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La era Trump

Trump cancela su reunión con Kim y avisa de que EE.UU. "está preparado" para responder a Corea del Norte

  • El presidente de EE.UU. se justifica en la "abierta hostilidad" de Pyongyang
  • También advierte a los norcoreanos de la "poderosa" capacidad nuclear de EE.UU.
  • Pese a todo, ha dejado abierta la puerta a que se retomen las conversaciones
  • Corea del Sur califica la decisión de "lamentable" e insta a volver al diálogo

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Trump anula la cumbre concertada con Kim Jong-un

Donald Trump ha decidido poner fin a la distensión con Corea del Norte: el presidente de Estados Unidos ha cancelado este jueves la reunión que tenía previsto mantener en junio con el líder norcoreano, reunión que tenía previsto mantener en junioKim Jong-un, con el argumento de la "tremenda ira y abierta hostilidad" mostrada por el país asiático y ha advertido de que su país "está preparado" para responder militarmente a cualquier actuación norcoreana, en un retorno a la retórica beligerante que caracterizó su estrategia hasta hace apenas dos meses.

Si la convocatoria de lo que iba a ser una cumbre histórica -la primera entre un presidente estadounidense en ejercicio y el líder de la dictadura comunista- sorprendió a casi todo el mundo, la posibilidad de que fuera cancelada se percibía en las últimas semanas, con mensajes cruzados que dejaban ver las dificultades inherentes al encuentro: Corea del Norte había criticado los intentos de forzarle a un desnuclearización "unilateral" y el propio Trump reconocía hace solo dos días que la reunión podía aplazarse.

Finalmente, el mandatario estadounidense ha optado por suspender el encuentro, tal como ha comunicado por carta al líder nocoreano: "La cumbre de Singapur, para bien de ambas partes, pero en perjuicio del mundo, no tendrá lugar", reza la misiva, en la que Trump agradece la liberación de tres estadounidenses retenidos en Corea del Norte y, pese a todo, deja una puerta abierta al diálogo: "Si cambia de opinión respecto a esta importante cumbre, no dude en llamarme o escribirme", le dice a Kim Jong-un.

El presidente de Estados Unidos no aclara los motivos concretos de su decisión, más allá de criticar la actitud norcoreana: "Tristemente, ante la tremenda ira y abierta hostilidad que se muestra en su última declaración, creo que sería inapropiado, en este momento, mantener esa reunión preparada desde hace tanto tiempo".

Sin embargo, una fuente de la Casa Blanca citada por Reuters ha indicado que el calificativo de "marioneta política" que Pyongyang dedicó recientemente al vicepresidente estadounidense, Mike Pence, ha sido "la última gota" que ha colmado el vaso de la paciencia de Trump. Por su parte, el secretario de Estado, Mike Pompeo, afirmaba en una comparecencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado que "no hemos podido llevar a cabo los preparativos entre nuestros dos equipos que habrían sido necesarios para tener una cumbre exitosa".

Trump dice que su cita con Kim Jong-un podría retrasarse de la fecha prevista

Vuelven las amenazas

En cualquier caso, las tiranteces eran evidentes en los últimos días y, en su carta, Trump no deja pasar la oportunidad de deslizar una advertencia a Kim: "Usted habla de su capacidad nuclear, pero la nuestra es tan grande y poderosa que rezo a Dios que nunca tenga que ser usada". Y acaba su carta con un lamento: "El mundo, y Corea del Norte en particular, ha perdido una gran oportunidad para una paz duradera", asegura.

Lo cierto es que, este mismo jueves, Corea del Norte había vuelto a amenazar con suspender la cumbre y advertía de que estaba preparado para un enfrentamiento nuclear con Estados Unidos. Al mismo tiempo, sin embargo, el régimen desmantelaba su centro de pruebas nucleares de Punggye-ri, uno de los puntos acordados con Corea del Sur para la "total desnuclearización" de la península, pactado durante la cumbre de Kim Jong-un con el presidente surcoreano, Moon Jae-in.

Creo que éste es un gran revés para Corea del Norte, y un gran revés para el mundo

Trump, que arriesgaba un considerable capital político al aceptar reunirse con Kim, ha preferido cortar por lo sano: "Creo que éste es un gran revés para Corea del Norte, y un gran revés para el mundo", señalaba en un acto en la Casa Blanca poco después de anunciar la cancelación de la cumbre, en el que, por un lado, ha abierto la puerta a retomar las conversaciones, pero, por otro, insistía en la retórica de la confrontación.

"He hablado con el [secretario de Defensa] general [James] Mattis y con los jefes del Estado mayor conjunto; y nuestras Fuerzas Armadas, que son con diferencia las más poderosas del mundo y recientemente han mejorado enormemente, están preparadas si es necesario", ha dejado caer en su alocución, añadiendo que estaban en contacto con Corea del Sur y Japón por si fuera necesaria una actuación conjunta.

"Pueden pasar muchas cosas, incluido, quizá, es posible que la cumbre existente pueda producirse, o una cumbre en una fecha más tardía. Nadie debería estar ansioso, tenemos que hacer las cosas bien". Sea como sea, Trump ha dejado claro que las sanciones contra Pyongyang se mantienen: "Si Kim Jong-un decide relacionarse con nosotros con un diálogo y medidas constructivas, estoy esperando. Mientras tanto, nuestras muy fuertes sanciones, que son de lejos las más fuertes jamás impuestas, y nuestra campaña de presión máxima continuarán, como hasta ahora", ha subrayado.

Inquietud en Corea del Sur

La decisión de Trump ha caído como un jarro de agua fría en la península coreana, aunque desde Corea del Norte han rebajado la importancia del encuentro, trasladando toda la responsabilidad a los estadounidenses: "Nosotros no suplicaremos a Estados Unidos por diálogo y tampoco nos molestaremos en persuadirles si no se quieren sentar con nosotros. Si Estados Unidos se reúne con nosotros en una habitación o nos encuentra en un enfrentamiento nuclear depende totalmente de su decisión", ha señalado la viceministra de Exteriores, Choe Son-hui.

La perplejidad era mayor en Corea del Sur, donde un portavoz del Gobierno ha llegado a declarar que estaban "intentando descifrar las intenciones del presidente Trump y el significado exacto de las mismas". Después, el presidente Moon Jae-in ha reunido de urgencia al Consejo de Seguridad Nacional y, tras una hora analizando la situación, ha mostrado su enfado: "Estoy perplejo y resulta muy lamentable y desafortunado que la cumbre Corea del Norte-Estados Unidos no vaya a celebrarse el 12 de junio", ha señalado.

"La desnuclearización de la península coreana y el establecimiento de una paz permanente son tareas históricas que no pueden abandonarse o retrasarse", ha añadido, según un comunicado del Gobierno surcoreano, en el que Moon insta a acercar posiciones “de manera más directa y a través de un diálogo más cercano de lo habitual".

También el presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha criticado el giro de Trump: "El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, cumplió con todo lo que prometió", ha declarado en una rueda de prensa conjunta con el presidente francés, Emmanuel Macron, en el Palacio de Constantino.

Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, se ha dicho "muy preocupado" por la cancelación de la reunión entre Trump y Kim: "Urjo a las dos partes a continuar su diálogo y a encontrar el camino que permita la desnuclearización de la península coreana", ha declarado al inicio de una conferencia pública en la Universidad de Ginebra.