Enlaces accesibilidad
Riesgo de guerra comercial

El presidente chino trata de rebajar la tensión con EE.UU. y promete mayor protección a la propiedad intelectual

  • Xi Jinping renueva su compromiso con una mayor apertura económica
  • En un foro internacional, el líder chino alerta contra "la mentalidad de Guerra Fría"

Por
El presidente chino, Xi Jinping, pronuncia un discurso durante la inauguración del Foro Económico de Boao
El discurso conciliador de Xi Jinping en el Foro de Boao se interpreta como un intento de rebajar tensiones con Washington.

El presidente chino, Xi Jinping, se ha mostrado dispuesto a cambiar en algunas de las cuestiones económicas que EE.UU. echa en cara a su país, como el poco respeto a la propiedad intelectual, y con las que Washington justifica sus recientes decisiones comerciales. Este discurso de Xi, pronunciado en la inauguración del Foro de Boao -conocido como el Davos chino- y ante un auditorio repleto de autoridades económicas internacionales, se interpreta como un intento de rebajar las tensiones con la Administración Trump. Así lo han entendido también los mercados financieros, que han recibido sus palabras con subidas en las Bolsas internacionales.

Después de varias semanas de escalada en la confrontación comercial entre las dos potencias -con aprobación de aranceles por ambas partes y amenazas mutuas de imponerse tarifas adicionales mucho mayores-, el discurso de Xi ha actuado como un bálsamo.

La mayor parte de los compromisos lanzados por el presidente chino son reiteraciones de medidas ya anunciadas por Pekín, como favorecer el acceso de inversores extranjeros a las empresas chinas y abrir el sistema financiero del gigante asiático.

Avisa contra "una mentalidad de Guerra Fría"

Sin embargo, el hecho de que, justo en este momento, haya apostado por impulsar medidas de apertura y haya incidido en asuntos como el aumento de protección de los derechos de propiedad intelectual, lleva a los analistas e inversores a interpretar sus palabras como un mensaje conciliador hacia la Administración Trump, aunque en ningún momento haya mencionado directamente a EE.UU.

La alusión de Xi más enfocada a la actual situación con Washington ha sido su afirmación de que "una mentalidad de Guerra Fría" y aislacionismo podría "levantar muros de ladrillo".

"Una mentalidad de Guerra Fría está ahora más fuera de lugar que nunca", ha advertido, ya que -ha continuado- "sólo el desarrollo pacífico puede dar resultados beneficiosos para todos". "Apertura o aislamiento, progreso o retroceso, la Humanidad tiene una gran decisión que tomar", ha sentenciado.

Esta de cal se ha combinado con otra de arena, ya que casi al mismo tiempo que el líder chino hablaba en Boao, se conocía que su Gobierno ha presentado una denuncia contra EE.UU. ante la OMC para obligar a Washington a abrir un período de negociaciones sobre los aranceles que ha impuesto a las importaciones chinas de acero y aluminio.

Renovación de su compromiso con la apertura económica

Entre las medidas concretas repasadas por Xi Jinping, destaca el refuerzo a la protección de los derechos de propiedad intelectual de las empresas extranjeras para fomentar la competitividad y apertura de su economía.

"Una protección más fuerte de los derechos de propiedad intelectual es el requisito de las empresas extranjeras, y más aún de las empresas chinas", ha afirmado Xi, quien también informó de que se volverá a instaurar este año una Oficina Estatal de Propiedad Intelectual para velar por el cumplimiento de la ley, endurecerá las penas de quienes no la cumplan y promoverá la transferencia tecnológica entre compañías nacionales e internacionales.

El líder chino se ha comprometido a crear "un ambiente más atractivo para la inversión", aumentar la transparencia, aplicar las leyes, fomentar la competencia y oponerse al monopolio.

En esa línea, Xi Jinping ha adelantado que, en los primeros seis meses del año, el Gobierno concluirá la revisión de la lista de sectores en los que limita la inversión y se eliminarán los "obstáculos sistemáticos" que dificultan la correcta asignación de activos.

Además, ha anunciado que su país incrementará su volumen de importaciones y reducirá los aranceles a la compra de vehículos extranjeros y de otros productos procedentes del exterior, con el objetivo de equilibrar su balanza comercial que acusa un elevado superávit. Esta es una de las principales críticas de Trump a China, que presenta un superávit de 375.000 millones de dólares en sus relaciones comerciales con EE.UU.