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Elecciones en Reino Unido

May apunta a Escocia en las elecciones para frenar un segundo referéndum de independencia

  • La primera ministra busca reducir el dominio nacionalista en los comicios de junio
  • Los sondeos vaticinan una subida de los tories y una caída del SNP en Escocia
  • Sin embargo, los nacionalistas seguirían siendo la principal fuerza en la región
  • Nicola Sturgeon, ministra principal escocesa, cree que eso legitima otro plebiscito

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La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, tiene dificil reeditar el histórico resultado obtenido en 2015.
La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, tiene dificil reeditar el histórico resultado obtenido en 2015.

Las elecciones generales anticipadas de Reino Unido, que Theresa May convocó de forma inesperada con el objetivo apenas disimulado de reforzar su mayoría parlamentaria aprovechando la debilidad de los laboristas, abre una segunda ventana de oportunidad para los fines de la primera ministra británica en Escocia, donde el repunte que las encuestas otorgan a los conservadores puede servirle de argumento para frenar un nuevo referéndum de independencia.

Desde la victoria del Brexit, esa segunda consulta se ha convertido en la principal reivindicación de los nacionalistas escoceses, que dominan ampliamente el Parlamento regional de Holyrood con 63 de los 129 escaños y que en las últimas elecciones legislativas de 2015.

De hecho, el Parlamento escocés ya ha solicitado formalmente al Gobierno británico que permita celebrar otro referéndum de independencia, aunque May se ha negado con el argumento de que "ahora no es el momento". Y ahora apunta a reconquistar terreno en una región convertida en un feudo casi exclusivamente nacionalista para esquivar definitivamente esa amenaza de una ruptura del Reino Unido.

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Retroceso nacionalista y subida de los tories

Así, aunque May parece perder terreno a nivel nacional en las encuestas, en Escocia las perspectivas son buenas y apuntan a mejorar el resultado de 2015, algo que la premier podría aprovechar para deslegitimar un segundo referéndum de independencia.

El último sondeo sobre los resultados de las elecciones del 8 de junio en Escocia, elaborado por el instituto SurveyMonkey y publicado el pasado domingo en el Scottish Sun on Sunday, da a los tories una intención de voto del 29 %, que se traduciría en 12 diputados, una significativa subida si se tiene en cuenta que en 2015 solo obtuvieron uno.

El Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés), por el contrario, caería por primera vez desde 2014 por debajo del 40 % de los votos: la encuesta le concede un 39 % y perdería 14 escaños, para quedarse en 42 diputados. Un último sondeo publicado por The Times y elaborado por YouGov es más favorable a los escoceses y aunque también perderían, el retroceso sería de seis escaños.

En cuanto a los laboristas, que tradicionalmente tenían su principal caladero de votos en Escocia, el sondeo del SurveyMonkey les da un 25 % de intención de voto que apenas serviría para subir de uno a dos diputados escoceses. Los liberalesdemócratas, en cambio, con solo el 4 % de los votos podrían pasar de uno a tres escaños, gracias al sistema electoral que otorga un único diputado, el más votado, por circunscripción.

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Un poderoso argumento para May

Para los nacionalistas, por difícil que fuera repetir los espectaculares resultados de dos años antes, parece claro que se avecina un retroceso.

El diario The Guardian deslizaba recientemente en un editorial algunas de las causas de ese previsible retroceso del nacionalismo escocés y, en concreto, señalaba que un tercio de los votantes del SNP había respaldado el Brexit y que un porcentaje aún mayor aparecía dispuesto a apoyar a un partido favorable a abandonar la Unión Europea, frente al europeísmo del SNP.

De esta forma, si los resultados refrendan las encuestas, May tendría un poderoso argumento para rechazar la petición de un segundo referéndum de independencia en la significativa caída del SNP y en la subida de los tories en un territorio tradicionalmente hostil, con su carismática líder, Ruth Davidson, a la cabeza.

El Parlamento de Escocia ha aprobado este martes una moción que otorga al Gobierno autónomo el mandato de negociar con Londres la convocatoria de un nuevo referéndum sobre su independencia del Reino Unido. Por 69 votos a favor y 59 en contra, la cámara de Holyrood (Edimburgo) ha respaldado la propuesta de la ministra principal, la nacionalista Nicola Sturgeon, para promover un plebiscito entre otoño de 2018 y la primavera de 2019.

El SNP insiste en que seguirá siendo la primera fuerza

Pese a todo, desde el bando nacionalista se argumenta que seguirán siendo la fuerza dominante en Escocia. "Quizás estoy anticuada. Pero el partido que consigue más votos y más escaños que el resto gana las elecciones. Eso es la democracia", argumentaba este mismo martes la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, al presentar su programa electoral en la ciudad de Perth.

Si el SNP gana una mayoría de escaños escoceses en estas elecciones, eso reforzará más ese mandato

En ese acto volvió a reclamar un referéndum de independencia que se celebre "no ahora, sino cuando se conozcan los términos del Brexit y remarcó que "si el SNP gana una mayoría de escaños escoceses en estas elecciones, eso reforzará más ese mandato" para convocar el nuevo plebiscito.

En cualquier caso, los escoceses no parecen haber modificado sus posiciones respecto al anterior referéndum, celebrado en 2014, en el que el 55,3 % del electorado votó por continuar en el Reino Unido, mientras que un 44,7 % respaldó la separación. A día de hoy, según YouGov, un 55 % respalda seguir siendo británicos, mientras que el 45 % quiere separarse.