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Estados Unidos y Rusia escenifican su desconfianza durante la visita de Tillerson a Moscú

  • El secretario de Estado estadounidense se ha visto con su homólogo y con Putin
  • "Las dos principales potencias nucleares no pueden tener estas relaciones", dice
  • Putin asegura que las relaciones se han "deteriorado" desde la llegada de Trump
  • El presidente de EE.UU. confirma que pueden estar en "su punto más bajo"

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Rusia y Estados Unidos constatan sus desencuentros

Rusia y Estados Unidos han escenificado su desconfianza durante la visita que ha llevado hasta Moscú al secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, que se ha reunido con su homólogo, Serguéi Lavrov, y con el presidente ruso, Vladímir Putin, con el conflicto en Siria y la crisis de Ucrania como principales asuntos de discordia. Al final de la jornada, tanto Tillerson como Lavrov han tratado de mostrar un cierto acercamiento, pero no han podido evitar señalar los profundos descuerdos entre Washington y Moscú.

Las relaciones actuales están en un momento bajo, con un escaso nivel de confianza

"Las relaciones actuales están en un momento bajo, con un escaso nivel de confianza", ha señalado Tillerson en la rueda de prensa conjunta con Lavrov. "Las dos principales potencias nucleares del mundo no pueden tener este tipo de relaciones", ha lamentado el responsable de la diplomacia estadounidense.

Lavrov, en cambio, ha preferido mostrarse constructivo y ha señalado que Washington y Moscú han acordado la creación de un grupo de trabajo que evalúe el estado de las relaciones entre ambos países. "Pese a todos los problemas existentes, hay perspectivas considerables de trabajar juntos. Rusia está abierta al diálogo con Estados Unidos en todos los ámbitos, y no solo al diálogo, sino a acciones comunes con vistas a conseguir resultados que responsan a los intereses de ambos países", ha remarcado.

Lavrov ha citado, en concreto, el "objetivo compartido de llevar a cabo una lucha implacable contra el terrorismo internacional", apenas una semana después de que un atentado en el metro de San Petersburgo dejará 14 muertos.

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Putin marca las distancias

En cualquier caso, el presidente ruso, Vladímir Putin, ya había dejado claro, en unas declaraciones a la cadena rusa Mir antes de recibir a Tillerson, que "la confianza a nivel de trabajo" entre Estados Unidos y Rusia se ha "deteriorado" desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. De hecho, el distanciamiento entre ambas administraciones ha sido patente en un detalle de la visita de Tillerson, que no ha sabido hasta este mismo jueves si Putin le recibiría, si bien al final el presidente ruso le ha abierto las puertas del Kremlin.

En la entrevista, Putin ha criticado el apoyo de los países de la OTAN a Estados Unidos por el ataque con misiles contra una base aérea siria, y les acusa de mostrar ciega obediencia a Washington: "¿Cómo reaccionaron los aliados de la OTAN? Todos asienten, como muñecos de cabeza de muelle, sin analizar lo que pasa. ¿Dónde están las pruebas del uso de armas químicas por las tropas sirias? No las hay", ha asegurado.

"Lo que hay es una violación del derecho internacional. Es un hecho. Un ataque contra un país soberano sin autorización del Consejo de Seguridad de la ONU. Y pese a todo, todos están de acuerdo, todos lo aceptan y empiezan a asentir y a respaldar" la acción militar contra Siria.

Putin ha reiterado que Damasco no tiene nada que ver con el ataque con gas sarín y ha expuesto dos versiones de lo sucedido: o las sustancias venenosas que mataron a más de 80 civiles se encontraban en un almacén de los rebeldes bombardeado por la aviación siria; o se trató de un acto de sabotaje orquestado para acusar a Siria de matar a su propia gente con armas químicas.

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Moscú habla de avances en torno a Siria

Pese a las diferencias, Lavrov ha asegurado que ha habido algunos avances en la cuestión siria y, en concreto, ha avanzado que Rusia está dispuesta a restablecer el acuerdo para la coordinación de vuelos sobre Siria siempre que que Estados Unidos confirme que el objetivo es la lucha contra los grupos terroristas.

Porque lo que no está en cuestión para Moscú es el liderazgo de Bachar al Asad, pese a la insistencia de Tillerson en que "el reinado de la familia de Asad está llegando a su fin", asegurando que la comunidad internacional nunca aceptará que el líder sirio asuma algún rol en el futuro de ese país.

El secretario de Estado estadounidense ha reiterado que el régimen de Asad planificó y perpetró el ataque químico; de hecho, ha asegurado que el ataque de Idleb "solo fue uno de los casos relacionados con el uso de armas químicas por parte del régimen de Asad. Se han registrado unos 50 incidentes".

Respecto a Ucrania, Tillerson ha remarcado que, hasta que los acuerdos de Minsk no se implementen completamente, la crisis seguirá siendo “un obstáculo” para las relaciones entre Washington y Moscú. Lavrov, por su parte, se ha limitado a ratificar que esos acuerdos son la base para la resolución del conflicto.

Trump, sobre las relaciones con Rusia: "Pueden estar en su punto más bajo"

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha asegurado que las relaciones de su país con Rusia "pueden estar en su punto más bajo de todos los tiempos", y ha dicho que "se verá" cómo se desarrolla el diálogo con su homólogo ruso, Vladimir Putin.

"Ahora mismo no nos estamos llevando bien con Rusia para nada. Podemos estar en uno de los puntos más bajos de todos los tiempos. Esto se ha ido construyendo por un largo periodo de tiempo", ha dicho Trump en una rueda de prensa conjunta con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

El mandatario ha insistido en que él quiere "llevarse bien con todo el mundo", pero ha señalado que hay que considerar que ahora mismo el planeta "es un desastre", en alusión a los conflictos internacionales y las amenazas terroristas.

Preguntado por los periodistas sobre Siria, Trump ha afirmado que le gustaría creer que el Kremlin no sabía del ataque químico ocurrido la semana pasada en el norte del país árabe, pero considera que "es posible" que Rusia tuviera conocimiento.

El presidente de Estados Unidos ha tachado además al mandatario sirio, Bachar Al Asad, de "carnicero", en referencia al ataque con armas químicas.