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El fiscal mantiene la acusación de terrorismo para los presuntos agresores de Alsasua

  • Los relaciona con el movimiento Ospa (Fuera), que vincula con ETA
  • Se enfrentan a penas de entre doce y 62 años de cárcel
  • Un vídeo aportado por uno de los acusados cuestionaría la versión del linchamiento

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Varias personas protestan contra la imputación del delito de terrorismo en el juicio en la Audiencia Nacional por la agresión a dos guardias civiles en Alsasua.
Protesta contra la imputación de terrorismo en el juicio por la agresión a dos guardias civiles en Alsasua.

El fiscal José Perals ha mantenido este jueves las penas por terrorismo para los ochos presuntos agresores de dos guardias civiles en Alsasua (Navarra), que encarnan "lo peor de la naturaleza humana" con su actuación fascista, al considerar que molieron "a palos" a los agentes siguiendo una estrategia de ETA.

En la novena jornada del juicio que se celebra en la Audiencia Nacional, el fiscal y las acusaciones han expuesto sus conclusiones y han mantenido la petición de que se les apliquen penas para actos terroristas.

Así, los ocho jóvenes se enfrentan a peticiones fiscales de entre 12 años y medio y 62 años y medio de cárcel, aunque Perals ha rebajado sus penas alternativas (para el caso de que el tribunal no crea probado que la acción fue planificada), en las que solo mantiene un delito de terrorismo y que quedan ahora en una horquilla de entre 6 años y medio y 17 años y medio de prisión.

La Fiscalía enmarca la agresión a los agentes en un bar de la localidad navarra en la madrugada del 15 de octubre de 2016 en delitos terroristas al relacionarlos con el movimiento Ospa (Fuera), que persigue la expulsión de las fuerzas de seguridad del Estado del País Vasco y Navarra y que peritos de la Guardia Civil vincularon con la estrategia de ETA.

"Consideramos -ha asegurado- que si no se aprecia terrorismo en casos como estos retrocederíamos 20 años, a aquellos momentos en los que Segi y Jarrai y Haika campaban a sus anchas por los pueblos del País Vasco y Navarra y algunos decían que eran cosas de los chicos de la gasolina, de la kale borroka (violencia callejera)", sostiene el fiscal.

Además, sitúa a dos de los principales acusados, Jokin Unamuno y Adur Ramírez, como impulsores de Ospa en Alsasua y emplaza a los ocho en diferentes actos relacionados con este movimiento.

Penas de hasta 62 años de cárcel

Para la única joven encausada, Ainara Urquijo, reclama la pena más baja (12 años y medio) solo por un delito de amenazas terroristas, mientras que para otros seis pide condenas de 50 años por lesiones terroristas y para un séptimo, Ohian Arnanz, 62 años y medio al añadir a las lesiones un delito de amenazas terroristas.

El resto de acusados para los que pide 50 años son Jokin Unamuno, Adur Ramírez de Alda, Jon Ander Cob, Julen Goicoechea, Aratz Urrizola e Iñaki Abad. En cuanto a la petición alternativa, reclama la más baja para Ainara Urquijo, de 6 años, 6 meses y un día de cárcel por desórdenes públicos terroristas y amenazas no terroristas.

La alternativa más alta es también para Ohian Arnanz: 17 años y medio por desórdenes públicos terroristas, atentado a agente de la autoridad en concurso con lesiones y tres delitos de lesiones, que en el caso de las mujeres añade una agravante de género.

Para Unamuno, Cob, Goicoechea, Arnanz, Ramírez y Urrizola pide 17 años de cárcel por los mismos delitos que Arnanz menos el de amenazas, y para Abad 13 años al aplicarle solo lesiones a una de las mujeres.

"No fue una pelea de bar"

Según ha explicado el fiscal en sus conclusiones finales, "hay pruebas suficientes para considerar" que lo ocurrido en Alsasua "no fue una pelea de bar", sino una agresión "planificada y organizada única y exclusivamente para agredir a dos guardias civiles y sus parejas con la finalidad terrorista de expulsar" a dicho cuerpo policial de la localidad.

Pero también, ha añadido, el objetivo de la paliza fue "inferir temor a los que no piensan como ellos" en Alsasua. Por todo ello, considera el fiscal José Perals, "la prueba aportada" durante el juicio que se ha celebrado desde el pasado 16 de abril en la Audiencia Nacional ha demostrado que "no es un juicio de faltas".

"Aún persiste una herencia de terror en el País Vasco y Navarra que no es sino una prolongación del terrorismo que se ha vivido en España durante 50 años. ETA no era una mera organización de pistoleros", ha explicado.

Perals ha centrado parte de su alegato en las novias de los guardias que declararon que "tenían mucho miedo a no poder reconocer que tenían un novio, a no poder pasear por el pueblo en el que querían vivir, a poder comprar el pan y a expresarse libremente", testimonios que recuerdan "a las víctimas del terrorismo de siempre".

También ha criticado la reacción de las autoridades de Alsasua, ya que la agresión tuvo "el apoyo de políticos melifluos pero también peligrosos, porque visitan a las familias de los acusados pero no a las de las víctimas".

Un vídeo muestra los momentos posteriores a la pelea

En la jornada del miércoles del juicio, se exhibió una grabación realizada con su teléfono móvil por Iñaki Abad, uno de los acusados, en la que se muestran los momentos inmediatamente posteriores a la pelea de Alsasua. En el vídeo, divulgado en exclusiva por EiTB (la radio y televisión pública vasca), se puede ver al sargento de la Guardia Civil supuestamente agredido, en aparente buen estado, tras la línea de protección que estableció la Policía Foral.

Esta grabación cuestionaría la versión de los guardias civiles, ya que el agente aparece en ella con camisa blanca, sin rasguños ni manchas de sangre. En un principio el tribunal no quiso aceptar este vídeo como prueba, pero después cambió de opinión. En las imágenes también se ve cómo el sargento golpea a Iñaki Abad mientras está grabando.