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El Santo Sepulcro reabre sus puertas tras la suspensión del impuesto israelí

  • Israel suspende el impuesto sobre bienes inmuebles de iglesias cristianas
  • El templo cerró el pasado domingo en señal de protesta contra el Gobierno

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Peregrinos cristianos rezan ante la Iglesia del Santo Sepulcro
Peregrinos cristianos rezan ante la Iglesia del Santo Sepulcro.

El Santo Sepulcro ha reabierto este miércoles sus puertas después de que las autoridades israelíes hayan decidido suspender la reciente recaudación de las tasas municipales sobre bienes inmuebles de iglesias cristianas, que provocó el cierre del templo durante tres días consecutivos en señal de protesta.

Israel ha anunciado este martes la creación de un comité responsable de abordar la crisis y la suspensión de las recaudaciones.

A continuación, el patriarcado greco-ortodoxo, Theophilos III, el custodio de Tierra Santa, Francesco Patton, y el patriarcado armenio, Nourhan Manougian, anunciaron la reapertura del lugar más sagrado del cristianismo.

El Santo Sepulcro cierra en Jerusalén de manera indefinida en protesta por un impuesto.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acordó con el alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, "establecer un equipo profesional [...] con la participación de todas las partes relevantes, para formular una solución para el asunto de los impuestos municipales sobre propiedades de la iglesia que no son centros de culto".

También se suspende la revisión de una propuesta de ley a debate en el Parlamento que permitiría expropiar retroactivamente tierras vendidas por las iglesias a empresas o civiles. Mientras se examina esta propuesta, "toda actividad legislativa quedará suspendida", dice la nota.

Turistas y fieles, desconcertados por el cierre

Durante los últimos tres días, fieles locales y de todo el mundo se han acercado hasta las puertas cerradas de la iglesia. Este martes por la tarde, unos 250 fieles cristianos han recorrido el barrio cristiano de la Ciudad Vieja de Jerusalén portando una cruz en protesta por el cierre. "Venir aquí y no poder rezar... Es el día más triste de mi vida [...] Nunca me he sentido tan avergonzada de Israel, de ver los derechos de la Iglesia secuestrados y vencidos de esta manera", ha indicado a Efe una jerosolimitana que acompañaba a los manifestantes.

La misma reacción ha tenido una turista surcoreana, que ha mostrado su desconcierto por no poder entrar en la iglesia después de hacer "un camino muy largo solo para verla".