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Perros artificieros ayudan a limpiar de minas Bosnia-Herzegovina

  • Un 2% del país sigue estando plagado de estos peligrosos artefactos
  • Se estima que aún quedan unas 80.000, repartidas en 1.092 kilómetros
  • Un solo perro hace el trabajo de ocho artificieros humanos

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Un especialista humano puede controlar entre 70 y 100 metros cuadrados al día, y un perro entre 1.000 y 1.200.
Un especialista humano puede controlar entre 70 y 100 metros cuadrados al día, y un perro entre 1.000 y 1.200.

Más de tres décadas después de la guerra civil bosnia, un 2% del país sigue estando plagado de minas antipersonas, un problema de seguridad que las autoridades combaten con la ayuda de cientos de perros especializados, capaces de limpiar el terreno diez veces más rápido que los artificieros humanos.

El Centro de Adiestramiento de Perros Detectores de Minas fue creado en 2002 en la aldea de Borci, a 50 kilómetros de Sarajevo, a iniciativa de Estados Unidos. Sus perros e instructores han participado en labores de desminado en Líbano, Serbia, Croacia, Afganistán, Azerbaiyán, Angola, Turquía o Irak, y se preparan para ir a Colombia, en un proyecto que aún no se ha concretado.

Se estima que en Bosnia-Herzegovina quedan aún unas 80.000 minas repartidas en 1.092 kilómetros, que suponen un peligro para más de 500.000 personas, un 15% de la población del país, que vive cerca de los terrenos contaminados. Un problema que aún tardará años en solucionarse.

"Se preveía terminar de limpiar Bosnia-Herzegovina de minas en el año 2019, pero ese objetivo se ha demostrado inalcanzable. Una nueva estrategia lo retrasa hasta 2025", declara a Efe Nermin Hadzimujagic, director del Centro.

En esa estrategia juegan un papel esencial los perros artificieros.Aunque son animales caros y el adiestramiento de prolonga durante nueve meses, la inversión se justifica porque un solo perro hace el trabajo de ocho artificieros humanos. "Un especialista puede controlar entre 70 y 100 metros cuadrados al día y un perro entre 1.000 y 1.200", ilustra Hadzimujagic.

Pastor belga, la raza preferida

Varios cientos de perros, seleccionados según los principios rigurosos, han sido adiestrados hasta ahora en el Centro de Borci. El pastor belga es la raza preferida por su aguante y concentración.

El entrenamiento se desarrolla en varias fases. La primera se prolonga durante tres meses y en ella el perro se adapta al olor del explosivo y al de una pelota que se emplea como recompensa.  "Todo se basa solo en el juego", dice Hadzimujagic. "Después de cumplir bien su tarea, el perro recibe su pelota para jugar, ese es su premio", agrega.

En el siguiente paso, de otros tres meses, el perro y el adiestrador se conocen y se adaptan el uno al otro,  hasta que lleguen a formar un equipo unido, que trabajará desde entonces siempre en pareja.

En la fase final, la búsqueda de artefactos explosivos, el perro se adentra en el terreno para investigar cada día cuatro parcelas de cien metros cuadrados cada una.

Error cero

Al final del entrenamiento, al animal le espera un exigente examen en el que no se le permite ni un solo error. Si falla al tratar de localizar un explosivo, el adiestramiento se prolonga un mes más antes de realizar una nueva prueba final. "Si es suspendido en varias ocasiones se le descarta para trabajar en las labores de desminado", dijo Hadzimujagic. "Nuestras normas estipulan que el perro se someta a pruebas cada seis meses", declaró.

En el Centro de Borci los perros viven en recintos amplios y limpios con calefacción. La mayoría proceden de los grandes y conocidos criaderos de Amsterdam, donde su precio es de unos 3.000 euros, aunque los hay también criados en Bosnia-Herzegovina, que cuestan hasta 1.500 euros. Una vez terminada su formación su precio en el mercado es de 8.000 euros.

El perro se "jubila" en general después de ocho años de trabajo, y en muchos casos su hasta entonces guía se convierte en su dueño.

80.000 minas bajo tierra

Se calcula que en Bosnia hay aún 80.000 minas bajo tierra. Desde el año 1996 han sido eliminadas 72.000 minas y unos 56.000 artefactos explosivos de otro tipo.

En el mismo período ha habido 1.735 víctimas de explosiones en campos minados, de ellas 604 mortales.