Enlaces accesibilidad
Elecciones en Reino Unido

Análisis | La cruz de May y la cara de Corbyn: Reino Unido se sume en la incertidumbre

Por
Imagen de Jeremy Corbyn y Theresa May, tras las elecciones en Reino Unido
Imagen de Jeremy Corbyn y Theresa May, tras las elecciones en Reino Unido

La primera consecuencia de las elecciones en Reino Unido de este jueves es más incertidumbre. Justamente lo contrario de lo que pretendía la primera ministra, Theresa May, cuando adelantó los comicios, previstos para 2020.

May, que llegó al cargo en sustitución del dimitido David Cameron, convocó las elecciones como una apuesta personal para afianzar su liderazgo, en el Gobierno y en su partido, y obtener un respaldo para las negociaciones de un Brexit duro con Bruselas.

Nada de esto ha pasado. Ha perdido la mayoría absoluta y el Gobierno que consiga formar, con el apoyo de los unionistas del Ulster, será un Ejecutivo débil, tanto en el interior como frente a la UE, y que, según los analistas consultados por RTVE.es, tiene difícil acabar la legislatura.

"Guerra" en el partido Conservador

El Partido Conservador no acierta últimamente al interpretar la voluntad del electorado británico. David Cameron apostó con la convocatoria del referéndum sobre el Brexit, en el que defendía la permanencia, y perdió; Theresa May ha apostado, y ha perdido.

El diputado conservador Nigel Evans lo ha explicado así a la BBC: "No nos hemos pegado un tiro en el pie, nos lo hemos pegado en la cabeza".

La responsabilidad en este caso es exclusiva de May, que ha protagonizado una campaña personalista y casi "presidencialista", en palabras del periodista británico residente en España Frank Smith.

Ha llevado una campaña horrible, como una extraterrestre, sin hablar con la gente y cometiendo errores de párvulos

"Ha llevado una campaña horrible, como una extraterrestre, sin hablar con la gente y cometiendo errores de párvulos", considera Smith en declaraciones a TVE.

El escritor David Mathieson, asesor del ministro de Exteriores Robin Cook en el gobierno de Tony Blair, achaca el fracaso de la primera ministra a un "programa electoral confuso", y no descarta que los recientes atentados terroristas hayan influido.

"Con los atentados de Manchester y Londres la Policía ha recordado lo que dijo hace años, que sin los recursos necesarios no se podía hacer un seguimiento de todos los sospechosos que tenían en la lista", ha subrayado Mathieson en RNE. Como ministra de Interior entre 2010 y 2016, May fue la responsable de aplicar esos recortes.

Mathieson cree que el Partido Conservador "está patas arriba" y prevé que se abra una "guerra interna" por el liderazgo, que pueden disputar el ministro de Exteriores y ex alcalde de Londres, Boris Johnson, o la ministra de Interior, Amber Rudd. "May no puede sobrevivir un mes más", vaticina.

May sostenía a las distintas familias del partido, fue candidata de consenso y mantenía una imagen de dureza y fortaleza

"May sostenía a las distintas familias del partido, ya que fue candidata de consenso y mantenía una imagen de dureza y fortaleza", explica el corresponsal de RNE en Londres, Jordi Barcia. Según Barcia, la primera ministra "representaba a unos tories más a la derecha, en la línea de Margaret Thatcher, pero ahora puede haber un giro ideológico".

May al menos puede consolarse con los resultados en Escocia: allí los conservadores, que estaban al borde de la extinción política, han pasado de uno a 13 escaños a costa de los nacionalistas del SNP, y entierran la campaña de Nicola Sturgeon para un segundo referéndum de independencia.

Dulce derrota de Corbyn

La otra cara de la moneda: a pesar de haber perdido, Corbyn, que tuvo que superar dos primarias para vencer la resistencia del aparato de su propio partido y de los seguidores de la Tercera Vía de Tony Blair, sale reforzado.

En 2009, el último primer ministro laborista, Gordon Brown, llevó al partido a una terrible derrota con el 29% de los votos y la pérdida de 91 escaños, hasta quedarse en 258. En 2015, con Ed Miliband, perdieron aún más y se quedaron con 232 diputados, además de ceder terreno al nacionalismo en Escocia. Ahora, contra todo pronóstico y con el programa más a la izquierda en décadas, Corbyn consigue 261 escaños y supera la barrera del 40%.

"Es una victoria moral importantísima - considera Jordi Barcia - ha destruido a May y al Partido Conservador tal y como lo conocíamos (...) El laborista va a ser un partido netamente de izquierdas".

Ignacio Molina, investigador del Real Instituto Elcano, cree que Corbyn ha sabido leer el verdadero significado del referéndum del Brexit.

Identificó que había un enfado, pero en lugar de centrarse en Europa, ha ido a las razones de ese enfado

"Identificó que había un enfado, pero en lugar de centrarse en Europa, ha ido a las razones de ese enfado: la incertidumbre de la clase trabajadora en un mundo postindustrial, la preocupación por la sanidad, por los servicios públicos, por la educación, por los jóvenes".

"No hay que descartar que la legislatura dure menos de cinco años - advierte Molina - y Corbyn puede ser un buen cartel electoral".

Frank Smith resume las causas del "éxito" de Corbyn: "Tenía el voto de los socialistas de a pie; se ha divertido con la campaña; ha conectado con los jóvenes y ha dado esperanza, tras siete años de austeridad, de que hay otra manera de hacer las cosas. Se ha asegurado el futuro, su propia gente ya no le puede cuestionar".

Se ha asegurado el futuro, su propia gente ya no le puede cuestionar

La clave del voto más joven

Precisamente ese voto joven al que se refieren los analistas consultados ha contribuido enormemente al renacer de los laboristas.

Según una encuesta a pie de urna de NME, un semanario dirigido al público joven y cuyos contenidos suelen versar sobre música, muestra que el número de votantes entre los 18 y los 24 años ha aumentado en 12 puntos respecto a las elecciones de 2015. Un 36% ha votado por primera vez y la mayoría (un 60%) ha votado laborista.

Para David Mathison, se ha abierto una brecha generacional. "Los jóvenes británicos han acudido a las urnas para votar masivamente. Hay una línea divisoria muy importante entre los jóvenes que no tienen las mismas oportunidades que sus padres y abuelos, y han votado por el partido laborista sacándole de la muerte, diciendo a la clase política británica 'aquí estamos y estas son nuestras necesidades'".