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Los guardias civiles de Alsasua reconocen a cinco presuntos agresores y relatan que temieron por su vida

  • Declaran los guardias civiles y sus parejas en el juicio por terrorismo de Alsasua
  • El teniente relata cómo fueron rodeados y agredidos en el interior y fuera del bar
  • La novia del teniente agredido: "Desde aquel día perdí mi vida, mi hogar, todo"
  • Ocho jóvenes están acusados de agredir a los agentes y a sus acompañantes

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Los guardias civiles agredidos en Alsasua aseguran que temieron por sus vidas

Los dos agentes de la Guardia Civil agredidos junto a sus parejas en octubre de 2016 en un bar de la localidad navarra de Alsasua han declarado este martes en el juicio en la Audiencia Nacional. El teniente agredido ha calificado los hechos como un "calvario terrible" que les hizo temer por su vida; mientras que el sargento ha asegurado que vio en sus agresores un "odio" y un "rencor" contra la Guardia Civil que no había sentido nunca antes.

Las cuatro víctimas de la agresión han declarado este martes en la segunda sesión del juicio contra ocho jóvenes de la localidad navarra de Alsasua, a los que se investiga por presuntos delitos de terrorismo en la Audiencia Nacional, en un tribunal presidido por la juez Concepción Espejel.

Tanto el teniente como el sargento, así como la novia del primero, han reconocido ante la juez a uno de los acusados, Jokin Unamuno, como el principal instigador de la agresión.

Además de a Unamuno, el teniente ha identificado sin dudar a los acusados Adur Ramírez, Ohian Arnanz -que se encuentran en prisión preventiva-, y Julen Goikoetxea como participantes en la agresión. Mientras, el sargento ha añadido a dos más, Jon Ander Cob y Aratz Urrizola, de cuya participación concreta en la paliza el teniente no estaba seguro.

Dos de los acusados, Unamuno y Ramírez, han sido reconocidos por el teniente como participantes en actos del movimiento Alde Hemendik ('Fuera de aquí'), contra la presencia de las fuerzas de seguridad del Estado y de las Fuerzas Armadas en Navarra y el País Vasco. Unamuno ha sido identificado además como organizador de la fiesta Ospa Eguna (‘Día de la Huída’).

El teniente habla de "un calvario terrible"

"Para nosotros fue una eternidad sufrir aquello, pero duraría minutos. Fue un calvario terrible", ha explicado ante el tribunal el teniente de la guardia civil, que tenía 25 años en el momento de los hechos y llevaba un año destinado en Alsasua. Tras la agresión, según ha asegurado, estuvo ocho meses de baja por su lesión en el tobillo, del que tuvo que operarse, y que le costó volver a andar.

En su declaración, el teniente ha asegurado que no era "bien recibido" en determinados lugares, aunque el bar Koxka no era uno de esos lugares. En relación a los hechos, ha dicho que recuerda con nitidez lo sucedido en el interior del bar, al que llegaron hacia las 2:30 de la madrugada, y en la salida, pero no después, cuando cayó al suelo porque "no le respondía la pierna" y siguió recibiendo numerosos golpes, "sobre todo en la cabeza".

En un momento dado, ha asegurado que tras salir del servicio, uno de los acusados, Ohian Arnanz, le paró y le preguntó si era "madero", tras lo que otro, Jon Ander Cob, también le cortó el paso. El guardia civil se zafó de ambos y, de vuelta a la barra, afirma que alguien les lanzó "un chupito de plástico vacío".

Más tarde, uno de los acusados, Jokin Unamuno, entró acompañado de varias personas, y se encaró con el sargento y con el teniente. Este último no ha precisado qué le dijo -tampoco lo ha concretado su compañero-, al margen de "cosas inconexas", y si hubo amenazas, pero sí ha narrado que el joven se encaró con él "de una forma bastante agresiva" y ha negado que le dijera que los guardias "se dedicaban a crujir a multas a los jóvenes del pueblo", como Unamuno declaró el lunes.

Una veintena de personas les esperaba

Seguidamente, y sin mediar provocación, fueron rodeados de otras personas y empezaron a recibir golpes "en la cabeza, la nuca, la espalda y las piernas" por parte de un grupo de entre cinco y ocho personas. Cuando los cuatro intentaron salir del bar, ha explicado el teniente, les formaron un pasillo entre "20 o 25 personas" y continuaron recibiendo empujones y "golpes de todo tipo".

En la calle se encontraron con otra veintena de personas esperándoles, entre ellas el acusado Adur Ramírez (para quien se solicita la pena más alta, 62 años de cárcel, por delitos de lesiones y amenazas terroristas) y a otro joven alto y con el pelo largo, Julen Goikoetxea, y siguió la agresión con continuados golpes "en la cabeza, la espalda y las piernas", hasta que cayó al suelo.

Nadie se acercó a mí que me quisiera echar un cable o que me ayudara

"Nadie se acercó a mí que me quisiera echar un cable o que me ayudara a salir de allí", a excepción de su novia, que trató de protegerle con su cuerpo, según ha explicado el teniente, que ha declarado en respuesta a preguntas del fiscal que en esos momentos temió por su vida. También ha asegurado que en ningún momento pudo defenderse ni que golpeara a nadie, y que solo intentó protegerse de los golpes en la cabeza. "Mi interés no era enfrentarme a ellos sino salir de allí", ha declarado.

En su respectiva declaración, el sargento, que tenía 33 años entonces y sigue destinado en Alsasua a la espera de poder pedir otro destino, ha añadido que él sí logró levantarse en la calle y hacer frente a un agresor que propinó una patada a su novia cuando esta intentaba protegerle con su cuerpo, y que aunque la Policía Foral llegó en menos de diez minutos, los agresores no dejaban de insultarles y decirles que "esto es lo que os va a pasar cada vez que salgáis del cuartel", que el sargento ha puesto en boca de la acusada Ainara Urquijo, la única mujer entre los ocho acusados.

La novia del teniente: "Desde aquel día perdí mi vida"

Mientras, la novia del teniente de la Guardia Civil ha reconocido que desde ese día le da "miedo" volver a la localidad y que, de hecho, ya no vive allí. "Desde aquel día perdí mi vida, mi hogar, todo", ha afirmado.

Durante su testimonio, ha explicado que a partir de entonces la vida en el municipio fue "un infierno", pues casi cada día había pintadas o carteles con mensajes ofensivos frente a la casa de sus padres y les "rajaron" el coche. Asegura que le da miedo volver a Alsasua para visitar el bar que regentan sus padres y que la gente de la localidad le aisló totalmente.

Según su versión, ella también recibió multitul de puñetazos y patadas por la espalda y en el bajo vientre. Como consecuencia, sufrió lesiones físicas y necesitó ayuda psicológica. "Llegué al límite de no ver salida y pensé quitarme de enmedio", ha subrayado.

Después ha declarado la novia del sargento, quien llevaba apenas 15 días viviendo en Alsasua cuando ocurrieron los hechos y sigue viviendo allí con su pareja. Según ha contado, el primer día que fue a un bar, alguien hizo un gesto que le sorprendió, y es que al pasar por detrás del teniente realizó un gesto con la mano como "señalándole" y entonces decidieron irse porque, tal y como le explicaron, eso significaba que habían reconocido a los guardias civiles.

Ambas han confirmado los insultos que dirigieron los agresores hacia los agentes y han lamentado que "nadie" les ayudó mientras les estaban golpeando y que hubo personas que grabaron la agresión con sus teléfonos móviles.

El juicio se inició este lunes con la declaración de los ocho acusados, que solo aceptaron responder a sus defensas. Todos ellos negaron su participación en los hechos y que dirigieran o integraran el colectivo Ospa!. La Fiscalía relaciona este grupo con el entorno de ETA y por ello les acusa de delitos de terrorismo y solicita penas de prisión que en total suman 375 años.

Cerca de 2.500 personas muestran en Pamplona su apoyo a los agredidos

Cerca de 2.500 personas se han concentrado en el centro de Pamplona, según la delegación del Gobierno, en apoyo a los dos guardias civiles agredidos hace año y medio en Alsasua por un grupo de jóvenes, con motivo de la vista oral que desde este lunes juzga los hechos calificados como terrorismo.

El acto, convocado por la Asociación Cultural Doble 12 y apoyado por colectivos de víctimas de ETA como Covite y la navarra Anvite, y por partidos como PP, UPN, PSN y Ciudadanos, ha reunido a unas 4.000 personas, según los organizadores, y a 2.500, según la delegación del Gobierno, ante cuya sede han mostrado una pancarta con el lema "Estamos con vosotros, María José, Pilar, Óscar y Álvaro".

Hasta el lugar se han acercado cientos de personas, algunas con banderas españolas y navarras, para arropar también a los padres del teniente agredido, cuya madre, Inmaculada Fuente, ha calificado de "increíble" el apoyo recibido en un día "muy difícil pero muy positivo", ya que ha comenzado con la declaración de su hijo ante el tribunal y ha finalizado con el acto en Pamplona.

Este sábado, miles de personas salieron a la calle en Pamplona para protestar por la calificacion de terrorismo, que consideran desproporcionada. La marcha contó con el apoyo del Gobierno de Navarra, partidos como Geroa Bai, Podemos, I-E y EH Bildu, y sindicatos como CCOO, ELA y LAB.