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La crisis política le costará a Cataluña un 0,7 % de su PIB y hasta un 2,7 % si se prolonga en 2018

  • La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal ha estimado su impacto
  • La caída suma la incertidumbre en España y la pérdida de confianza en Cataluña
  • Cree "factible" que la región cumpla su objetivo de déficit si se ataja ya la crisis
  • Pero la prolongación de la inestabilidad causaría "impactos negativos crecientes"

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Concentración independentista durante la Díada en Barcelona
Concentración independentista durante la Díada en Barcelona.

Cataluña perderá un 0,7 % de su actividad económica a causa de la crisis institucional y política abierta por el desafío soberanista, aunque la caída del producto interior bruto (PIB) de la región podría alcanzar el 2,7% si la situación de inestabilidad se prolonga a lo largo de 2018, poniendo también en riesgo el cumplimiento del objetivo de déficit autonómico.

Así se desprende del Informe sobre las líneas fundamentales de los Presupuestos para 2018 de Cataluña, difundido este viernes por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que avisa de "la existencia de riesgos a la baja para las previsiones de crecimiento en el corto plazo, derivados de una intensificación y una prolongación en el tiempo de la situación de inestabilidad".

El documento achaca el impacto total de la crisis catalana a dos aspectos complementarios, que se superponen y se combinan: "Un aumento de la incertidumbre que afecta al conjunto de España y una pérdida de confianza idiosincrática sobre la economía catalana", que reducirán el crecimiento del PIB de la región, que para 2018 se estima en el 2,7 %.

Daños relativos en el escenario más favorable

Así, la AIReF dibuja un escenario central que presupone que la crisis se resolverá "a corto plazo", en el que el impacto sobre el conjunto de la economía española sería de cuatro décimas menos de crecimiento, mientras que las menores expectativas sobre la evolución de la economía catalana recortarían la producción otras tres décimas; en total, un 0,7 % menos de crecimiento.

En este escenario, la autoridad fiscal considera "factible que la Comunidad Autónoma de Cataluña cumpla en 2018 el objetivo de estabilidad presupuestaria", fijado en un déficit máximo del 0,3 %, puesto que "el cierre de 2017 [cuyo límite de déficit está fijado en el 0,6 %] situará a la comunidad en un buen punto de partida, que, de confirmarse, exigiría un ajuste en 2018 en torno a dos décimas del PIB".

El informe remarca que este ajuste "se considera factible, dadas las previsiones remitidas por la comunidad y la evolución estimada por la AIReF de ingresos y gastos". Por lo tanto, aunque la AIReF no marca plazos concretos, si señala que "los últimos acontecimientos apuntan al comenzo de una normalización progresiva", en alusión a que la convocatoria de elecciones autonómicas el próximo 21 de diciembre permitiría un retorno a la normalidad y a una salida sin daños graves para Cataluña de la crisis institucional.

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Una caída aguda si la crisis se prolonga

Sin embargo, si la crisis se prolonga en el tiempo la caída de la economía catalana será más aguda, si bien la AIReF admite que "la realización de previsiones macroeconómicas en un entorno de inestabilidad política como el actual resulta particularmente compleja".

En cualquier caso, su peor escenario estima que la economía del conjunto de España retrocedería un 1,2 %, lo que en Cataluña se combinaría con retroceso adicional por el "deterioro de las expectativas sobre la evolución económica" de la región del 1,5 %. En total, la caída de la producción catalana sería del 2,7 %, lo que dejaría a la región estancada, con un crecimiento real próximo a cero.

En este escenario, además, considera "muy improbable el cumplimiento del objetivo de déficit", lo que ahondaría en las dificultades de financiación para Cataluña, cuya deuda tiene actualmente la calificación de bono basura en las principales agencias de rating, por lo que es el Estado central quien sostiene sus cuentas a través del Fondo de Liquidez Autonómica.

Consecuencias negativas para toda España

El informe publicado este viernes completa las estimaciones que la AIReF ya trasladó sobre la crisis de Cataluña a mediados del mes de octubre, cuando todavía el Parlament no había declarado unilateralmente la independencia ni el Gobierno había puesto en marcha la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española, que ha desembocado en la convocatoria electoral del 21-D.

Entonces, la autoridad fiscal calculaba que, en el peor escenario, la incertidumbre asociada a la crisis en Cataluña podría reducir al 1,5% el crecimiento económico de España el año que viene, ocho décimas menos que el 2,3% marcado por el Gobierno en su Plan Presupuestario para 2018. La AIReF ya señalaba que la evalución final del impacto dependería, en gran medida, de si la situación de inestabilidad se resolvía en poco tiempo o se prolongaba, y estimaba que cada punto porcentual de caída de la actividad económica en Cataluña mermaría 0,2 puntos porcentuales el crecimiento de España.

El Banco de España, por su parte, también ha advertido de que, si la crisis política de Cataluña se agrava y profundiza, "podría tener un impacto negativo sobre las perspectivas económicas y la estabilidad financiera en España" y calcula que, en los próximos dos años, el crecimiento de la economía podría reducirse "cerca del 60%" respecto al que podría haberse registrado sin "los recientes episodios políticos en Cataluña".