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Competencia critica el coste de la interrumpibilidad eléctrica dado su escaso uso

  • Los grandes consumidores son compensados por si les cortan la luz
  • La CNMC cree que no hace falta subastar tanta potencia interrumpible

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Torres de distribución de electricidad
Torres de distribución de electricidad.

La Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) cree que el coste de la interrumpibilidad, compensación que se paga a grandes consumidores de electricidad por la posibilidad de desconexión en caso de emergencia, es muy elevado para su escaso uso y pide que se justifique su necesidad.

De estos pagos se benefician grandes industrias como Arcelor y Alcoa. La factura por la interrumpibilidad ha supuesto en los últimos tres años más de 1.500 millones de euros (508 millones en 2015, 503 en 2016 y 525 este año) que se abonan en el recibo de la luz.

Así se recoge en su informe (en pdf) sobre la propuesta de Orden del Ministerio de Energía que modifica la interrumpibilidad de la demanda eléctrica y los pagos por capacidad -compensaciones a centrales por estar preparadas para entrar en funcionamiento ante necesidades adicionales de electricidad-.

En la actualidad, recuerda la CNMC, la Comisión Europea está investigando a varios países, entre ellos España, por los sistemas de pagos por capacidad (los que se realizan a centrales que están paradas y solo producen energía en caso de emergencia) al considerar que podrían incurrir en ayudas de Estado no autorizadas.

La reforma de la interrumpibilidad se encuentra dentro de la batería de medidas en las que trabaja el Ministerio de Energía para rebajar la factura eléctrica.

En su informe, el supervisor afirma que la revisión propuesta por Energía debería haberse abordado con la suficiente antelación para que la próxima subasta de interrumpibilidad hubiera cubierto todo el año en lugar de los cinco meses que ha establecido la cartera de Álvaro Nadal en una disposición adicional.

Demasiada potencia para el poco uso

Por otra parte, considera que Red Eléctrica, el operador del sistema, debería justificar que realmente es necesario subastar una cantidad tan elevada de potencia interrumpible. En su opinión, el coste actual de la interrumpibilidad es muy elevado para el reducido uso efectivo que se ha hecho de este mecanismo en los últimos años.

Así sugiere que el operador del sistema desarrolle una metodología de necesidades de cobertura, es decir que haga una evaluación de las necesidades reales, en lugar de introducir la consideración del volumen de interrumpibilidad como un dato de partida en el análisis.

La CNMC critica que la complejidad del sistema de subastas en las que se fijan los pagos por interrumpibilidad ha hecho que éstas se prolonguen hasta cinco días y su coste es el triple que el de las ordinarias, organizarlas cuesta entre 504.000 y 660.00 euros, frente a los 75.000 y 205.000 euros de otras subastas de luz y gas.

Además, reitera que las subastas del producto de 90 megavatios (MW) son susceptibles de plantear problemas de competencia, como consecuencia del escaso número de empresas que pujan en ellas. Aconseja simplificar el diseño de las subastas y aumentar la presión competitiva desagregando el producto o permitiendo acumular las ofertas en los bloques de 5 megavatios (MW).

Por otra parte, el organismo supervisor expresa su disconformidad con el modo de proceder de la Secretaría de Estado de Energía por haber publicado el calendario y las características de la próxima subasta de interrumpibilidad antes de que enviara su informe.