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Análisis

Elecciones en Venezuela, votos para justificar un país en agonía

  • Venezuela celebra este domingo unas polémicas presidenciales
  • El régimen chavista ha reprogramado esta votación desestabilizando a la oposición
  • La nación se sume en una de sus mayores crisis económicas y humanitarias
  • Más de 4 millones de venezolanos han abandonado el país

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Partidarios del candidato venezolano Javier Bertucci en su cierre de campaña
Partidarios del candidato venezolano Javier Bertucci en su cierre de campaña

Decía Maradona hace un año que, si Nicolás Maduro se lo pidiese, se vestiría "de soldado" para "pelear contra el imperialismo" y tener una "Venezuela libre". Este domingo se celebrarán en el país caribeño comicios presidenciales convocados a medida en dudosas circunstancias, según organizaciones internacionales y expertos. El astro del fútbol ha vuelto entre bailes y pide el voto para su amigo, pero el enemigo es ahora la quiebra social y económica bajo la que agoniza el país.

"Venezuela es hoy un país destruido", del que ya han huido "cuatro millones de venezolanos", asegura a RTVE.es Anna Ayuso Pozo, investigadora sénior del Centro de Estudios Internacionales de Barcelona CIDOB. Los que se van "restan apoyo a la oposición", pero entre los que se quedan, la valoración de la figura de Maduro "está por debajo del 10%", y eso teniendo en cuenta que el "chavismo mantiene una imagen positiva entre el 25%" de los votantes, explica Ayuso.

La votación del 20 de mayo quedó fijada tras un polémico reajuste de fechas por el régimen de Maduro. Programadas inicialmente para finales de 2018, el ejecutivo chavista propuso adelantar las presidenciales al 22 de abril de este año y hacerlas coincidir con unas legislativas. La maniobra extendería el control del Gobierno a la composición del Parlamento, pero fue rechazada por la CNE por dificultades técnicas.

Venezuela cierra campaña en medio de su mayor crisis social y económica

Legitimidad a medida

Finalmente, tras cerrarse un "acuerdo de garantías electorales" firmado por seis candidatos -entre los que no se encuentra la opositora la Mesa de Unidad Democrática (MUD) que en abril ya se retiró de los comicios-, se decide, y acepta por la CNE, la fecha del 20 de mayo. En esta ocasión sí serán simultáneas con unas legislativas Estadales (regionales).

Este vaivén en el calendario persigue "dejar sin argumentos a la oposición, quitándole capacidad de reacción", explica a RTVE.es Carlos Malamud, investigador principal del Real Instituto Elcano. "Hacer oposición en Venezuela es realmente un milagro", afirma. Es el último capítulo para estrangular la victoria opositora de las legislativas de 2015, una mayoría en el Parlamento que fue atacada desde el Gobierno primero haciendo uso del Tribunal Supremo, y luego estableciendo una Asamblea Nacional Constituyente que puenteara la legitimidad de la cámara baja.

Según la MUD, el "simulacro electoral" planteado tiene como "único objetivo de decirle al mundo que sin votos Nicolás Maduro sigue siendo presidente de la república", ha dicho esta semana el diputado Juan Pablo Guanipa en nombre de la coalición opositora. "La unidad democrática no reconoce el evento que va a realizar", ha declarado y subraya: "Se le está dando un golpe profundo a la democracia, ya el acta de escrutinio está hecha, ya se sabe cuánto sacó cada uno de los participantes en esa farsa", dijo Guanipa para luego invitar nuevamente "al pueblo a no asistir a esa farsa".

Estadísticas de "guerra" para una crisis nacional

Con la MUD ausente de los comicios por voluntad propia, el exchavista Henri Falcón se postula como el candidato que podría arañar votos frente a Maduro, algo improbable en estas elecciones: "Lo que es seguro es que Maduro va a ganar", afirma Malamud. De este modo, con una oposición "cansada y fragmentada", apunta Ayuso, contando con "la base de un 25% que seguro que va a votarle", el mandatario consigue una etiqueta de "legitimidad". Sin embargo, más allá de rivales políticos agotados y divididos, un factor destaca en el panorama: la crisis humanitaria y económica.

"El desplome (del país) ya se ha producido", afirma Ayuso. "No sabemos hasta dónde puede llegar, pero la situación es tremenda. Hablamos de un porcentaje de homicidios a la altura de un conflicto armado dentro del país, 70 muertos por cada 100.000 habitantes, una cantidad tremenda", subraya. Este reflejo de "violencia interna", se recrudece con un "90% de impunidad en los crímenes", insiste la investigadora, y añade: "El índice de pobreza extrema se estima en un 50%, gente que literalmente no tiene para comer".

No obstante, según Malamud, para el chavismo no hay una caducidad a la vista: "Todavía hay apoyos que sigue cultivando el régimen, tanto en América Latina -Bolivia, Cuba, Nicaragua-, como fuera", explica haciendo alusión a "Rusia y China", países con "capacidad de veto" en Naciones Unidas y por tanto obstáculo a las sanciones. En el medio plazo, "continuará la pobreza, la represión y la crisis económica", dice el experto.

El rentismo, regalo envenenado del petróleo

Una de las grandes dificultades a la hora de afrontar la crisis, y parte de sus causas, es el efecto que ha tenido en la estructura productiva venezolana su recurso más apreciado: el petróleo. "A partir de que Venezuela se convierte en una potencia petrolera, se destruye el resto de industrias, azucareras, cafeteras, que se desmontaron porque con el petróleo había suficiente", explica Anna Ayuso.

El país "empezó a vivir de las rentas, y esto lo hicieron ya los gobiernos anteriores a Chávez. Cada vez que había una bajada de los precios del petróleo se producía una revuelta y esta es la historia de los últimos 50 años en Venezuela", concluye.

La "élite rentista" que produjo este sistema económico se ha reproducido "ahora en el chavismo, que prometió hacer otra cosa pero ha hecho exactamente lo mismo y además ha destruido el poco tejido económico que subsistía". El petróleo ha devenido en "balón de oxígeno" para Maduro, pero lo es en un "Estado que ya no existe, con un sistema totalmente autoritario y arbitrario, sin rendición de cuentas de ningún tipo", insiste Ayuso.

Soluciones

"Si entrara un nuevo Gobierno tendría unas dificultades tremendas, necesitaría una ayuda internacional grande porque el país estña muy endeudado y la industria destruida précticamente, incluso la petrolera, que sufre un atraso en inversiones que, para recuperar los niveles anteriores a la revolución necesitaría una inyección de dinero muy alta", señala la experta de CIDOB.

Sin embargo, Ayuso especula con una posibilidad: "Que dentro del propio chavismo haya una facción que de alguna manera decida cambiar la situación y echar del poder a este sector que es absolutamente rentista y que se aprovecha de la situación".

Mientras tanto, ACNUR avisa: Venezuela se ha convertido en origen de un flujo creciente de migrantes y refugiados, peticionarios de asilo o simplemente fugados de una situación sin visos de solución.