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Una espía rusa trabajó durante una década en la embajada de Estados Unidos en Moscú, según varios medios

  • Tuvo acceso a la intranet del Servicio Secreto de EE.UU, lo que le permitió examinar material confidencial

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Una bandera estadounidense tras la alambrada frente a la Embajada de los Estados Unidos en Moscú, Rusia.
Una bandera estadounidense tras la alambrada frente a la Embajada de los Estados Unidos en Moscú, Rusia.

Los servicios estadounidenses de contrainteligencia han descubierto que una espía rusa estuvo trabajando durante más de una década en la embajada de Estados Unidos en Moscú hasta que fue despedida el año pasado, han dicho este viernes funcionarios de alto rango a la cadena de televisión CNN.

La noticia fue publicada el jueves en exclusiva por el diario británico The Guardian, y el Departamento de Estado ha preferido no hacer comentarios específicos sobre el asunto.

Según medios estadounidenses, la mujer fue contratada por el Servicio Secreto de EE.UU., encargado, entre otros, de la protección de la Casa Blanca y de los diplomáticos del país, y tuvo acceso durante años a la intranet de esta agencia y su correo, lo que le permitió examinar material confidencial, incluyendo los horarios del presidente y del vicepresidente.

Al cabo del tiempo, las autoridades descubrieron que la rusa estaba teniendo reuniones no autorizadas con el FSB (siglas del Servicio de Inteligencia ruso, antiguo KGB).

En un momento clave para la investigación del fiscal especial Mueller

De acuerdo a The Guardian, la oficina de seguridad regional del Departamento de Estado alertó de las actividades sospechosas de la supuesta espía en enero de 2017, pero el Servicio Secreto no inició una investigación de inmediato y esperó al verano para despedirla.

Preguntado por Efe, una portavoz del Departamento de Estado de EE.UU. ha defendido que las autoridades toman "las acciones apropiadas en el momento adecuado" cuando se detecta que un individuo, como es el caso, ha podido cometer una infracción.

Además, la portavoz ha indicado que el Ejecutivo es consciente de que sus empleados, precisamente por trabajar para Estados Unidos, pueden ser "blanco de los servicios de inteligencia extranjeros".

Estas revelaciones se producen en un momento clave para la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre el alcance de la supuesta injerencia rusa en las elecciones de 2016 y si hubo algún tipo de coordinación entre el Kremlin y miembros de la campaña del ahora presidente, Donald Trump.

Esta semana comenzó el juicio contra su exjefe de campañaPaul Manafort.