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El FMI mejora sus previsiones para Europa, pero alerta ante riesgos a medio plazo como el Brexit

  • Calcula que la UE crecerá un 2,4% este año, frente al 1,9% que preveía en abril
  • El crecimiento económico de los países emergentes europeos será más robusto
  • Los riesgos a medio plazo amenazan la sostenibilidad de la recuperación
  • El Brexit se perfila como uno de los riesgos más importantes

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Logo del FMI en la entrada de su sede central en Washington
El Fondo Monetario Internacional eleva al 2,4% su previsión de crecimiento para la UE en 2017.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha mejorado cinco décimas su pronóstico de crecimiento económico para la Unión Europea en 2017, hasta situarla en un 2,4%, frente al 1,9% que estimaba el pasado abril, y ha revisado también dos décimas al alza su previsión para 2018, hasta dejarla en 2,1%. Al mismo tiempo, ha mantenido sin cambios la expansión del 1,9% estimada para 2019.

De igual forma, el organismo presidido por Christine Lagarde ha revisado al alza sus proyecciones de crecimiento para la eurozona hasta situarlas en el mismo ritmo de expansión para el ejercicio actual y los próximos dos años. Así, prevé que crecerá al 2,1% este año, al 1,9% en 2018 y al 1,7% en 2019.

La recuperación europea se extiende y fortalece

En un informe que analiza la economía de 40 países europeos, incluidos Turquía y Rusia, el FMI afirma que los emergentes crecerán de forma más "robusta", ya que el FMI apunta que el Producto Interior Bruto (PIB) de estas regiones crecerá un 3,1% en 2017, un 2,6% en 2018 y un 2,5% en 2019.

La recuperación económica de Europa se está fortaleciendo y extendiendo de una manera "apreciable", razón por la que -según ha subrayado el organismo internacional- ha decidido realizar "grandes revisiones al alza".

"La recuperación europea se está extendiendo al resto del mundo, contribuyendo significativamente al crecimiento global. En algunas economías avanzadas y en muchas economías emergentes, las tasas de desempleo han vuelto a niveles previos a la crisis", señala el documento.

Riesgos para el crecimiento europeo a medio y largo plazo

Entre los riesgos a los que se enfrentan las economías europeas, el FMI señala que en muchas partes de Europa, el crecimiento salarial es "lento" a pesar del descenso del desempleo.

Además, aunque considera que los riesgos parecen más equilibrados en el corto plazo, a medio plazo se inclinan todavía a la baja. Así, advierte de que la sostenibilidad del rebote económico sigue estando en cuestión.

"A largo plazo, las tendencias demográficas adversas y la baja productividad probablemente frenen el crecimiento. Las perspectivas también están sujetas a varios riesgos importantes a nivel interno y externo", señala el FMI.

Por ello, considera que los responsables políticos deberían aprovechar las favorables condiciones actuales para reconstruir las reservas fiscales y mejorar la capacidad de la economía para crecer y absorber las crisis.

Un Brexit "duro" provocará un crecimiento "apreciablemente" más bajo

En ese punto, el Brexit y cómo se produzca finalmente esa salida de Reino Unido de la UE es uno de los riesgos más importantes para ese país y al bloque, según ha destacado el subdirector del departamento para Europa del FMI, Joerg Decressin, a la Agencia Reuters.

Decressin ha explicado que el FMI trabaja con la perspectiva de que se logre un acuerdo y que haya un período de transición, por lo que sus economistas no han realizado previsiones para un escenario en el que no haya acuerdo. Sin embargo, si se produce finalmente un Brexit duro, el impacto será muy perjudicial.

"En esas circunstancias, nos preocupa el daño que sufrirá la economía, especialmente en Reino Unido, pero también en la zona euro", ha advertido el directivo del Fondo. "En ese caso, nos encontraríamos posiblemente con un crecimiento apreciablemente más bajo de lo que proyectamos ahora", ha concluido Decressin.

Aviso a países con mucha deuda, como España

En cuanto a las medidas que pueden poner en práctica los Gobiernos para prepararse ante esas incretidumbres, el FMI cree que la reducción de los déficts públicos es una de las principales tareas en las que se deben centrar muchas economías.

También advierte a aquellos gobiernos con elevada deuda de la particular gravedad de este punto, dado el previsible escenario futuro de tipos de interés más altos. Aquí sitúa a varias economías avanzadas como España, Bélgica, Francia, Italia, Portugal o Reino Unido, las cuales tiene unas elevadas tasas de deuda pública y espacios fiscales muy limitados.

Respecto a los países con posiciones fiscales más fuertes, aconseja que usen el espacio fiscal disponible para elevar el potencial de crecimiento y apoyar las reformas estructurales. Asimismo, aboga por que las políticas estructurales "revitalicen" la convergencia, un aspecto que -alerta el Fondo- se ha desacelerado después de la crisis.

En concreto, el FMI recomienda a las economías avanzadas que aceleren las reformas estructurales que aumenten la productividad, incrementen la competencia en los mercados de productos y mejoren los mercados laborales. También considera que debe considerarse prioritaria la inversión en educación y formación.

Continuar la limpieza de balances de los bancos

En cuanto a los "legados de la crisis" -una fórmula con la que se refiere a la situación en países que arrastran secuelas de la recesión-, considera necesario que prioricen la limpieza de los balances de sus bancos más débiles.

A este respecto, el FMI apunta que en la Europa avanzada, los préstamos dudosos o con incumplimientos (NPL, por sus siglas en inglés) se han reducido en aproximadamente 160.000 millones de euros desde su máximo en 2014. No obstante, advierte de que el total aún sigue siendo alto, situándose justo por debajo de 1 billón de euros.

España e Irlanda acumulan gran parte de la reducción de este tipo de préstamos, mientras que el reciente aumento de las ventas de NPL en Italia resulta "alentador".

Paralelamente, cree necesario actuar sobre los bancos que todavía se presentan como "problemáticos" y aplicar estrictamente las reglas fiscales comunes.

Asimismo, señala que las reformas deben centrarse en políticas de competencia fuertes, menores barreras comerciales y políticas fiscales redistributivas que amplíen las oportunidades de la población.

Sostiene, además, que los funcionarios públicos deben ser seleccionados y promocionados en su puesto de trabajo por mérito propio, y asevera que se garantice la libertad de información y la transparencia sobre el desempeño de los gobiernos, el uso de los recursos públicos o los intereses financieros.