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Israel derriba la vivienda del palestino que mató a tres personas en julio

  • 27 palestinos han resultado heridos en las protesta contra la demolición
  • La ONU y organizaciones no gubernamentales han condenado esta práctica israelí

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Kobar, Cisjordania: imagen de la vivienda de la familia del palestino que mató a tres personas en una colonia israelí, derribada por Israel
Kobar, Cisjordania: imagen de la vivienda de la familia del palestino que mató a tres personas en una colonia israelí, derribada por Israel

Fuerzas israelíes han demolido este miércoles la vivienda de la familia de Omar Al Abed, el palestino que asesinó a tres israelíes e hirió a otro el pasado julio en una colonia judía en el norte de Cisjordania. El atentado ocurrió durante la ola de violencia desatada por la instalación por Israel de medidas de seguridad adicionales en la Explanada de las Mezquitas en respuesta a un ataque palestino, y que finalmente retiró.

La demolición ha tenido lugar durante la noche en la localidad palestina de Kober, al norte de Ramala, según ha confirmado a Efe una portavoz militar. La población de la localidad se ha enfrentado a los soldados israelíes, que han respondido con disparos de balas recubiertas de goma y material antidisturbios. Al menos 27 personas han resultado heridas, según un comunicado el servicio de emergencias palestino Media Luna Roja.

Entre los heridos se encuentra el cámara de la televisión nacional palestina Mohamad Radi, que ha recibido un balazo en la cabeza.

El pasado 21 de julio, en plena escalada de tensión en Jerusalén por la Explanda de las Mezquitas, Al Abed se infiltró en la colonia judía de Neve Tsuf (también conocido como Halamish). El palestino de 19 años mató a puñaladas al tres miembros de la familia, de 70, 46 y 36 años, e hirió a la abuela, de 68.

Abed fue herido y detenido. Más tarde, el Ejército detuvo a varios miembros de su familia, entre ellos su hermano y su padre, acusados de conocer las intenciones de Al Abed y no impedir los asesinatos.

Tras comenzar la oleada de ataques palestinos en octubre de 2015, el Gobierno israelí aprobó una orden para derribar a la mayor brevedad la casa familiar de los atacantes como castigo disuasorio. Organizaciones no gubernamentales de derechos humanos, como la israelí B'Tselem, así como Naciones Unidas, consideran que las demoliciones son un castigo colectivo que viola los derechos humanos y la legislación internacional.

En este caso, además, B'Tselem ha documentado el "castigo" de Israel a todos los habitantes de la aldea de Kobar, a los que ha impuesto restricciones de movimiento y donde ha realizado numerosos registros en los últimos días.