Las incógnitas de la investidura ¿de Puigdemont?

• La constitución del Parlament pone a funcionar el reloj para la investidura
• En diez días se tiene que convocar el pleno para no ir a repetición de elecciones
• ERC sigue sin aclarar si apostará por la investidura a distancia del expresident
• La CUP dice que está en riesgo su apoyo a Puigdemont y critica a Torrent

El expresidente de Cataluña, Carles Puigdemont.

Una vez constituido el Parlament de Cataluña con mayoría independentista, arranca el periodo crucial de las negociaciones para investir al nuevo presidente o presidenta de la Generalitat de la XII Legislatura. Ahora mismo sólo hay un nombre presidenciable en la escena independentista- el de Carles Puigdemont- pero las dificultades para hacerlo posible desde Bélgica abren múltiples interrogantes que deberán tener respuesta en los próximos días si no se quiere ir ya a una repetición de elecciones.

¿Cuándo será la investidura?

El reloj de la investidura ha comenzado a andar este mismo miércoles. El nuevo presidente del Parlament, el republicano Roger Torrent, tiene ahora diez días para proponer un candidato oficial a la investidura. Deberá hacerlo tras reunirse con todos los grupos parlamentarios de la Cámara y, como muy tarde, la primera sesión del pleno de investidura debe celebrarse el día 31 de enero, aunque puede ser antes si los partidos secesionistas encuentran un candidato de consenso y fijan un calendario.

En primera votación, el president necesitaría de una mayoría absoluta, pero si no lo consigue, le valdría la mayoría simple de la Cámara para ser investido. Si la investidura es fallida, arranca un plazo de dos meses para encontrar otro candidato o candidata, antes de repetir la cita con las urnas.

¿Será Puigdemont el candidato a presidir la Generalitat?

Junts per Catalunya y ERC han anunciado, por dos veces, un acuerdo sobre el candidato que consideran "legítimo" para volver a presidir la Generalitat: Carles Puigdemont. Pero hasta ahí el consenso en unas negociaciones que no han avanzado en los últimos días y en las que se percibe cierta tensión y un calculado manejo de los tiempos y estrategias políticas.

JxCat se ha enrocado en su posición y lo deja claro: "Puigdemont o Puigdemont". Este mismo miércoles, tras la constitución del Parlament, la diputada Elsa Artadi, una de las más cercanas al expresident, ha avisado de que no "entenderían" que ERC se echara atrás o pusiera "obstáculos" para esta investidura.

Los republicanos, que son la clave para que Puigdemont pueda ejecutar su plan, juegan con cierta ambigüedad y, si bien dicen que es el candidato de consenso, no tienen reparos en pedir "realismo" ante las dificultades para investirlo a distancia y han apuntado, velada o directamente, a un posible "plan B" porque lo importante, dicen, es un Gobierno "fuerte, estable y de larga duración".

Y en medio de los dos, la CUP, que ha cargado duramente contra el recién nombrado presidente del Parlament por obviar de su discurso la "república" catalana y ha dicho claramente que ahora mismo "está en riesgo" su apoyo a Puigdemont si se olvida el objetivo final para ellos: la independencia.

No ha gustado nada en las filas anticapitalistas el discurso moderado de Roger Torrent que no se ha referido ni una sola vez a la hoja de ruta independentista. Lo cierto es que tanto JxCat como ERC ahora mismo están más centrados en la forma de Gobierno que en el fondo.

No hay que olvidar que la CUP fue el principal artífice de la investidura de Puigdemont en 2016 y los que obligaron a Artur Mas a dar un paso atrás, por lo que podrían tener, de nuevo, la última y definitiva palabra.

¿Cuál será el formato de la investidura?

En este punto radica la principal complicación para que Puigdemont sea investido. Le corresponderá a la Mesa del Parlament, dominada por el secesionismo, decidir de forma colegiada cómo será el formato de la sesión de investidura. Así, sólo ellos decidirán si dan el ok a una investidura no presencial en forma telemática o colegiada porque el informe de los letrados del Parlament, contrario a esta modalidad inédita hasta ahora, no es vinculante.

Eso sí, el bloque constitucionalista ya ha anunciado que recurrirá al Constitucional si el Parlament permite proclamar a distancia al presidente de Cataluña. Catalunya en Comú también se opone a una investidura no presencial.

ERC debe dar el paso definitivo en los próximos días, por tanto, y decir si respeta lo dicho por los letrados, tal y como anunció- decisión que los neoconvergentes verían como traición- o si da su visto bueno para tratar de investir a Puigdemont "en formato holograma", como lo define Ciudadanos.

Junts per Catalunya ha afirmado este miércoles que tiene "confianza plena" en que el Parlament permitirá este formato desconocido con un Puigdemont jurando el cargo a más de 1.000 kilómetros de distancia. Para ello tendrán que forzar e interpretar el reglamento.

¿Candidato independentista con un Govern técnico?

La opción del 'tapado' nunca es descartable y podría ser la salida del soberanismo si la opción de Puigdmont se complica, aún más, y la sombra de las nuevas elecciones se cierne en Cataluña, con la posible pérdida de la mayoría independentista para gobernar.

¿Gobierno técnico de perfil bajo con un liderazgo legitimista desde Bruselas? El exconseller Mas-Colell lanzó esta propuesta, en una entrevista en TV3, que podría estar más cerca de la línea "realista" por la que abogaría ERC. Incluso el expresident Artur Mas lanzó un claro mensaje a Puigdemont: "Primero el país, luego el partido y después la persona".

Habrá que ver hasta donde quiere forzar JxCat el mantra de "Puigdemont o la nada" y si, forzado por los plazos y por ERC, decide 'sacrificar' a su líder.

¿Regreso por sorpresa de Puigdemont?

Puigdemont dijo que volvería si el independentismo ganaba las elecciones y, aunque no las ganó, sí consiguió la mayoría parlamentaria suficiente de 70 diputados para reeditar un nuevo Govern de corte soberanista. Pero el expresident no volvió.

Entre las opciones que baraja, tal y como revela este miércoles El Periodico de Catalunya, está la de dar la sorpresa y volver a España para ser investido.

Un escenario que sólo podría darse si, tras ser detenido y muy probablemente enviado a la cárcel de forma preventiva, el juez permitiese su excarcelación para ser proclamado president. Suena épico pero poco probable.

Moncloa trabaja con la hipótesis de su vuelta y con todas, según ha confirmado a TVE.

¿Quién podrá votar en el pleno de investidura?

En el pleno de constitución del Parlament los independentistas han hecho valer una mayoría simple, ante la imposibilidad de alcanzar la mayoría absoluta obtenida en las urnas pero que no se puede trasladar al hemiciclo por la ausencia de ocho diputados: los tres encarcelados y los cinco huidos.

Finalmente la Mesa ha permitido votar de forma delegada (a través de un diputado presente) a los diputados presos, Oriol Junqueras, Joaquim Forn y Jordi Sánchez, en una decisión que no será recurrida por el Gobierno de España.

Se opondrán a un posible voto delegado de los cinco huidos, Puigdemont y los cuatro exconsellers que lo acompañan, en el pleno de investidura. Los 'exiliados' yan han anunciado su intención de solicitar a la nueva Mesa votar desde Bruselas.

¿Hasta cuándo estará en vigor el artículo 155?

El artículo 155 dejaría de estar en vigor de forma automática con la formación de un nuevo Govern pero el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya ha anunciado que se mantendrá si se produce una investidura de forma telemática porque considera que en esas condiciones no se puede formar un nuevo Govern.

Rajoy calificó como "absurda" y "disparata" la opción de proclamar un presidente a distancia y no validará al nuevo Govern hasta que no se produzca una toma de posesión "físicamente".

Los próximos días serán claves para la configuración del nuevo Gobierno independentista con unas negociaciones a tres bandas más que complicadas entre ERC, que aún no se ha recuperado del 'sorpasso' de JxCat; Puigdemont, que se juega su futuro político y personal en las próximas decisiones que tome; y la CUP, que amaga con reventar la reedición del pacto.