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El doble efecto de los volcanes: bajan las temperaturas globales pero aceleran el deshielo

  • Erupciones de hace 12.000 años afectaron al hielo del norte de Europa
  • Las cenizas depositadas sobre el hielo hacían que este absorbiera más calor

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Un volcán en erupción arroja al cielo una nube de cenizas.
Las cenizas volcánicas oscurecen el hielo y provocan que absorba más calor del sol.

Desde hace tiempo se sabe que las erupciones volcánicas enfrían el clima de la Tierra, pero un nuevo estudio realizado por investigadores de instituciones de Canadá, Estados Unidos, Reino Unido y Suecia señala que también pueden acelerar el derretimiento de las capas de hielo.

Para llevar a cabo el estudio, publicado en la revista Nature Communications, los científicos analizaron núcleos de hielo y depósitos de agua de deshielo y descubrieron que las erupciones antiguas causaron el derretimiento inmediato y significativo de la capa de hielo que cubría gran parte del norte de Europa al final de la última edad de hielo, hace entre 12.000 y 13.000 años.

"Durante un período de 1.000 años, descubrimos que las erupciones volcánicas generalmente corresponden a una fusión de las capas de hielo en aproximadamente un año", asegura Francesco Muschitiello, autor principal del estudio e investigador postdoctoral en el Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia (Estados Unidos).

Se trata de volcanes que no erupcionaban sobre o cerca de la capa de hielo, sino que se hallaban a miles de kilómetros de distancia en algunos casos. Las erupciones arrojaron al cielo enormes nubes de ceniza, y cuando ésta cayó sobre la capa de hielo, su color más oscuro hizo que el hielo absorbiera más calor solar de lo habitual.

"Sabemos que el hielo más oscuro reduce la reflectancia y se derrite más rápido. Es ciencia básica", indica Muschitiello, quien añade: "Pero hasta ahora nadie ha podido demostrar este vínculo directo entre el vulcanismo y el derretimiento del hielo cuando se trata de climas antiguos".

El testimonio de las varvas glaciales

Este descubrimiento se basa en secciones transversales de depósitos, llamadas varvas glaciales, la mayoría de las cuales se recogieron en los años 80 y 90 del siglo pasado. Se trata de sedimentos estratificados que se forman cuando el agua de fusión debajo de una capa de hielo envía grandes cantidades de detritos hacia lagos cercanos.

Al igual que los anillos de un árbol, las capas de una varva glacial cuentan la historia de las condiciones de cada año. Así, una capa más gruesa indica más derretimiento, ya que habría habido un mayor volumen de agua para transportar el sedimento.

Los investigadores también compararon las varvas con núcleos de la capa de hielo de Groenlandia, que contienen un registro de antiguas condiciones atmosféricas. Las pruebas de esas capas de sulfatos revelan qué años experimentaron explosivas erupciones volcánicas, que tienden a liberar grandes cantidades de cenizas.

Al comparar las capas de hielo con las varvas de los mismos periodos de tiempo, descubrieron que los años con actividad volcánica explosiva correspondían a capas de varvas más gruesas, lo que indica un mayor deshielo en el norte de Europa.

Muschitiello y sus colegas estudiaron un período que va de 13.200 a 12.000 años atrás, cuando la última edad de hielo estaba en transición al clima cálido de la actualidad. Se centraron específicamente en las erupciones volcánicas en las latitudes altas del norte, episodios similares a las erupciones del volcán Eyjafjallajökull (Islandia) en 2010. Aunque ésta fue relativamente menor, su gran nube de cenizas cerró el tráfico aéreo en la mayor parte de Europa durante aproximadamente una semana.

Puede eliminar hasta un metro de hielo

Tras realizar miles de simulaciones de modelos, los investigadores hallaron que la cantidad de deshielo depende de cada erupción volcánica, en qué temporada ocurre, las condiciones de la capa de nieve en ese momento y la elevación del nivel del hielo. "Cambiando cualquiera de estos factores se obtiene diferentes cantidades de derretimiento", apunta James Lea, de la Universidad de Liverpool (Reino Unido).

En el peor de los escenarios,  la deposición de ceniza elimina entre 20 centímetros y un metro de hielo de la superficie de las partes más altas de la capa de hielo.

Estos resultados sugieren que "las actuales capas de hielo son potencialmente muy vulnerables a las erupciones volcánicas", según Muschitiello, quien recalca que el estudio ofrece "pistas sobre los mecanismos en juego cuando se espera un cambio climático rápido".