasso de Barcelona. © Succession Picasso 2018

  • La muestra aborda lo que significaba el concepto de obra de arte para el genio

    Mujeres peinándose. Paris, 1937. Museo Nacional de Picasso.© Succession Picasso 2018

     

En su prolífica carrera Picasso ideó obras maestras desde la adolescencia a su vejez. Así lo refleja la selección, que recoge una veintena de piezas clave como La Danza, expuesta en la Tate Modern de Londres pero que el pintor no quiso vender hasta 1965, cuarenta años después de su concepción. Un lienzo con un vocabulario visual innovador que evoca la atracción por el ballet para el que realizó labores de escenógrafo.

Las señoritas de Avignon (1907) arrancó a partes iguales indiferencia, incomprensión y rechazo. De hecho, Braque afirmó que era como “si con tu pintura, quisieras que comiéramos estopa o bebiéramos aceite”. Esta obra magistral no se exhibe en París pero sí se puede ahondar en sus trabajos y bocetos preparatorios al igual que los de El Guernica.

Los visitantes de esta muestra que abre este martes también pueden disfrutar de Ciencia y caridad, una de sus primeras pinturas, que un joven Picasso parió con tan solo 16 años mientras estudiaba en la Escuela de Arte y Diseño de Barcelona, espoleado por su padre que le instaba a conseguir reconocimiento artístico.

Para el lienzo, que ya apabulla con su extraordinaria habilidad técnica, eligió un tema popular que imbrica con el realismo social: la visita a los enfermos que se hace eco de un drama personal, la muerte de su hermana menor, Conchita, en 1895.

Asimismo, se abordan las series de melancólicos arlequines en las que Picasso trabajó una y otra vez a lo largo de su vida modificando las posturas. Una figura icónica y polémica que protagoniza el cartel de la exposición. Los pierrots encarnaban su ideal del retrato, además de ser su doble nostálgico y emerger su fascinación por el mundo circense.

La experimentación a través de los objetos

Entre las obras que nunca antes se habían exhibido en Francia se encuentra el monumental trío Las bañistas, que pintó en pocos días coincidiendo con la ocupación franquista de Málaga en 1937. Muestra unas inquietantes escenas de playa con cuerpos deformes e imponentes y paisajes reducidos a unas pocas líneas.

La mirada del espectador se centra en estas figuras monstruosas, inspiradas en las conversaciones de Picasso con los surrealistas con los que pasó los veranos.

Mención aparte merece la curiosa sección orientada a objetos como papel, alambres de hierro y tabletas que el creador transformaba en arte y que ofrecen una nueva perspectiva.

Las más de 200.000 piezas documentales y 17.000 fotografías del archivo del Museo de París han servido para completar y contextualizar esta redefinición del concepto 'picassiano' y universal de obra de arte.