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Elecciones catalanas 2017

¿Sin noticias de Cataluña? El procès engulle la campaña

  • El independentismo devora la atención de los candidatos a costa del resto de temas
  • Temas como la turismofobia, la vivienda y el adoctrinamiento han caído en el olvido
  • RTVE.es sigue día a día qué proponen los partidos al margen del independentismo

Por
Xavier Domenech, en un acto de la campaña electoral del 21-D en Lleida
Catalunya en Comú-Podem hace bandera en la campaña del 21-D de recuperar la agenda social, a su juicio eclipsada por el independentismo.

Antes de que empezara oficialmente la campaña electoral en Cataluña, que ya alcanza la mitad de sus días, un hecho anticipó que los principales candidatos a presidir la Generalitat tenían la mayor parte de su atención centrada en el debate en torno a independencia sí o no, sus problemas y soluciones, lo que ellos mismos llamaban sin rodeos el ‘monotema’.

Sucedió cuando la cabeza de lista de Cs, Inés Arrimadas, y la número dos de ERC, Marta Rovira, no pasaron un test previo básico en un cara a cara televisivo sobre la tasa de paro en Cataluña, el número de refugiados que esta acoge, las mujeres que han muerto por violencia machista y los barracones en colegios catalanes.

Este olvido inexcusable en candidatas a formar gobierno en Cataluña lo citaron uno tras otro el resto de aspirantes varios días después, pero lo cierto es que en sus propios actos electorales, ruedas de prensa, entrevistas y actos sectoriales, que den desarrollo a estas u otras cuestiones es excepcional.

No es solo una cuestión catalana

Vaya por delante que no es este un problema exclusivo de la política catalana, ni siquiera del extraordinario contexto en el que se desarrollan estas elecciones, resultado de una crisis política sin precedentes en torno al consumado desafío independentista del Govern y sus socios. Sin ir más lejos, las últimas elecciones generales, las de junio de 2016, también pivotaron alrededor de las alternativas de gobierno, el voto útil, el voto 'anti', los 'sorpassos', los pactos y los vetos.

También se puede aducir que parte de responsabilidad recae en los medios de comunicación, que tendemos a subrayar todo lo que apunta a conflicto, a antagonismo dramático. Aunque, antes de matar al mensajero, hay que decir que es igualmente cierto que la polarización en torno al independentismo la marcan en primer lugar y sobre todo los partidos, y que el relato periodístico remarca, pero no enmienda, el relato político.

Es difícil ser detallista en la era de la política mediática, el tuit y la postverdad, y más en unos comicios donde no está claro quién es el candidato ‘real’ a presidente de la Generalitat en las formaciones que hasta ahora han ocupado el gobierno, pero cabía esperar algo más.

Mucho más argumentario que propuestas

En el día a día de la campaña del 21-D -como en casi todas- lo que ocurre es que los principales líderes se reservan los mensajes capitales, los más retóricos y grandilocuentes, los del argumentario, limitados a generalidades sobre unos cuantos temas seleccionados y repetidos, mientras que las medidas más aterrizadas, por ejemplo en infraestructuras y en sectores locales como agricultura, pesca, etc., se relegan a las alocuciones de alcaldes, líderes comarcales y otros 'teloneros' del cabeza de lista.

Hay excepciones. Inés Arrimadas se esforzó en enunciar en persona en Lleida, donde Ciudadanos pugna por un tercer diputado, un par de propuestas para el electorado de la provincia, como son impulsar el canal Segarra-Garrigues y defender en Europa los intereses de los payeses.

Hizo lo propio Miquel Iceta en Amposta para señalar dos demandas de Tarragona en materia de infraestructuras: el desdoblamiento de la C-12 y la finalización de la A-7. Y también Xavier Domènech, que prometió en las Tierras del Ebro un plan de reindustrialización y proteger los caudales ecológicos del río, la pesca y las granjas de atunes, intereses clave en dichas comarcas.

Fue también llamativo, por lo desacostumbrado, que Carles Puigdemont dedicara una de sus videoconferencias desde Bélgica a explicar el apartado tecnológico del programa electoral de JuntsxCat, proponiendo crear una conselleria de política digital y tecnológica para que Cataluña se convierta en “la primera república nativa digital".

Los programas se desgranan en las redes sociales

Para casi todo lo demás, son las redes sociales las que sirven como aliviadero para el cauce de propuestas políticas que de otra manera quedarían confinadas tan solo a los programas electorales, esos pdf que casi nadie busca, menos gente lee y no son noticia, a no ser que se maqueten como catálogo de almacén sueco.

Por ejemplo, Catalunya en Comú-Podem, que se propone romper la dinámica de bloques y tratar de seducir a los votantes hablando de los temas sociales que, a su juicio, han quedado sepultados por el independentismo, es una de las formaciones que más usa las redes para difundir sus medidas políticas, agrupadas bajo el 'leitmotiv' de las llaves.

Pero se echan a faltar otros muchos temas que habían destacado en la agenda política y mediática apenas unas semanas antes de que todo estallara a partir de las leyes de ruptura y el referéndum del 1-O.

Los grandes temas olvidados en el 21-D

¿Se acuerda alguien de la turismofobia y el aluvión de cruceristas en Barcelona? ¿De la multiplicación de los apartamentos turísticos y el desplazamiento de los vecinos de sus barrios tradicionales? En verano, los ciudadanos de Barcelona consideraban el excesivo turismo el principal problema de la ciudad, por encima del paro y la precariedad laboral.

Esta cuestión tenía otras consecuencias directas sobre otro tema de interés ciudadano, el precio de la vivienda. ¿Alguna propuesta reconocible dentro de los habituales mantras de campaña? Hay que hacer una búsqueda consciente y exhaustiva para encontrar algunas propuestas que, si bien es cierto que se pueden encontrar en los programas electorales de los partidos, apenas han salido de los labios de los principales líderes y que, por consiguiente, se han perdido para la mayoría de los votantes catalanes.

Mes y medio antes del 1-O, en Cataluña se vivió un doble atentado terrorista en Barcelona y Cambrils, el peor en territorio español desde el 11-M, y las propuestas de seguridad ciudadana han brillado por su ausencia, con unos Mossos d'Esquadra que solo han sido noticia por su presunta connivencia con la causa independentista y cuyos desafíos en este terreno no se han mencionado en lo que va de campaña ni para bien ni para mal.

El supuesto adoctrinamiento en las escuelas catalanas a favor del secesionismo fue otro tema polémico, que se trató en el Congreso de los Diputados, pero en campaña no pasa tampoco de ser un arma arrojadiza. Sin noticias de otros retos educativos en Cataluña, salvo la repetida mención de Ciudadanos y 'comunes' a los más de 1.000 barracones existentes en los colegios, también como un balance de gestión que criticar al cesado Govern en cuanto a la prestación de los servicios sociales básicos.

RTVE.es recopila los principales temas del 21-D

Así con tantos otros problemas cuyas soluciones recaen en el gobierno autonómico que se elija en las urnas dentro de unos días. Para verificar hasta dónde llegan las presencias y ausencias de otros problemas políticos en Cataluña más allá del procès, RTVE.es está haciendo un seguimiento amplio de los temas tratados en las diferentes caravanas electorales en sus principales actos. El resultado puede verse aquí, actualizado diariamente, y con una presentación aproximada de la importancia relativa de cada uno.

Nube de tags de los temas políticos mencionados por los candidatos al 21-D

Nube de tags de los temas políticos mencionados por los candidatos al 21-D RTVE.es

Los expertos en procesos electorales ya habían advertido de que en las elecciones en las que prima la polarización, quien se queda en los márgenes de la confrontación corre el riesgo de perder la carrera, y esta del 21-D es de las más apretadas de los últimos tiempos.

Pero los partidos aún tienen tiempo de demostrar que pueden superar el asumido 'monotema' del proceso independentista, so pena de que sus potenciales votantes, a la vista del interés puesto en plasmar propuestas, terminen por llevarse una decepción.