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Seúl y Washington coinciden en endurecer las sanciones contra Corea del Norte

  • Los presidentes de EE.UU. y Corea del Sur han abordado el desafío por teléfono
  • Advierten de si Corea del Norte continúa sus provocaciones, quedará más aislada
  • La ONU debatirá el próximo jueves las opciones con Corea del Norte

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Ciudadanos norcoreanos observan el misil lanzado por Pyongyang en la televisión
Ciudadanos norcoreanos observan el misil lanzado por Pyongyang en la televisión.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el mandatario de Corea del Sur, Moon Jae-in, han mantenido una conversación telefónica este domingo para debatir las opciones para parar el programa balístico y nuclear de Corea del Norte.

Según informa la agencia de noticias surcoreana Yonhap News, ambos mandatarios han acordado implementar nuevas sanciones más firmes en la ONU, que se reúne el próximo jueves para estudiar las opciones.

Los dos líderes han instado a Pyongyang a que se abstenga de más provocaciones y le han advertido de que solo desembocará en mayor aislamiento y "un eventual colapso del país", según el portavoz presidencial surcoreano, Cheong Wa Dae.

Wa Dae ha anunciado que "los dos líderes han acordado fortalecer la cooperación cercana entre Corea del Sur y Estados Unidos y poner más presión práctica" en el país con el objetivo de hacer que Pyongyang "se dé cuenta de que solo estará más aislada y que se enfrenta a más presión económica si continúa provocando".

El régimen de Kim Jong-un desafió a la comunidad internacional el pasado viernes al detonar el, hasta ahora,  misil de alcance intermedio que más lejos ha llegado. El proyectil recorrió una distancia de 3.700 kilómetros, sobrevoló Japón por segunda vez en tres semanas, y aterrizó en aguas del Pacífico, a 2.000 kilómetros de la isla japonesa de Hokkaido.

El líder norcoreano respondía así a las nuevas sanciones impuestas por la ONU que buscan "asfixiar" económicamente al país al limitar la venta y compra de crudo y otros productos. Horas después del lanzamiento, Kim Jong-un aseguraba querer "equipararse" al programa militar de Estados Unidos.