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El Frente Nacional cambia su nombre y expulsa como presidente de honor a Jean-Marie Le Pen

  • Se llamará Agrupación Nacional, según ha anunciado su presidenta, Marine Le Pen
  • La propuesta deberá ser refrendada ahora en una consulta interna por los afiliados
  • Le Pen recurre a sus argumentos habituales: inmigración, islam, seguridad y proteccionismo

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La presidenta del Frente Nacional, Marine Le Pen
La presidenta del Frente Nacional, Marine Le Pen.

El Frente Nacional, que ha vertebrado las ideas de la ultraderecha en Francia bajo el mismo nombre desde 1972, pasará a llamarse Agrupación Nacional, según ha anunciado su presidenta, Marine Le Pen, en el XVI Congreso del partido en Lille.

La propuesta de Le Pen deberá ser refrendada ahora en una consulta interna por los afiliados, que ya habían votado por un estrecho margen del 52% en favor de modificar el nombre.

"Desde el punto de vista electoral, si queremos unir, era conveniente (el cambio). Pero personalmente, por lealtad, yo voté en contra", ha dicho a Efe el antiguo militar Thierry Llouberes, dirigente regional del partido en el departamento de Puy de Dôme.

El miembro de la Ejecutiva del partido y representante del ala tradicionalista Nicolas Bay ha argumentado a Efe que "se puede tener mucho apego a la historia del Frente Nacional y al mismo tiempo querer llevarlo a una nueva dimensión", que, según él, se abre con las nuevas siglas.

Sin embargo, por si quedaban dudas, ha aclarado que la "refundación" proclamada por Le Pen sólo significará "afinar algo la línea política, para evitar que nos caricaturicen".

Jean-Marie Le Pen es expulsado de la presidencia de honor

Además, se ha expulsado definitivamente como presidente de honor al cofundador y patriarca de la familia Le Pen, Jean-Marie, después de que ya hubiese sido excluido como militante. Hasta ahora, los tribunales habían impedido que el Frente Nacional despojase al patriarca de su estatus honorífico.

En el discurso de clausura, Le Pen, ha recurrido a sus argumentos habituales: inmigración, islam, seguridad y proteccionismo. Durante hora y media, Le Pen ha incidido en el nuevo eje que, a su juicio, vertebra hoy la política.

Por un lado, los "globalizadores", encarnados por el presidente francés, Emmanuel Macron, y caracterizados por el "nomadismo" y el desapego que sienten hacia su nación y hacia las cosas duraderas. Por el otro, los "nacionales", como ella, que defienden una civilización amenazada por las olas migratorias y por el avance del islamismo.

El ambiente en el Palacio de Congresos de Lille, la ciudad obrera que ha acogido la cita y bastión socialista, distaba mucho del anterior Congreso de la ultraderecha, celebrado en 2014 en Lyon bajo una euforia poco contenida.

Los malos resultados de Le Pen en la segunda vuelta de las presidenciales frente a Emmanuel Macron, donde sólo obtuvo un tercio de los votos, ha marcado el espíritu de un partido que se pregunta si alguna vez tendrá la posibilidad de alcanzar el poder.

Su mala prestación en el debate preelectoral frente al ahora presidente ha suscitado las dudas sobre la capacidad de Le Pen de ganar en unos comicios. "Ella fracasó en el debate, al menos según la prensa. Pero Cristiano Ronaldo a veces falla un penalti y no por eso es peor jugador", ha dicho a Efe la jubilada Jocelyne Lhost, militante de base.

El éxito electoral de la Liga en Italia, cuyo líder, Matteo Salvini, dirigió un mensaje en vídeo a los asistentes antes del discurso de Le Pen, es uno de los argumentos a los que se aferran los seguidores de la renombrada Agrupación Nacional. Y para demostrar la vigencia del populismo de derechas, el exasesor del presidente estadounidense, Donald Trump, Steve Bannon, fue el encargado de abrir este sábado el congreso.